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Borja Díaz, "segurísimo" de la salvación de Unionistas: "Tenemos capacidad para hacerlo"
Borja Díaz. Foto de Archivo. Arai Santana.
María  Pedrosa García
María Pedrosa García
Lectura estimada: 3 min.

Unionistas de Salamanca pretende resurgir de sus cenizas. Evitando escribir un final antes de acabar el cuento, la dirección deportiva del club decidió prescindir de Raúl Casañ y traer tras los cambios del mercado de invierno a Dani Ponz, sumando un nuevo reto a la labor de adaptación de los jugadores, pero con la ilusión de modificar el devenir de la historia. Y de momento, ya se ha logrado una victoria, ante la UD Sanse y con una comunión equipo-grada que tanto se echaba de menos. 

Si bien es cierto que después de ganar se entrena mejor, Borja Díaz demuestra también que se habla mejor, al menos el mensaje suena más creíble. "Nos vamos a salvar, lo tengo claro. Segurísimo", revela el actual jugador del conjunto del Reina Sofía. Una afirmación no exenta de "facilidad" y "miedo". "Asusta un poco, pero tenemos capacidad para hacerlo. Ojalá que lo consigamos cuanto antes porque nos dará más tranquilidad", asegura. 

La última victoria. Un antes y un después. "Son tres puntos, no nos sirve para salir de ahí abajo, pero moralmente nos viene increíble. Lo necesitábamos después del final del mercado, del cambio de entrenador, de la mala racha de resultados... necesitábamos la victoria. Las cosas se ven de otra manera y nos hace estar a tope estos últimos doce partidos. La victoria nos da esperanza en seguir mejorando". 

Muchos cambios en muy poco tiempo y escaso margen de maniobra. "Es cierto. Parece que la gente que se va no te afecta tanto, pero sí lo hace. Las pérdidas también duelen. Por otro lado, la gente nueva se tiene que adaptar, pero creo que se la hemos hecho muy cómoda y llevadera. Es cierto que es difícil, pero por eso viene tan bien el ganar, porque ganando todo parece más fácil y las cosas se ven mejor". 

El cambio más grande, el entrenador. "Cada persona somos un mundo, cada uno tiene una idea táctica diferente, una manera de llevar el vestuario diferente... no es ni mejor ni peor; cada uno tiene su convencimiento, sus armas e idea de ver el fútbol. Raúl tenía la suya y Dani tiene otra. Estamos a muerte con la nueva idea. Confío en su idea. Si no confiamos en lo que decide el entrenador que es el que nos dice como tenemos que jugar... vamos mal. Si alguien se desvía del camino nos viene mal a todos y sería un fracaso. Si mañana nos dice que tenemos que meternos 11 debajo de la portería pues nos metemos. Tenemos que ir todos a una. Podemos salir en cualquier momento de abajo, pero está claro que es delicado y si no vamos todos a una... esto decidirá el final de temporada". 

El mes de marzo, clave. "Son duelos directos. Al final, no solo están en juego tres puntos, son de seis puntos. Pierdes tú y ganan ellos. Se juegan lo mismo, van a muerte. Van a ser encuentros muy igualados y nosotros tenemos que dar un puntito extra para llevárnoslos. Creo que llegamos bien al final de liga, a la parte más importante". 

SU PASO POR EL BANQUILLO

El once en mente de Raúl no estaba claro, tampoco con Dani Ponz. ¿Cómo se vive dentro del vestuario? "Creo que esta situación habla bien de la competitividad del equipo. Es normal. Es positivo no tener el puesto asegurado y no jugar por decreto porque eso hará que todo el mundo apriete, que todo el mundo quiera jugar y que todo el mundo pueda entrar. Es algo que nos viene bien a todos. Es para beneficio individual y de equipo. Todo el mundo curra", responde. 

¿Cómo canalizas el 'cabreo' de no jugar en positivo? "Cuesta mucho. Hay que saber llevarlo. A lo largo de los años ganas en experiencia. No es lo mismo los discursos que te pillas cuando eres joven y la rabietas que te coges, que cuando eres más mayor y te pones en la posición del cuerpo ténico y aceptas que no has estado todo lo bien que puedes estar o que hay otros compañeros también tienen que jugar. A veces te llevas palos, duele de verdad, pero es lo que te mantiene ahí. El día que no te duela es que has perdido la pasión y el amor por el fútbol. Lo canalizo de la mejor manera posible, me molesta no verme como titular, pero al momento trato de cambiar el chip para ayudar de la mejor manera posible y apretar durante la semana para dar la vuelta a la situación. Trato de aprender de este tipo de cosas para ser mejor, tanto en el fútbol como en la vida diaria", afirma. 

LA AFICIÓN, UN TÓPICO CONVERTIDO EN REALIDAD

"Todos los jugadores estamos agradecidos a la afición. Hemos tenido momentos muy malos durante la temporada y siempre han dado la cara por nosotros. Nos han animado, se han comido partidos incomibles y siempre han estado hasta el final. Es algo que hace único al equipo y al club. No había vivido algo así. La realidad es que nos anima a seguir. Cualquiera puede decir lo mismo que yo". 

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