A nadie le gusta perder y menos a un deportista. No, no le gusta. Especialmente no acepta ceder lo previamente conquistado y lleva peor, o debería llevar peor, perder por no conseguir dar la capacidad que se supone que tiene. Es propio de la naturaleza del deportista pero también propio de su existencia compleja, en la que vive no en un jardín de orquídeas sino en uno de rosas, donde hay perfume y color, pero también hay espinas.

Desenredarse de esos pinchos no es sencillo y más cuando te metes en una maraña como en la que se ha visto enredado Perfumerías Avenida por una trayectoria irregular en juego que ha terminado pasando factura también en resultados dolorosos como el cosechado en Landes. Un marcador tras un partido que 'destapó' inseguridad y dudas y que dejó herido al equipo salmantino que necesitaba encontrar fórmulas para resarcirse.

Es difícil aceptar los reveses, las dificultades y sin embargo es en esa coyuntura complicada donde se está llamado a intentar sacar lo mejor de cada uno como buen león herido y las de Pepe Vázquez sabían que como equipo necesitaban una buena salida al partido ante Estudiantes y, por extensión, también la grada se lo iba a pedir. Respondieron bajo la capitanía de Silvia Domínguez que no solo habla fuera de la pista, también dentro de ella. Siete puntos de la capitana más dos de Koné sirvieron para situar un 9-0 de salida con tiempo muerto incluído del banquillo estudiantil que temía que, revuelta la fiera, el mordisco dejara herida profunda.

Buena noticia que el primer intento triple de Delaere se resolviera con acierto porque en esto del deporte hay trampas mentales que pasan factura y la belga probablemente ha sido víctima de ello en este inicio de campaña. Avenida controlaba el rebote, con y sin Koné, y con buenos porcentajes en el tiro mantenía su ventaja en torno a los diez puntos. Ataques trabajados porque la defensa de Estudiantes no se descomponía y obligaba a ir a límite de posesión lo que provocaba algún tiro más arriesgado con suerte dispar. Acababa el primer cuarto, 22-11. Situación favorable y guarismo en contra dentro de lo razonable y lógico y lejos de otras salidas a partido.

Ahora tocaba el segundo examen: El de la regularidad que en el caso de Avenida se cimenta en evitar pérdidas y en sentirse cómodo trabajando en defensa. Eso sí lo conseguía el equipo de Vázquez que acudía en tiempo y forma a las ayudas y tras un robo de Leo Rodríguez, y la falta que convirtió en tiros desde la personal, ponía el +15, 28-13. Y de ahí al 32-15 después de otro zarpazo y nuevo tiempo muerto visitante. Esta vez sí, era cosa de todos y Bria Hartley también se encontraba con el aro.

Ganando bien líneas de fondo, claridad en los pases interiores con las de Avenida ganando la batalla a sus pares y tanto Koné como Gil encontraban aro para seguir incrementando la ventaja local que, mordisco a mordisco, ganaba en amplitud hasta superar los veinte puntos, que fue la renta con la que se ganó el descanso.

A la vuelta de vestuarios llegaba el momento de no flaquear. Estudiantes sabía que ese podía ser su ahora o nunca y lo demostró apretando atrás favorecido también por dos aciertos triples que le ayudaron a sumar un 0-8 que provocó el tiempo muerto de Vázquez. Otro de esos parciales que llegan en un visto y no visto en contra aunque hubo buena reacción tras el paso por banquillo devolviendo el marcador de 7-0. Buena noticia porque ahora Estudiantes sumaba con lanzamientos lejanos que le permitían mantenerse vivo y obligaban a Avenida a mantenerse con 'la oreja tiesa'. 

Rotaba Vázquez de forma constante buscando un ritmo alto de partido buscando el posible desgaste de Estudiantes tras haber jugado el miércoles. Dos acciones bien resueltas por Prince en transición y un triple de Vilaró tras saque de fondo devolvían la ventaja sobre los 20 puntos que además se celebraba de forma especial tras un espectacular tapón de Prince con el que se cerraba el tercer cuarto, 63-44. 

 Con clarísimo dominio del rebote por parte azulona se abría la posibilidad de correr y más cómodo el equipo eso también se reflejaba en la actividad defensiva que le permitía recuperar el balón en los tres primeros ataques estudiantiles del último parcial. Sumado un triple de Hartley y tiempo muerto visitante aunque el duelo tenía ya sus renglones escritos porque el plantel de Avenida jugaba ya sin ese corsé que le venía oprimiendo y el acierto ahora regular. Otro 'triplazo' de Vilaró y el +30 en el marcador. 

Koné volvía a las dobles figuras y la grada celebraba el triple de Lucía Rodríguez para cerrar la noche con una victoria que, ahora que llega el parón, restaña heridas.