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Una investigación abre la vía para tratar el hígado graso con ingeniería génica
La enfermedad del hígado graso no alcohólica afecta ya al 25% de la población y es la segunda causa de los trasplantes de hígado
Un estudio del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) ha sido capaz de disminuir la expresión de tres genes que estarían relacionados con el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, de manera que abre las puertas a usar la modificación génica como herramienta para reducir los efectos de esta enfermedad.
El investigador del IACS y líder del grupo Adipofat José Miguel Arbonés ha coordinado este estudio, en el que también han participado otros profesionales del instituto, del Servicio Aragonés de la Salud, de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Karolinska de Suecia.
Los tres genes en las células adiposas sobre los que se centra la investigación ya fueron identificados en un trabajo anterior por parte del mismo grupo de investigación, y aparecían con mayor frecuencia en las muestras de grasa subcutánea de personas con la enfermedad que en personas sanas.
Según los resultados de este nuevo estudio, es posible la modificación de estos genes a través de la ingeniería génica, demostrando así la capacidad reguladora de la grasa subcutánea sobre el hígado, un hallazgo que podría permitir el desarrollo de nuevas terapias basadas en la génica y en la medicina personalizada.
En concreto, el trabajo partía de la base de que las personas que no pueden almacenar su exceso de energía en el tejido adiposo subcutáneo son más proclives a padecer de hígado graso no alcohólico y a que éste derive en enfermedades más graves.
Por tanto, si estudiaban las características de la grasa corporal, especialmente la subcutánea, podían llegar a comprender la relación que tiene con la salud hepática.
Según Arbonés, "contar con grasa acumulada no tiene por qué ser malo para el organismo, pero sí que lo es cuando las células adiposas no cumplen con su función de almacenar el exceso de energía".
A partir de esa premisa nace este estudio, que ha buscado encontrar un nexo entre el poder regulador de dichas células con la enfermedad hepática.
La investigación se ha alargado dos años y se ha basado en dos cohortes con muestras de pacientes de los hospitales Miguel Servet y Royo Villanova, de Zaragoza.
Durante este tiempo, y tras identificar los tres genes del estudio, los investigadores han usado una tecnología llamada CRISPR/Cas9 para disminuir la actividad de dichos genes en los adipocitos y modificarlos por ingeniería génica, junto a células de hígado.
Los resultados han sido demostrados tras una investigación in vitro y el siguiente paso sería comprobar que este comportamiento se replica en modelos vivos; de ser así, se estaría más cerca de poder llevar a cabo siguientes fases que faciliten su aplicación en centros sanitarios.
Se estima que la enfermedad del hígado graso no alcohólica afecta ya al 25% de la población y es la segunda causa de los trasplantes de hígado en España.
Se trata de una patología crónica en la que la grasa se acumula progresivamente en el interior del hígado en cantidades anormalmente altas y que a la larga puede generar enfermedades inflamatorias más graves como hepatitis, fibrosis hepática, cirrosis o cáncer de hígado.
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