Salamanca. Año del Señor de 1644. Un escribano de la Compañía de Jesús recibe el encargo de copiar 43 cartas escritas de puño y letra por Francisco de Quevedo, uno de los mayores genios de las letras españolas, preso en aquellos años en el convento leonés de San Marcos.

El religioso se pone manos a la obra y trascribe el contenido de las 43 epístolas. No podía ni imaginar que 376 años más tarde, en 2020, el Gobierno español pujaría por esos duplicados en una subasta, los declararía inexportables y los depositaría en una sala de la Biblioteca Nacional.

Francisco de Quevedo. (Foto: Real Academia de Historia)

Un objeto inexportable, aunque esté en manos privadas, no puede salir de España sin el consentimiento expreso del Ejecutivo. Los escritos de Quevedo calcados en Salamanca son propiedad del Estado y también son inexportables, según revela un documento oficial del Gobierno remitido al Congreso. Varios diputados de Vox preguntaron al Ministerio de Cultura cuántos bienes ha prohibido sacar del país durante este mandato. La lista incluye cuadros de Goya, óleos de Picasso, una obra de El Greco... y las trascripciones salmantinas de las cartas de Quevedo.

Las copias se han blindado porque son las "más antiguas conocidas (posiblemente de finales del XVII /principios del XVIII) de un conjunto de correspondencia que Quevedo escribió desde el convento de San Marcos de León donde estaba encarcelado".

Detalle del edificio de la Compañía de Jesús. (Foto: A. Santana)

"Quevedo", añade el documento oficial "quien fue un prolífico e incansable escritor de cartas, trata en ellas temas políticos, literarios, filosóficos, históricos (como el socorro de Perpiñán, etc.), se hacen críticas a actuaciones tanto del Rey como de diversos personajes de la Corte y de la Compañía de Jesús y retrata diversos aspectos de su vida cotidiana en prisión, los chismes que circulaban por el Convento y las visitas con las que conversaba y que le daban noticias de la ciudad y la Corte. Por todo ello y dado que son las copias más cercanas en el tiempo a la vida del propio autor, siempre pueden arrojar luz en futuras investigaciones, razón por la cual se considera necesario la adopción de la medida cautelar propuesta". Quevedo murió en 1645. Las epístolas fueron algunos de los últimos textos que escribió.

El catálogo de la Biblioteca Nacional aporta más información sobre los duplicados. El nombre oficial de los documentos es "Cartas de D. Francisco de Quevedo escriptas al Padre Pedro Pimentel y al Padre Juan Antonio Velázquez y otros documentos". Las cartas están fechadas entre el 17 de junio de 1642 y el 27 de septiembre de 1644, fueron copiadas "en el Colegio de la Compañía de Jesús (Salamanca), siendo rector Pedro Abarca (1619-1693)" y se compilaron en nuestra ciudad entre los años 1650 y 1675,  cuando aún faltaban más de tres siglos para que entrasen en la Biblioteca Nacional, el templo de las letras del que no volverán a salir.