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Jesús, un joven con síndrome de Down: "La gente me mira raro o me ayuda a hacer cosas que yo sí puedo hacer"

El salmantino Jesús Pablos es auxiliar de limpieza en un restaurante. No entiende de prejuicios pero, a día de hoy, se encuentra con situaciones difíciles

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Jesús, un joven con síndrome de Down: "La gente me mira raro o me ayuda a hacer cosas que yo sí puedo hacer"
Jesús Pablos Morales, joven salmantino con síndrome de Down
Tamara Navarro
Tamara Navarro
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El protagonista de esta historia se llama Jesús Pablos Morales, tiene 23 años y vive en Salamanca junto a sus padres y su hermana Alicia de 13 años, "es más pequeña que yo", cuenta mientras derrocha amabilidad y simpatía.

Tiene síndrome de Down, una anomalía genética provocada por la existencia de un cromosoma extra -tres cromosomas en lugar de dos en el par 21- que, además de advertirse en los rasgos faciales y en el aspecto físico, se traduce en una discapacidad intelectual y en una mayor probabilidad de que existan trastornos en el motor y en la visión.

En una entrevista con www.tribunasalamanca.com por el Día Mundial que se celebra este 21 de marzo, asegura trabajar en el restaurante KFC, "estoy haciendo tareas de auxiliar de limpieza", comenta ilusionado demostrando su autonomía.

En su tiempo libre practica "tenis y baloncesto", Juega al ajedrez y también va a las clases de la Universidad (UniverUsal) cada 15 días.

A día de hoy, se encuentra con algunas trabas, unas más difíciles que otras. Las complicadas es que "me comprendan y me entiendan los compañeros cuando hablo".

No sabe lo que son los prejuicios, pero sí tiene claro que "la gente me mira raro por la calle o me ayuda a hacer cosas que yo sí puedo hacer. Porque yo hago las cosas poco a poco", lamenta.

Acude cada semana a la Asociación Down Salamanca para realizar todo tipo de actividades que le ayudan en su día a día, "me apoyan bien". Hace búsqueda de empleo, "hago ECAtaller (cosido japonés), logopedia, taller de cocina, habilidades básicas funcionales, Grupo Participadas, ocio?"

Ya es un adulto y está aprendiendo cosas nuevas, "pido cambiar actitudes y comportamientos en mí y en los demás, cuando hago actividades con la familia y con los amigos". Lanza un mensaje: "Vamos a participar juntos".

 

La inserción laboral de personas con discapacidad, el reto

Down Salamanca inició su andadura en el año 1998. El próximo 12 de mayo de 2023 cumple su 25 de aniversario. Para celebrarlo, van a llevar a cabo variedad de actividades para usuarios, familias, voluntarios y socios colaboradores a lo largo del año.

Su presidenta, Catalina García, destaca que atienden 27 familias. Personas con síndrome de Down, personas con discapacidad intelectual, desde el nacimiento hasta la etapa de edad adulta y envejecimiento, y a sus familias. Así como a toda aquella persona que pueda necesitar alguno de sus servicios.

Este año, Down España junto Down Salamanca y al resto de las 87 asociaciones federadas de toda España, quieren dar un paso más allá en su lucha por la inclusión social de las personas con síndrome de Down y lanzan este 21 de marzo, la campaña '#NoSomosUnEstereotipo, somos mucho más'. 

Con la misma se pretende cambiar la forma de ver a las personas con síndrome de Down, una forma de mirarlos que a menudo "está cargada de prejuicios y estereotipos que dificultan su inclusión en la sociedad".

Generalizaciones como que son todos cariñosos o unos angelitos, o algunas más despectivas referidas a que llevan una vida sin aspiraciones ni metas, o a que son personas inactivas, que representan una carga familiar, etcétera. se contradicen con la realidad que viven las propias personas con síndrome de Down.

"Ellos sienten que tienen vidas plenas, cargadas de ilusiones y proyectos, por eso reivindican una imagen acorde con la autonomía de la que ya disfrutan que le da acceso a una vida sin límites", da especial importancia. "Cada persona es diferente, no somos iguales, tenemos una forma de ser diferente, a ellos les pasa lo mismo y es lo que nos centramos". 

La principal necesidad como colectivo es "la económica". Tienen ideas, "grandes profesionales, pero no podemos llevar a cabo los proyectos porque no tenemos dinero. Los padres no podemos permitirnos pagar más de lo que pagamos", lamenta.

Su objetivo es el de "mejorar la vida de las personas con síndrome de Down o discapacidad intelectual. Promover el respeto a la diversidad, su inclusión en todos los ámbitos de la vida, desde ir al colegio, hasta el ocio y el trabajo". Catalina cree que "queda muchísimo por hacer en la inclusión, todavía hay gente que los ve raros". 

Da especial importancia a la inserción laboral de estas personas. "Nuestros chicos tienen capacidad suficiente para desarrollar muchos trabajos". De los nueve que en estos momentos participan en el Proyecto de Transición a la vida adulta y empleo con apoyo, "ocho están trabajando con contrato laboral". Aun así, no es una cifra suficiente por lo que se necesita la colaboración de las empresas para impulsar el derecho a tener un empleo. 

 

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