Año 2023 en plena Semana Santa. Todo el Príncipe Felipe ocupado por una horda roja... ¿Todo? ¡No! Una parte de la grada poblada por la irreductible 'marea azul' resiste, todavía y como siempre, a los intentos por ver una final de Copa en la que uno de los protagonistas no sea Perfumerías Avenida. La vida no debe ser fácil para las guarniciones enemigas que no entienden en qué clase de marmita con poción mágica se cayó el club azulón hace años para conseguir estar año tras año en la lucha por los títulos, encima con un balance de victorias importante. Las cifras que atesora en la Copa de la Reina seguramente serán inalcanzables porque a la vista está que no todos los grandes consiguen estar año tras año y eso, más allá de la victoria final, es un tremendo éxito.

Evidentemente, y más en el caso de Avenida, una vez en la final se quiere el título por mucho que enfrente un rival respaldado por 8.000 legionarios desde la grada. Era la típica cita en la que en la previa en el pensamiento rondaba la idea de ver cómo iba a superar el equipo azulón ese comienzo tenso ante un ambiente tan en contra. Para contrarrestarlo ayudó la presencia de la 'marea' capaz silenciar a los aficionados locales que a veces solo reaccionaban ante el empuje de los azulones.

Sin embargo el guión, y cualquiera que estuviera en el Principe Felipe desde el primer día lo sabe, parecía escrito. Muy bien tenía que hacerlo todo Avenida y así fue durante 25 minutos pero un giro de guión le sacó del partido. 

La tensión en la pista era evidente pero más por la intensidad de ambos bandos y por las ganas de los colegiados por controlar el partido lo que les llevaba o a sancionar demás o dejar pasar numerosos contactos en la zona donde las azulonas ya se han acostumbrado a recibir agarrones de todo tipo sin que haya castigo. Comenzó anotando Carleton desde el 6,75, encargada también de la defensa sobre Fliebich, y respondía Gimeno aunque en esos primeros instantes lo más noticiable eran las dos faltas pitadas sobre Reisingerova en dos minutos y medio.

A Perfumerías Avenida se le escapaban algunos lanzamientos bajo aro y también desde el tiro libre y el marcador discurría igualado, punto arriba o abajo para cada uno de los contendientes. Gimeno hacia su segunda falta con una antideportiva clarísima sobre Leo Rodríguez aunque la grada presionaba y mucho a los colegiados.

Vázquez pedía equidad en las faltas o al menos mirar con más ojo lo que sucedía en la zona y es que después del 12-14 con el que acabó el primer cuarto volvía a la pista Reisingerova para que le pitaran la tercera en el duelo con Gatling. Buen trabajo de Onyenwere al rebote ofensivo para ganar algún segundo lanzamiento y así Avenida se mantenía un punto arriba con cinco minutos disputados ya de segundo cuarto. El daño lo estaba haciendo Gatling que sin Reisingerova en pista utilizaba su cuerpo y hacia daño bajo el aro. Ponía por delante a Casademont y respondía desde el triple Prince aunque a los dos equipos les costaba mucho anotar. Tate tiraba de físico cerca del aro y en el lado azulón faltaba fortuna en un par de tiros exteriores liberados y alguna penetración bien trabajada desde arriba. El equipo no se descomponía y con su defensa llevaba al límite de posesión dos veces seguidas a Casademont.

Un 0-7 de salida en el tercer cuarto, con cinco puntos de Carleton, buenas defensas y dos más de Onyenwere que provocaban el rápido tiempo muerto de Cantero. Y a partir de ahí el partido se volvió una locura. Gimeno, que había cometido una antideportiva en el primer tiempo, fue sancionada con una técnica y expulsada del partido. Desde un fondo arengaba al Príncipe Felipe que se venía arriba con un triple de Fiebich. Más de uno presagiaba que a partir de ese momento algo iba a cambiar en la forma de arbitrar. 

Empujaba de manera tremenda y había que aguantar el chaparrón tras otro triple de Oma pero respondía Silvia Domínguez también desde larga distancia. Gatling se 'cargaba' con un golpe tremendo a Onyenwere, Leo acertaba desde el triple y en las penetraciones se le iban puntos importantes a Avenida. Bien hechas, el aro escupía hasta tres bandejas de Cazorla y por eso al final del cuarto la ventaja se quedaba en cinco puntos.

El principal problema eran las faltas, cargadas con tres Prince, con cuatro Reisingerova, y con cuatro Silvia Domínguez. Bueno ese era uno porque había que añadir un segundo que era el conflicto con la canasta con el que entraba Avenida y que no le es ajeno esta temporada. Ese momento de bloqueo ofensivo que acaba dando vida al rival y así sucedía porque Casademont de la mano de Oma empataba el partido, 42-42. Tenía que volver a pista Onyenwere y Carleton y llegaba la quinta de Reisingerova con una técnica en el momento que Zaragoza se ponía por delante 44-42 desde el tiro libre y llegaba el tiempo muerto de Vázquez. 

Avenida no encontraba alguien que desatascara, se empequeñecía y a la vez su rival campaba ahora a sus anchas porque no iba a ser fácil que en ese ambiente, y después de lo pasado con Gimeno, se atrevieran a frenar alguna de las numerosas 'castañas' que recibían las azulonas. Hasta a Cazorla le caía una falta personal en ataque y como personaje inesperado en la película Oma con otro triple ponía el marcador más favorable para las locales en todo el partido, 49-42. Prince rompía la terrible sequía azul tras el parcial de 12-0, y a Carleton se le escapaba un intento triple. El viento soplaba en favor de la fiesta local y aun se resistía Avenida a su suerte pese a las faltas en ataque, una detrás de otra. Aun así sumaba cuatro puntos que le ponían a dos de Zaragoza con 19 segundos por jugar. La falta, eliminatoria, de Fasoula, sobre Gatling y la antideportiva a Carleton, finiquitaron la final. Ganaron los legionarios aunque fuera a empujones porque así estaba escrito, esta vez.