"Al enemigo que huye, puente de plata", los Tercios Españoles 'guerrean' en la ribera del Tormes

A las orillas del Tormes, Salamanca ha vivido una batalla cruenta que en realidad ha sido una recración histórica ofrecida en el marco de la Semana del Siglo de Oro en Salamanca.

Miembros de los Tercios Españoles de los siglos XVI y XVII, así como caballos y caballeros de la época encarnados por miembros de asociaciones de recreación histórica han participado en esta contienda junto al Puente Romano. Una forma de rememorar las lides de esta infantería tardomedieval que dominó los campos de batalla de Europa durante casi dos siglos.

Los 'Tercios' fueron unidades militares españolas que alcanzaron su apogeo durante esos siglos. Estas unidades eran parte del ejército español, también conocido como el Ejército de Flandes, y se destacaron por su disciplina y eficacia en el campo de batalla.

El término 'tercio' se refiere a una formación táctica específica utilizada por estas unidades. Cada tercio estaba compuesto por infantería pesada, que consistía en soldados armados con picas (lanzas largas), arcabuces y espadas. El tercio estaba organizado en unidades más pequeñas llamadas compañías, y cada compañía estaba formada por soldados con roles especializados, como arcabuceros, piqueros y espaderos.

Los tercios se distinguieron por su resistencia y capacidad para adaptarse a diferentes situaciones en el campo de batalla. Eran conocidos por su habilidad en el combate en formación cerrada, donde los piqueros formaban una sólida línea defensiva mientras los arcabuceros proporcionaban fuego de apoyo. Esta combinación de armas les permitía enfrentarse tanto a la caballería como a la infantería enemiga.

Los tercios españoles obtuvieron numerosas victorias en batallas clave, como la Batalla de Pavía en 1525 y la Batalla de Rocroi en 1643. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XVII, las tácticas militares evolucionaron y los tercios comenzaron a perder su efectividad frente a las nuevas formas de guerra, como el uso de la infantería ligera y la artillería.

Aunque los tercios españoles dejaron de existir como unidades militares específicas a finales del siglo XVII, su legado y reputación como formaciones disciplinadas y temibles han perdurado a lo largo de la historia.

REPRESENTACIÓN EN SALAMANCA

La representación la ha narrado el productor Manuel Sánchez Hoyos, quien ha destacado valores de los tercios "como el compañerismo", que han quedado reflejados para siempre en dichos populares como "no dejar a nadie en la estacada" o "cerrar filas".

"Calderón de la Barca, que estuvo en los tercios, decía que en los tercios nadie era más que nadie. Que el hijo de un noble era igual que el hijo de un pastor, y que el honor lo tenía quien defendía a los compañeros", ha contado Sánchez.

Jóvenes y mayores, mujeres y hombres, han recreado varias escenas como la encamisada, la incursión nocturna de los tercios españoles contra las tropas enemigas, el ataque de la caballería, el asalto al campamento rival y la firma de la paz, un abrazo que el público ha aplaudido con entusiasmo.

ARROZ AL ESTILO DE PASTORES DEL SIGLO XVI

El narrador ha destacado la universalidad de Salamanca en el Siglo de Oro y la valentía de los tercios en un relato en el que también ha recurrido al humor, que ha sido bien recibido por el público.

"Tenemos bajas de los flamencos, porque no comen ni chorizo ni jamón como los de Salamanca". Tras el fragor de la batalla, combatientes y espectadores se han desplazado al parque vecino para degustar un arroz con carne a la brasa al estilo de los pastores trashumantes del XVI.