El incidente acaeció en 2018 en el Valle de Arán y la Audiencia de Lleida no descarta "indicios racionales" de homicidio imprudente y lesiones, entre otros
El librero de Ciudad Real acusado de asesinato asegura que no ha pedido perdón porque no se siente culpable
Piden hasta 25 años de prisión por disparar en dos ocasiones a un asaltante que entró en su casa de campo de madrugada
El librero octogenario José Lomas, acusado de un delito de homicidio por haber matado de dos disparos a un hombre que entró en su finca en Ciudad Real, ha asegurado este jueves que él no ha pedido perdón por esa muerte porque no se siente culpable.
Se ha pronunciado así al ejercer su derecho a la última palabra ante el jurado que lo juzga en la Audiencia de Ciudad Real en un juicio tras el que la Fiscalía sigue considerando que es culpable de un delito de homicidio, por el que pide que sea condenado a 12 años y medio de cárcel, y en tanto que la acusación particular lo ve responsable de asesinato y pide que se le impongan 25 años de prisión, recoge EFE.
Lomas ha asegurado ante la sala que si hubiera matado a algún ser humano, se estaría arrepintiendo toda su vida, pero que está totalmente convencido de que no lo mató.
En el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial, el librero también ha querido aprovechar este jueves para reflexionar sobre la importancia de proteger su propiedad y el hecho de estar enfermo. "Miren ustedes, desde que murió mi madre, señores del jurado, y fue en el año 85, me dejó aquello en propiedad -en referencia a su casa de campo-", y ha añadido que "sin eso", tendría que estar de pensión, antes de asegurar que "es algo" que tiene que defender como su vida, porque es su vida.
Y ha reiterado ante el jurado que el hecho de tapiar las ventanas del inmueble se debió a que entraban en su casa "todos los días", creándole inquietud y problemas.
También ha afirmado que vivió "un infierno" y ha reconocido que "le hubiesen salvado de su enfermedad" unas buenas rejas que le hubieran permitido tener aire y luz en su casa.
Periciales
Durante el juicio, los médicos forenses encargados de realizar el informe de imputabilidad del librero José Lomas, el octogenario acusado de dar muerte con dos disparos a Nelson David, que tenía múltiples antecedentes penales, cuando entró a robar en su finca de campo en Ciudad Real, han dicho que el acusado en todo momento mantuvo sus capacidades cognitivas y volitivas.
Los forenses han concluido en su informe que no existían anomalías psíquicas y enfermedades mentales que alteraran la capacidad del librero para conocer y valorar adecuadamente lo sucedido, independientemente de que aquella noche sintió miedo, ya que ese sentimiento no anulaba su capacidad.
Han explicado que las emociones de miedo o ira que podría sufrir Lomas no eran de la suficiente envergadura para actuar como lo hizo y han señalado “que podría haber actuado de otra manera” cuando conoció la presencia de Nelson David en su propiedad.
“Todos nos ponemos en la situación emocional de ese momento y a esa hora, nadie duda que fue una situación sorpresiva, temerosa, de inquietud hacia su propiedad, pero el estado emocional no era de tal intensidad como para no saber lo que estaba haciendo”, ha concluido uno de los médicos forenses.
Los forenses también han detallado que el acusado ha mantenido en todas sus entrevista una actitud colaboradora. Previamente también han declarado los médicos forenses encargados de realizar la autopsia al cuerpo de Nelson David, en cuyo informe detallan que murió como consecuencia de una importante hemorragia interna provocada por el impacto de dos disparos.
Uno de estos disparos lo recibió de frente en el hombro, lo que provocó que el cuerpo fuera volteado, momento en el que recibió un segundo impacto en la parte central de la espalda. Los forenses han comentado que el primer disparo que impactó en el cuerpo de Nelson David ya era mortal.
Además, han concluido que por las proyecciones de sangre encontradas y por el impacto de los cartuchos el fallecido se encontraba en un plano inferior al agresor, y han mantenido la hipótesis de que podría encontrarse agachado o agazapado en el momento de recibir los disparos.
Los hechos que se están juzgando ocurrieron sobre las dos de la madrugada del día 1 de agosto, festivo en Ciudad Real, en el interior de la casa de campo del acusado, cuando se despertó sobresaltado al escuchar ruido en el interior de su parcela, cogió una escopeta cargada con dos cartuchos y salió de la vivienda.
Dos menores se subieron a la torre y uno de ellos resultó electrocutado en la localidad guipuzcoana de Usurbil
Localizados por la alerta automática enviada desde el móvil de uno de los ocupantes, todos de Madrid, tras el impacto
No precisaban ayuda médica, pero sí para poder avanzar, ya que la nieve les impedía continuar