La provincia alcanza los 23.443 inmigrantes, contribuyendo al récord regional de 225.892 personas extranjeras en Castilla y León
Robótica al servicio de las personas con alzheimer: la foca PARO mejora la calidad de vida de los pacientes
El Centro de Referencia Estatal del Alzheimer en Salamanca ha presentado los resultados de la investigación, en la que han participado un centenar de personas
Con el avance de las nuevas tecnologías se han abierto muchas posibilidades para ofrecer nuevos tratamientos que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas con distintas enfermedades. Una de esas posibilidades es la incorporación de las terapias robóticas, en las que los robots son capaces de ayudar en los tratamientos.
Bajo esta premisa, el Centro Estatal de Referencia del Alzheimer de Salamanca comenzó hace dos años un novedoso proyecto en el que incorporaba a la foca robótica PARO, un robot muy realista que interactúa con los pacientes, para tratar a personas con demencia. Hoy, Enrique Pérez, director de investigación del CREA, y el ingeniero japonés Takanori Shibata, creador del robot, han presentado los resultados de esta investigación.
En este proyecto han participado alrededor de cien personas de quince centros residenciales de España y los resultados muestran que "ha habido cierta mejoría en la calidad de vida de las personas que han recibido la intervención con la foca", ha explicado Enrique Pérez. No obstante, ha añadido que "esperábamos encontrar cierta mejoría en las alteraciones del comportamiento, pero no hemos podido demostrarlo. Sí parece que puede ser eficaz para mejorar el bienestar de las personas que interactúan con él".
Este ha sido uno de los estudios que se han llevado a cabo con este robot, aunque, según ha explicado su creador, "el pasado año se hizo un metaanálisis de más de 900 ensayos alrededor del uso de PARO, las principales conclusiones de este análisis son que actúa en tres ámbitos: mejora las condiciones fisiológicas y psicológicas de los pacientes con demencia, mejora la interacción social entre residentes y el uso de PARO reduce el consumo de medicamentos. Es bueno para el paciente el tomar menos fármacos y tiene un impacto en términos económicos".
Para llevar a cabo esta investigación, en cada centro participante se establecieron dos grupos con personas asignados al azar, uno para recibir la intervención con PARO y otro para mantener su tratamiento habitual y las demás actividades. La intervención se ha realizado durante tres meses con tres sesiones cada semana de unos 25 minutos de duración en la que los participantes interactuaban con el animal robótico y entre ellos. Tras esta intervención se realizó una primera evaluación para ver si tenía un efecto inmediato. Además, una vez finalizada la intervención con el robot los pacientes volvieron a su tratamiento habitual y "hemos vuelto a medir a los tres meses para comprobar la duración de los efectos".
Los resultados son prometedores. "Durante las sesiones los participantes se han mostrado muy implicados y muy interesados en la interacción con el animal. Han interaccionado con él y con otros compañeros y eso es algo positivo, aunque no hemos podido demostrar un efecto a largo plazo tan claro como esperábamos, pero sí esta leve mejoría en la calidad de vida que puede tener un impacto para las personas que habitualmente no reciben muchas intervenciones o no participan en estas actividades", ha asegurado Pérez.
Para realizar esta evaluación se han utilizado cuestionarios, respondidos tanto por los pacientes como por sus cuidadores en los que se preguntaban diferentes cuestiones sobre la calidad de vida: si se siente solo o acompañado, cómo percibe el lugar en el que vive, las amistades que tiene y "una serie de cuestiones en torno a lo que todos entendemos como calidad de vida para ver si experimentamos una mejoría". Igualmente, también se ha analizado la frecuencia y si existían o no una serie de comportamientos relativamente comunes en las personas con demencia como agitación, ansiedad o depresión.
Los próximos pasos de este proyecto serán la publicación de un artículo en una revista científica de impacto para dar a conocer los resultados a la comunidad científica y clínica que trabaja en este ámbito para que "valoren si puede ser una buena incorporación a las actividades y terapias no farmacológicas que habitualmente realizan las personas con demencia".
ASÍ FUNCIONA PARO
Esta foca robótica tiene sensores y una inteligencia artificial que le permite responder de alguna forma como si se tratara de un animal vivo. "Si le acaricias le va a gustar y hace un gesto y un sonido de agrado, si haces algo que no le guste como tocarle los bigotes o pegarle hace un gesto de desagrado, dirige la atención a la persona que le está hablando y responde a las variaciones de luz o de sonido que hay, no es simplemente un peluche", ha explicado Roberto Pérez.
Cada uno de los quince centros participantes ha contado con un ejemplar de este robot para su utilización durante las sesiones.
Por su parte, el ingeniero japonés ha explicado que eligió una foca porque "cuando todos pensamos en mascotas a uno le viene a la cabeza perros o gatos, que son con los que han interactuado. Pero hablar de un bebé foca hace que nadie haya tenido interacción con ese tipo de animales, por lo que es muy bien aceptado. Además, hay que tener en cuenta que el que haya tenido contacto con perros o gatos en la infancia o a lo largo de su vida puede haber tenido también malas experiencias con esos animales, por lo tanto a esas personas les puede causar cierto rechazo. El bebé foca es extraordinariamente bien aceptado porque nadie tiene malas connotaciones anteriores en la interacción con este animal".
Este robot se lanzó en 2005 en Japón y a Europa llegó a 2009. En estos momentos PARO ya ha alcanzado la novena generación y "el salto más relevante es que desde hace dos años, primero la FDA en Estados Unidos y más recientemente la Agencia Europea del Medicamento ha marcado a PARO como dispositivo médico basado en la evidencia clínica acumulada y han dado esa clasificación al robot", ha asegurado Takanori Shibata.
La oferta de alquiler en Salamanca disminuye mientras los precios se disparan
Los vecinos de Puente Ladrillo anidan severas discrepancias ante la posibilidad de albergar un centro de inmigrantes, cuya naturaleza no está confirmada
Un espacio innovador dentro del centro comercial que apuesta por la cultura y el entretenimiento en directo