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El aplauso eterno de Würzburg a Erika de Souza que encoge corazones

Emocionante despedida a una leyenda, la brasileña que de tanto vestir la camiseta de Perfumerías Avenida se convirtió en una salmantina más

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El aplauso eterno de Würzburg a Erika de Souza que encoge corazones
Foto: Teresa Sánchez
Teresa Sánchez
Teresa Sánchez
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Cuando se decide cerrar una etapa, es muy complicado saber lo que pasa después de esa fase de la vida que se deja atrás y si se supiera igual sería muy dificil de explicar. Es evidente que el paso del tiempo es irreversible pero si se vive cada segundo a pleno, acabarás siendo el dueño o dueña de la eternidad.

Plenitud. Esa palabra define muy bien cómo ha vivido Erika de Souza su carrera como jugadora de baloncesto y por eso se la recordará de manera eterna porque esa forma de vivir este deporte, sumado a sus características y cualidades, convirtió a la brasileña en una de las mejores jugadoras del mundo y, sin duda, una de las que ha dejado una huella más profunda en Salamanca como parte de Perfumerías Avenida. 

Con 41 años la pívot ha decidido poner fin a esta carrera -al menos en Europa-, y el destino sabio quiso que su último partido fuera en Würzburg, donde tantas veces ha elevado los brazos al cielo. Tan exuberante en su juego como en su capacidad de transmitir sentimientos, la despedida de Erika de Souza se ha vivido con la emoción a flor de piel. La suya y la de cualquiera que la ha conocido bien sean amigos, aficionados, compañeras, entrenadores, directivos, periodístas, rivales... 

La 'marea azul' va a ver a su equipo pero nadie en el pabellón era ajeno a su entrada de que el encuentro más allá de su importancia clasificatoria iba a estar presidido por la emoción de la despedida de Erika que estuvo lejos de quedarse para el epílogo. Como la gran estrella que es, abrió cartel con un sencillo pero emotivo homenaje por parte del club que proyecto un vídeo de un minuto recorando la trayectoria de Erika en Avenida. 

 

Justo después el club, en la figura de su presidente Jorge Recio, entregaba un obsequio conmemorativo con una fotografía de la propia Erika y, a continuación, era la afición, representada por la Peña La Ranita la que hacía lo propio con flores, una camiseta y hasta un hornazo. Todo al ritmo de la samba y la canción que tantas veces sonó en Würzburg: "Lo, lo, lo, lo, lo... Erika de Souza". 

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