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Unionistas reacciona en el momento clave para recuperar un punto frente al Zamora

El penalti cometido por Rastrojo y que costó el 0-1, fue solventado por él mismo con el empate a cinco minutos del final (1-1)

Un momento del derbi entre Unionistas y Zamora. Fotos: Arai Santana.
Manel Pacho
Manel Pacho
Lectura estimada: 3 min.
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Como cualquier derbi, el partido comenzó sin demasiado ritmo y buscando no cometer errores. Esa fue la premisa de Unionistas y Zamora, más preocupados del rival que de lo suyo propio. El primer tiempo, eso sí, fue de los visitantes que se fueron con la moral alta por un disparo de Clavería que golpeó a la cruceta. Pero el segundo tiempo dejó dos goles para romper la tónica ramplona del partido. Unionistas comenzó mejor, pero un penalti de Rastrojo costó el 0-1 que convirtió Kike Márquez. Pero como los grandes, el propio Rastrojo solventó lo causado con el 1-1 en el 85' al superar a Fermín en un balón muerto. Empate que no convenció a ninguno de los dos, pero que sirvió para celebrar un derbi que, finalmente, si tuvo goles.

El equipo saltó mejor al verde, pero un penalti de Rastrojo sirvió para que los rojiblancos decidieran el choque con la pena máxima convertida por Kike Márquez.

El comienzo del derbi arrancó como se esperan estos encuentros: tensión y tanteo entre los conjuntos. Unionistas y Zamora CF no quisieron arriesgar y los espacios brillaron por su ausencia. Una situación lógica para un partido en el que nadie quiere conceder nada al rival, ni los riesgos habituales.

El primer acercamiento a área rival llegó desde el bando visitante con un disparo cruzado de Guille Macho que se fue fuera. Por parte de Unionistas hubo que esperar tres minutos más, cuando Rabadán cabeceó un saque de esquina con la misma fortuna que los rojiblancos.

La tónica discordante a fechas anteriores se encontró en la posesión. Unionistas cedió terreno al Zamora y los de Juan Sabas dominaron la pelota. El plan rojiblanco se centró en buscar a Kike Márquez por dentro y buscar la banda de Pascual con un Guille Macho muy participativo.

La propuesta local mejoró levemente con un paso al frente. Unionistas trató de mejorar con balón, aunque la iniciativa no surtió efecto y los rojiblancos tampoco generaron un grado notable de peligro. La falta de ocasiones solo se remedió al borde del descanso con un remate de Clavería. El mediocentro remató a la cruceta un centro de Guille Macho desde la izquierda, donde recogió el balón tras una falta botada de Carlos Ramos que se paseó sin encontrar un compañero. Y hasta ahí llegó el peligro y el 0-0 sí que llegó al descanso.

El segundo tiempo sí dejó mayor peso unionista sobre el césped. Buscando más verticalidad, los locales encerraron al Zamora y Jonny tuvo la primera con un tiro lejano que no supuso demasiado peligro para Fermín. Pero la grada local se animó con su equipo y especialmente cuando en el minuto 50 Álvaro rompió en velocidad por la izquierda, llegó al área y su pase tuvo que ser sacado a toda prisa por la defensa. Por su parte, los zamoranos tuvieron acciones más esporádicas en ataque, llegando a tres cuartos aunque sin demasiado ritmo.

Dani Llácer propuso todavía mayor ritmo con el triple cambio que dio entrada a Gorka, Iñaki y Rastrojo, siendo este último un puñal por dentro. Pero fue el propio Rastrojo el que provocó un penalti para el Zamora en el minuto 72. El atacante derribó a Macho en el área y el colegiado decretó pena máxima.

Así llegó el 0-1, con Kike Márquez colocando bien el balón al palo derecho de un Iván que, pese a acertar el lado, fue incapaz de detener la pelota. Un gol anímico que derribó a Unionistas, mejor hasta entonces en el segundo tiempo.

Pero como los grandes jugadores, Rastrojo solucionó el error cometido. A cinco del final, el futbolista remató con todo un balón muerto de Bolo dentro del área y firmó el 1-1. La locura se desató en el Reina Sofía y Unionistas confió en llevarse el partido, pero el tercer tanto de la tarde no dio señales.

Al final, un punto para Unionistas y otro para el Zamora, unas tablas que dejan insatisfechos a ambos en su deseo de pelear por arriba.