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Otro misterio en torno al Cielo de Salamanca: ¿era un mural para enseñar astrología?

Una nueva investigación sugiere que el Cielo de Salamanca se pintó de acuerdo a los textos de autores como Ptolomeo o el matemático salmantino Abraham Zacut

Otro misterio en torno al Cielo de Salamanca: ¿era un mural para enseñar astrología?
Cielo de Salamanca. (Foto: Ical)
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
Lectura estimada: 4 min.
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El Cielo de Salamanca sigue ocultando misterios casi seis siglos después de que fuera pintado. Hace unos años se popularizó la idea de que representaba una parte del cielo salmantino tal y como pudo verse entre el 13 y el 15 de agosto de 1475. Ahora, sin embargo, dos investigadores rechazan esa idea y defienden que el Cielo no es una 'fotografía' de un momento concreto, sino una representación iconográfica inspirada en textos de varios autores como Ptolomeo, Higino y Abraham Zacut.

La Universidad de Salamanca creó en 1460 la Cátedra de Astrología/Astronomía/Matemáticas, que impulsó la reforma del calendario gregoriano y la cosmología, en la antesala de la revolución copernicana.

El Cielo de Salamanca es uno de los tesoros artísticos de la USAL asociados a esa etapa. Atribuido a Fernando Gallego, representa algunos signos zodiacales y constelaciones ptolemaicas, el Sol y Mercurio, y se presume que la parte perdida, ya que sólo se conserva un tercio del original, mostraría más cuerpos celestiales. 

 

"La pintura no es una representación de un cielo real de agosto de 1475"

 

Los investigadores José Guillermo Sánchez León y Pablo Recio Sánchez, de la Universidad de Salamanca y la Universidad Politécnica de Valencia, respectivamente, explican en un nuevo trabajo de investigación que "la pintura no es una representación de un cielo real de agosto de 1475. Se trata de una iconográfica, seguramente basada en la edición de 1482 del libro Poeticon Astronomicon, de Higino", informan los autores a Comunicación USAL.

Añaden, además, que "el error de suponer que lo representado por la pintura es un cielo real de la segunda quincena de agosto de 1475 es una idea reciente, de 1992, donde el autor calculó las posiciones de los planetas en las constelaciones zodiacales y no en los signos zodiacales, que es como se hacía en el siglo XV. Autores posteriores han arrastrado el error", subrayan. El mural, opinan, "cumpliría una doble función decorativa y didáctica donde los planetas están en sus casas o domicilios según el Tetrabiblos de Ptolomeo", un libro sobre el estudio de la astrología.

 

Cada planeta en su signo

 

La nueva interpretación de José Guillermo Sánchez León y Pablo Recio Sánchez propone cómo pudo ser el cuadro original. La pintura se realizó "cuando el catedrático de Astrología de la Universidad era Diego de Torres, quien probablemente asesoró al pintor Fernando Gallego en la elaboración del mural".

En sus apuntes de clase Diego de Torres incluía "ejemplos explicativos de cómo se realizaban los cálculos astrológicos/astronómicos recurriendo a las tablas que el judío salmantino Abraham Zacut acababa de inventar y recogería en su primer libro de astronomía, el Hibbur". Zacut fue uno de los pocos astrónomos bajomedievales que llevó a cabo observaciones astronómicas y en Salamanca. Como curiosidad, hoy presta su nombre a una biblioteca de la Universidad.

Cielo de Salamanca con la representación de varias constelaciones.

Para desentrañar el misterio los autores proponen una explicación que encajaría con la distribución de la bóveda original. En el Cielo de Salamanca "la posición de los planetas en los signos zodiacales se ajusta a los domicilios astrológicos recogidos en el Tetrabiblos, de Ptolomeo, y en el Tratado breve de las influencias del cielo, de Zacut", explican.

Así, la nueva propuesta "es coherente con lo que el catedrático de astrología enseñaba en su cátedra y formaba parte de los estudios de medicina", subrayan. Además, hay constancia de que "en la pintura original había inscripciones con frases del Tetrabiblos".

 

Reconstrucción de la bóveda

 

La obra original debía contener, entonces, los siete planetas (incluyendo el Sol y la Luna), los 12 signos zodiacales, a un lado 21 constelaciones boreales y, al otro, 15 constelaciones australes. Sobre esta idea el propio Pablo Recio ha creado una representación gráfica de cómo sería la bóveda original completa (no aparecen Urano ni Neptuno porque aún no se habían descubierto).

 

Reconstrucción de la disposición de la bóveda original, según el investigador Pablo Recio.

En palabras de los investigadores, "la pintura no representa el cielo de una fecha concreta sino un cielo astrológico, donde los planetas están en sus domicilios. Por ello, en el mural, muy probablemente, el Sol y Mercurio están junto a Leo y Virgo, pues son sus casas astrológicas, lo que se puede observar, además, en los signos zodiacales dibujados en las ruedas de los carros", concluyen.

 

Constelaciones desconocidas

  

La revista Journal for the History of Astronomy recoge este nuevo trabajo, que ha sido completado por el investigador Sánchez León con la presentación del mismo en la reciente XVI Reunión Científica de la Sociedad Española de Astronomía, celebrada en julio en Granada.

Durante su intervención, pudo explicar cómo "el profesor de la Universidad de Salamanca Rafael Laínez Alcalá, que estudió la pintura antes del traslado a su ubicación actual, ya sabía que los cálculos debían hacerse con los signos zodiacales". Laínez Alcalá especuló con la idea de que representase el zodiaco en la fecha de nacimiento del príncipe Juan (30-06-1478), "pero lo descartó, pues en esa fecha el Sol estaba en el signo de Cáncer mientras que en la pintura el Sol está en el signo de Leo y el Sol entra en Leo el 13 o el 14 de julio", indica.

Aclara que fue el propio Laínez Alcalá quien le dio en 1951 a la pintura el nombre de 'El Cielo de Salamanca', aunque este nombre no significa que se trate de un cielo visto desde Salamanca, "pues incluye constelaciones del hemisferio Sur, como Centauro, no visibles desde Salamanca".