Los blancos pasaron de ronda por un resbalón de Julián Álvarez y un disparo al larguero de Marcos Llorente
No es por arte de magia: Tom, del histórico 4-3 al "orgullo" por su trabajo en Unionistas
Caamaño confiesa que no cambiaría por nada ser futbolista, pero el "orgullo" por su trabajo actual no es comparable
Era 1998, la que escribe apenas tenía un año de vida, como muchos de los socios que hoy llenan las gradas del estadio Reina Sofía para ver a Unionistas. Era la noche de Reyes. Entre los Luis Enrique, Figo, Van Gaal, Silvani, Edu Alonso, Pauleta, Giovanella; un nombre que ahora lucha por devolver el fútbol profesional a su ciudad: Angel Caamaño, Tom. Encargado de las relaciones institucionales, trabaja sin descanso para que todo este listo de cara al partido del próximo 18 de enero. Sin embargo y con la mirada fija en el Reina Sofía, revive un pasado "diferente", pero con la misma magia.
"Lo recuerdo con una claridad absoluta. Tenía 19 o 20 años cuando tuve la gran suerte de estar convocado para ese partido. Fue un momento maravilloso. Incluso se había contemplado la idea que yo pudiera debutar, fue una noche mágica. Así lo recuerda toda la Salamanca y yo, personalmente, es algo que no podré olvidar nunca", recuerda.
Dentro de ese nunca resalta el apodo 'matagigantes'. La extinta Unión Deportiva Salamanca logró vencer al Atlético de Madrid, al FC Barcelona, al Valencia... "eran momentos en los que el Salamanca estaba bien valorado, fueron años muy importantes para la ciudad. No solo hablamos de lo deportivo, también de lo social. Si el deporte va bien, la hostelería, el turismo, todo se ve influenciado".
Un Salamanca que es honrado con el nacimiento de Unionistas del que Tom también es integrante, aunque de una manera muy distinta. "Bueno, al final, los jugadores tenemos nuestro momento dentro del campo. Yo lo dejé hasta que apareció Unionistas. Empecé desde cero a entrenar con Astu, ascendimos a Segunda B y después comencé a echar una mano en lo institucional. Diría que no ha ido mal. Aquí hace cuatro o cinco años no había nada y ahora hay un campo y con la facultad de seguir creciendo", relata.
¿Se puede elegir entre los dos momentos? "Son diferentes. Al final, yo no cambiaría por nada mi etapa como jugador, es algo por lo que se pagaría. Tuve la suerte de estar convocado frente al Madrid, el Barcelona, el Athletic de Bilbao... estar en todos los campos más importantes de España. Ahora le digo a mi hijo que yo estuve en el Bernabéu. Es algo muy bonito, pero ahora lo vivo de otra manera. El estar ayudando para que se retome el pulso de Salamanca al máximo nivel, que empiecen a venir equipos como el Madrid, el Elche, el Sporting de Gijón... poder poner mi granito de arena y de corazón en esto está muy bien y me hace sentir orgulloso. Y es una parte porque hay un grupo de directivos y de trabajo enorme que lo dan todo. Voluntarios que llegan dos horas antes al partido y se van dos horas después... hay una buena gestión y por eso estamos donde estamos", responde.
Aquí hay mucha gente que trabaja mucho y nunca aparece en ningún sitio
Quizás ahora el valor a lo logrado es mayor. "Creo que aquí hay mucha gente que hace muchas cosas y que nunca sale en la foto y eso hay que ponerlo en valor. Hay mucha gente que trabaja mucho y nunca aparece en ningún sitio. La verdad es que es un trabajo enorme que como futbolista no pones en valor, pero que ahora te das cuenta lo privilegiados que somos los jugadores, porque hay tanta gente que se moviliza por nosotros... que es un privilegio. Luego toca defenderlo y lo están haciendo espectacular".
¿Se puede disfrutar algo? "Si soy sincero, cuando acabó el partido estaba muy emocionado, pero cuando bajé al campo y hablé con Guti dije... ¡la que se nos viene encima! Ya en casa empecé a mover cosas. En definitiva, creo que disfrutaré el día del partido y hasta entonces no voy a poder disfrutar porque hay mucho trabajo y muchos problemas que arreglar".
Nunca había vivido el fútbol de esta manera.
Esa emoción inicial llega, de nuevo, por el recuerdo; "por los primeros viajes en provincial, por los sueños en regional, por el sueño que suponía subir a Tercera. Viajábamos a un pueblo de Valladolid y eso era la leche. Nunca había vivido el fútbol de esta manera y de repente ganas a un equipo de Primera División que ha sido capaz de llegar a semifinales de la Champions. Todo lo trabajado ha merecido la pena".
Esa noche de Reyes terminó con un resultado favorable (4-3), el 18 de enero de 2023 puede ser igual de mágico.
"Pienso que podemos ganar. Esto es el Reina. Recuerdo en el Helmántico cuando jugábamos contra el Madrid o el Barça y lo celebraba parte de la grada, sé que esto aquí no va a pasar. Además, pase lo que pase ya hemos ganado. Pase lo que pase Salamanca está en toda España".