El baloncesto es un deporte de equipo y que se juega y se decide por el papel de todos a lo largo de cuarenta minutos. Pero en ocasiones, una jugadora o jugador y un sólo instante pueden decidir el rumbo de un partido, de una final, de un campeonato. Esa canasta sobre la bocina, aquella que cambia abruptamente el destino y que transforma al ganador en perdedor y al aparentemente derrotado en sorprendente campeón. Sufrirlas, como jugador o aficionado, es un martirio; anotarlas o poder celebrarlas, una bendición.

Mientras nuestra mente no para de repetir lo vivido la noche del viernes en Würzburg, rememorarmos las otras canastas decisivas que más impacto han causado en la historia escrita por Perfumerías Avenida durante años.

MICHELLE SNOW. 4 de febrero de 2009, en Euroliga. El entonces llamado Halcón Avenida de Salamanca hizo historia al ganar al CSKA de Moscú (83-74) en el pabellón de Würzburg y conseguir la clasificación para los cuartos de final de la Euroliga, algo que no había conseguido nunca en su historia y que llegó tras la disputa de dos prórrogas agónicas.

En un partido que no fue bien en su primer tiempo, en la segunda mitad Avenida fue remontando y la belga Anke de Mondt consiguió anotar un triple que sirvió para forzar la prórroga y poner al público, que una vez más llenaba el pabellón de Würzburg, totalmente entregado a favor de su equipo.

En estos primeros cinco minutos de tiempo extra el CSKA parecía tener todo controlado y llegó a tener tres puntos de ventaja a falta de menos de un minuto, pero en esta ocasión un triple de Michelle Snow consiguió forzar una nueva prórroga. La locura en Würzburg fue absoluta y, a partir de ahí, el equipo salmantino no encontró rival ante un conjunto que parecía totalmente bloqueado a pesar de su mayor potencial. Aquel partido significó un antes y un después porque en cuartos Avenida ya se creyó capaz de todo y finalmente alcanzó su primera 'Final Four'.

LE'COE WILLINGHAM. 27 de abril de 2013, Liga Española. En ocasiones hay victorias en el último segundo pero Perfumerías rizó el rizo y le dio la vuelta al marcador, que hasta ese momento era desfavorable para sus intereses, con el tiempo cumplido. 

Sin embargo, con el apoyo de su público, Avenida comenzó a recortar distancias de la mano de Monique Currie, hasta llegar a un último cuarto en el que barrió al equipo madrileño. Aún así, el Rivas aguantó la presión y siguió por delante en el partido hasta el último instante. Después de un intercambio de triples, el equipo visitante perdió la posesión a falta de segundos y la contra de las locales no acabó en canasta pero sí en personal de Nicholls sobre Willingham sobre la bocina. No había una persona en todo Würzburg a la que el pulso no le fuera a cien. Quizás una: la propia estadounidense. A Le'Coe no le tembló la muñeca y remontó el 65-66 para dejar el título en Salamanca.

ANDREA VILARÓ, 17 de marzo de 2023, 1/4 de la Euroliga. Lleva meses diciendo que con este equipo había que tener paciencia y avisando de que quien no crea probablemente esté equivocado y ha demostrado que era un mensaje que no iba de farol porque la canasta que dio la victoria a Avenida contra USK Praha es el ejemplo claro de fe y de ADN Avenida, hasta el final. 

Un triunfo que significa una vida más en esta partida tan dura ante el equipo checo pero al que se le da un valor añadido por lo que supone de moral y de autoestima. Una canasta que llegó tras un duelo durísimo, igualado, de vaivenes, que Avenida se pudo llevar en el tiempo reglamentario si la decisión final sobre la canasta de Jones que igualó el partido hubiera sido otra (que debería). Tocaba ir a la prórroga y con empate a 71 Praga no aprovechó su ataque ante la defensa de Avenida. Falló Jones, reboteó Carleton, que se la entregó a Cazorla con quince segundos en el reloj para el final. Postes arriba, buscando un bloqueo y aleros muy abiertas. La base fue directa al aro pero se veía, quien no quedara paralizado, que el balón podía ir corto. Y la que lo vio claramente fue Vilaró que fue directa al rebote -uno de los nueve que pudo conseguir Avenida en todo el partido-, saltó una décima de segundo antes que cualquier otra jugadora y con el reloj acercándose a cero palmeó. El tablero a rojo justo cuando el balón tocaba aro y acababa por entrar.

Inolvidable, para la historia.