Hay partidos que se asemejan a cocinar y comer una alcachofa, una experiencia culinaria que requiere paciencia y dedicación. Encuentros que a primera vista parecen ser simples y sin embargo, como sucede al pelar una alcachofa, primero hay que deshacerse de las capas externas para llegar al meollo.

La primera capa puede ser el tanteo inicial, un preludio táctico que apenas rasca la superficie de lo que está por venir. Avenida partía obligado a apartar de su mente el cansancio y también con el reto de seguir sumando minutos en el depósito de la regularidad. Crecer atrás desde el trabajo individual y con una rotación medida para después buscar despliegue ofensivo rápido aprovechando su teórica superioridad por dentro. Aun con la llegada de Rivers a Bembibre los dos equipos reconocían ese factor diferencial en el juego interior y así la defensa local se cerraba con ayudas de hasta tres jugadoras ante cualquier balón que buscara a las pívots de Avenida. Entre ellas Sika Koné, titular y mostrando su poderío al rebote aunque debe ir cogiendo cofianza para esos tiros bajo aro que normalmente son presa seguras y que aun se le escapan.

La falta de acierto desde 6,75 y en el tiro de media distancia en el primer cuarto invitaba a las azulonas a seguir buscando esos balones dentro donde las pívots recibían hasta carta certificadas sin sanción. La que sí acertaba en sus lanzamientos era Garroud que incentivaba la fe de Embutidos Pajariel, de menos a más, para acabar el primer cuarto con 13-12 a su favor.

Avanzaba el partido, y las capas se iban desprendiendo mostrando así la verdadera complejidad del duelo. Avenida encontraba en la conexión Domínguez-Fasoula una solución ofensiva ante la maraña defensiva local y atrás un par de recuperaciones permitían sumar un 0-6 favorable que devolvía el mando a las de Vázquez que, sin embargo, sigue sufriendo falta de consistencia. Buenos minutos seguidos de varios errores consecutivos que permitían a Bembibre reaccionar y empatar el partido a la vez que el técnico de Avenida pedía tiempo muerto.

Tras el toque de atención, asomó una nueva capa con aparición de las tiradoras -desde 6,75 Delaere y dos de Vilaró-, para llevar el marcador al 25-30 pero ahí se paró la producción ofensiva de Avenida que no conseguía darle fluidez a su movimiento de balón, cometía algunas pérdidas por evidente falta de concentración -también cansancio-, y conseguía con su propio empeño y un Pajariel que lo sabía aprovechar, mantener con toda opción a las locales al descanso, 28-30.

Había que apretar los dientes en un inicio de tercer cuarto que podía ser clave y el triple de Bria Hartley venía bien para coger un poco de aire y empezar a construir. Avenida cogía una renta de siete puntos, aunque veía como Gil se iba dolorida al banquillo tras sufrir un golpe lo que restaba opciones en la rotación. Triple de Prince y dos tiros libres de Çakir permitían que las de Vázquez sumaran su máxima renta 37-46 a menos de tres minutos para acabar el tercer parcial aunque Bembibre encontraba en las batallas 1x1 ventaja en la penetración por el centro y sumaba un 6-0 a su favor que volvía a equilibrar la situación en ese tramo final de cuarto.

Otro tiempo muerto de Vázquez y tras él un buen ataque resuelto con canasta de Prince y buena defensa aunque acababa con las protetas del técnico del equipo salmantino por los continuos enganchones que se llevaban las suyas y la consiguiente técnica en contra, 43-48.

Intercambio de canastas en el inicio del último cuarto con Prince y Leo Rodríguez, con cinco puntos consecutivos, dando respuesta a los intentos locales por remontar. Con 47-55 llegaba el tiempo muerto local con buena defensa como respuesta de Avenida que buscaba ese toque definitivo que le permitiera llega al corazón del partido. Nuevo triple de Leo Rodríguez y bien Lucía Rodríguez ayudando atrás y sacando falta en un tiro de tres que acababan siendo dos desde el libre. Ahora sí parecía que por fin Avenida había despegado todas las capas acercándose al núcleo mismo que es la victoria, el manjar que se persigue cada partido.