El proceso en el que está ahora mismo Perfumerías Avenida no es sencillo. No es solo el cambio de entrenador, con todo lo que ello conlleva porque cada técnico lleva un catecismo que sus jugadoras se deben aprender y en este caso en tiempo récord, también la nueva distribución de roles tras la marcha inesperada de Crvendakic y con Silvia Domínguez renqueante -sin jugar en Bélgica porque no se puede arriesgar ni un mínimo con ella-. De golpe te cambian al general, te quitan la que se supone es tu arma ofensiva más importante y además te falta la cabeza pensante más importante sobre el campo de batalla, casi nada. 

Todo lo sucedido pudo provocar resquemor ante aquellos que decidieron dejar el barco pero dicen que es bueno saber transformar la rabia que calienta por la noche porque a la larga el orgullo herido puede alentar a hacer cosas maravillosas. 

Con esos factores trabajan Pepe Vázquez y las suyas y como bien decía el técnico gallego en su aterrizaje, ahora hay que intentar obviar lo que falta y saber pelear en el barro desde el minuto uno. Es tiempo de 'guerra de guerrillas' y en la pista belga de Kangoeroes Mechelen esa necesidad de bregar se iba a plantear desde el minuto uno. Vázquez quiere que su equipo crezca desde la defensa, intensidad en la presión al balón, mostrar ayudas aunque no se culminen, trabajar el rebote y después intentar correr. Para un equipo que hasta ahora ha tenido muchos problemas en el ataque estático con porcentajes de tiro bajos para la calidad de las lanzadoras, es importante poder sumar en transición para ganar en confianza y lo hacía bien el equipo salmantino en los primeros minutos aunque también es verdad que esas ganas de correr a veces llevaban a errores no forzados.

Con puntos de Fasoula y un triple de Nogic Avenida se iba cuatro arriba y llegaba el tiempo muerto local. Dos triples lejanísimos, marca de la casa de Berkani, dejaban el marcador igualado al acabar el primer parcial, 18-18.

Pareció como si esos puntos encajados pese a las buenas defensas restaran confianza en el trabajo que se estaba haciendo atrás porque ne el inicio del segundo parcial bajó la intensidad. Llegó la relajación y con ella varias canastas fáciles del equipo local que acababan por provocar el tiempo muerto de Pepe Vázquez y también su primera gran bronca como téncico azulón con 27-20.

Surtió efecto porque volvió a reaparecer la disciplina defensiva y en ataque cogía el mando Cazorla para aprovechar su imparable voy-no voy en penetración. Con sus puntos, una canasta de Leo Rodríguez y el triple de Carleton se volvía a igualar el duelo, 29-29, e incluso aumentaba el parcial a su favor el equipo salmantino con una canasta de Vilaró para el 29-33. El problema es que llegaba la tercera de Onyenwere y eso liberaba a Bertsch para atacar cerca el aro y frenar el esirón azulón. Otra vez Berkani aparecía en ese tramo final para anotar desde lejos o aprovechando su velocidad y dejaba un ajustado 36-37 al descanso.

En los últimos años, una gran virtud que ha tenido Perfumerías Avenida es que mantenía una gran capacidad para meterse en faena tras los descansos antes que su rival. Darle una velocidad más con la que intentar sorprender y lo lograba con seis puntos consecutivos que le permitían irse siete arriba. Ahora faltaba eso que lleva echándose de menos todo el año: rematar. Y es que eso cuesta en exceso aun teniendo situaciones favorables como lanzamientos bajo aro como un par fáciles que se le escapaban a Gulbe. La letona se iba al banquillo, eso sí con mensaje de refuerzo durante varios segundos de Vázquez y es que, como comentábamos, a partir de ahora los roles son otros y no hay más '4' que ella y Onyenwere así que todo lo que tenga hay que sacárselo. 

Era Carleton la que ponía el +10 desde el tiro libre y es que la canadiense y cargando el rebote ofensivo se ganaba el equipo alguna segunda opción con la que mantener esa ventaja cuando llegaba el tiempo muerto local a 3'22" para acabar el cuarto. Evitando ahora lanzamientos cómodos, sólo los balones a Bertsch hacían daño aunque no acababa de llegar esa ruptura de partido porque se cometían demasiadas precipitaciones en ataque. Eso en los últimos 25 segundos de cuarto llegaron dos canastas de Fasoula, una bajo aro y otra con un tiro de media distancia sobre la bocina para el 44-56 con el que se afrontaba el tramo final.

Una notabilísima Cazorla -por responsabilidad ofensiva, defensiva, además de desgaste físico-, inauguraba el último parcial y en su línea Carleton recuperaba un par de balones atrás que restaban confianza en la remontada de las locales. Aunque como hicieran en Salamanca, las del equipo belga se la jugaban al triple desesperado con algún acierto, Avenida no se equivocaba: mantener la movilidad defensiva y alargar los ataques incluso hasta agotarlos y así atar un triunfo que no se podía escapar.