A Unionistas, justo de batería, no le llega frente a las pilas de larga duración de la Gimnástica

Hay partidos que, más allá del resultado, según como se desarrollen consiguen reforzar a los equipos. Esa era la sensación en el vestuario y el entorno de Unionistas tras el partido de Copa ante el Rayo Vallecano que se venía a sumar a la última victoria en casa y a una racha de encuentros sin caer como para empezar a creerse que el equipo podía pensar en algo más. Ese paso pendiente que es ganar fuera y que presentaba la cita en La Albuera como una oportunidad para redondear una semana en positivo.

A Unionistas se le había escapado esta temporada más de una oportunidad clara de sumar de tres a domicilio cuando lo tenía en la mano y en esos 'casi' se puede decir que es el propio equipo salmantino el que se privaba de la oportunidad de estar en una zona de privilegio en la clasificación. Aun así su trayectoria regular le mantiene con opciones de lograrlo y en la visita a La Albuera tenía la ocasión aunque eran varios los hándicaps a sortear.

Por un lado un adversario que sabe que sus posibilidades de salvar el año pasan por mantener su solidez en casa y ha conseguido llevar esa máxima con éxito puesto que a estas alturas no había cedido en ningún encuentro. Por otro, el propio desgaste después de haber jugado la Copa el miércoles aunque una cosa buena que tiene el equipo de Llácer es que son pocos los titulares absolutamente indiscutibles, el técnico maneja muchas posibilidades de rotación y eso le daba para alinear un once en el que solo había cuatro jugadores que fueron titulares ante el Rayo. Manteniendo a los tres que casi son intocables -Ramiro, Baz y Vergés-, refrescaba todas las líneas para así tratar de igualar la intensidad con la que se sabe que se desenvuelve la Gimnástica.

Un equipo que tira mucho de físico, que busca la presión y trata de recuperar para salir después a la contra como mostró en los primeros minutos del duelo en los que intentaba asfixiar a Unionistas que supo leer la situación. De hecho no se incomodó a la hora de ceder más posesión a su rival para intentar salir rápido, asumiendo el papel que seguramente esperaba para sí la Gimnástica, y le salió bien porque tras una recuperación y una rápida llegada ponía el 0-1 en el marcador por mediación de Dani García.

Salida rápida con centro desde el costado izquierdo, que se envenenaba al tocar un defensa. Dani García leía la trayectoria del esférico a la perfección y aprovechaba para ganar la espalda a su defensa y adelantarse a la salida del portero en el primer palo para meter la cabeza y adelantar a Unionistas.

Situación perfecta, siempre que no se renunciara a ir a por más. Lo que hizo Unionistas a partir de entonces fue alinearse en un bloque más bajo, defender con orden observando como único peligro los disparos lejanos y alguna acción a balón parado y tratar de salir a la contra. Lo hizo en varias ocasiones con espacio y aparente ventaja y quizás le faltó un poco de pausa para haber acabado alguna de esas acciones poniendo Oliva en aprietos.

El portero de la Gimnástica evitó males mayores en un balón dividido frente a Iván Moreno que hasta el descanso fue la oportunidad más clara en una y otra áreas.

Empujaba la Gimnástica en la reanudación con una presión alta que le permitía recuperar rápido y asediar sobre el área de Iván Martínez aunque fue tras una recuperación y un pase filtrado de Hugo Díaz cuando llegaba su mejor oportunidad. Rondaba el minuto 50 y el esférico encontraba a Davo que buscaba el chut al palo largo y se le iba por poco.

Unionistas veía que la Gimnástica quería mantener ese paso hacia adelante de manera que Llácer movía el banquillo buscando refrescar al equipo, tanto en la medular como en ataque con un triple cambio que dio la impresión de aliviar un poco la sensación de agobio pero fue una sensación pasajera. Y es que la Gimnástica no es un Porsche pero sí parece circular con motor alemán, firme, a ritmo constante y sin dejar de mirar adelante y al primer desajuste defensivo de Unionistas se lo llevó por delante.

Ferreiroá, que había entrado en un triple cambio que también introdujo Ramsés, avanzó con el balón sin que nadie le saliera al paso y ganó la frontal para desde allí soltar un zapatazo imposible para Iván con el que puso el 1-1.

Mientras la gasolina empezaba a escasear en el depósito blanquinegro, la Gimnástica parecía impulsado por las pilas del conejito y no bajaba el ritmo buscando el segundo tanto, aunque también recibía algún susto puntual. Y es que Jonny gozó de la ocasión más clara del segundo tiempo ya en el minuto 85 en un balón que no se esperaba porque le llegó rebotado cuando estaba solo para chutar. La tocó pero le cayó mansa a Oliva a las manos.

Ahí se esfumó la posibilidad de que el marcador se volviera a mover. Más entera, a la Gimnástica le faltaban ideas ante el orden de atrás de Unionistas que, por su parte, ya iba al límite de lo que daba y se conformó con el punto, otro más fuera de casa. Y la cuenta sigue pendiente, aunque también la racha sin perder sigue aumentando y eso siempre es señal de que el combustible es el correcto.