Hay muchas maneras de empatar. Muchas formas de salir al campo y otras tantas de dar la cara ante tu afición. Con el equipo en entredicho, tanto jugadores como cuerpo técnico y con un jugador menos desde el minuto 10 de partido, Unionistas de Salamanca no se hizo pequeño ante un rival directo actualmente en la tabla y que cogió el balón una vez se vio superior numéricamente en el césped. Los de Casañ, que no hizo cambios, se crecieron con una afición volcada, y más cerrados, supieron esperar su momento, ser pacientes y tener sus oportunidades. 

De inicio. Cambios en el once. El cuerpo técnico apostó de inicio por el doble lateral con Ramón Blázquez, dejando en el banquillo a Chapela, además de a Carlos de la Nava. En su lugar, Losada se situó junto a De Miguel en la línea más adelantada de su equipo. De hecho, inicialmente se vio una idea de presión adelantada con un enérgico Losada y un incansable dorsal número 22, que después hizo un reseñable esfuerzo en labores defensivas. En general, el equipo respondió cuando tuvo que hacerlo. 

Sin embargo, algo inesperado. Minuto 6, primera amarilla por mano al borde del área de Ramairo. El árbitro interpreta que el balón va dirección a portería y por eso decide sacar cartulina, aunque él no tiene intención de tocarla, de hecho no mueve ni brazo ni mano. Cuatro minutos después la segunda. Muy clara. Ramiro cortaba la contra del Badajoz llegando tarde a la disputa de balón y con los dos pies por delante. Unionistas se quedaba con diez y sonaban la alarmas. 

Las directrices desde banquillo se hacían clave en un momento de tanta incertidumbre y Casañ decidió no cambiar jugadores. Se apostó por el arreón del equipo con la afición de fondo. Óscar Sanz retrasó su posición e hizo pareja atrás con Mario, Raúl Beneit se movió al centro y el dibujo se trasladó al 4-3-2 en el que todos defendieron. De hecho, las llegadas al área por parte del conjunto rival fueron escasas, a excepción del penalti de David Vicente sobre Adilson, que lanzó al travesaño Zelu para euforia rojiblanca. 

La tuvo Unionistas antes de llegar al descanso en botas de Jon Rojo que mandó el esférico al lateral de la red. El equipo salmantino sse marchó con oportunidad en ataque y comenzó la segunda mitad en la misma línea. 

Con un cambio defensivo, Antonio Leal por Losada, Unionistas cedió por completo el balón al Badajoz con De Miguel como punta y Nespral detrás, ligeramente adelantado. Esta situación y el refuerzo en el centro del campo con Beneit, conseguía que el rival no se acababa de encontrar en el terreno de juego, forzó hasta tres córners en menos de cinco minutos, uno de ellos a punto de introducirse en la portería de Kike Royo, quien se vio forzado a despejar de puños.

Al cambio defensivo de Casañ, respondió Salmerón con cambios ofensivos. Poco tardó, de hecho, a los diez minutos, introdujo en el terreno de juego a Alfaro y Calderón, a lo que también respondió Unionistas con la mejor ocasión hasta el momento del partido. De Miguel la dejó de espaldas (con falta incluida), la recogió Beneitk, quien galopó por el centro del campo hasta disparar duro, forzando el parón/ salvación de Royo. 

Toma y daca de Unionistas. Balón parado que puso Jon Rojo al segundo palo, remató Beneit, para el paradón de nuevo de Royo. El rechace cayó en botas de Mario, totalmente solo, que la envió fuera. Ocasión clarísima que daba no solo esperanza, daba vida a un equipo deisparado, pero no muerto desde el minuto 10 de partido. 

El Badajoz no pisaba el área contraria. Unionistas solo atacaba en campo rival. Hacía muchos partidos que el conjunto del Reina Sofía no generaba tanto, sobre todo entre los tres palos. No se había cumplido la primera media hora de partido cuando Royo tuvo que volver a intervenir al disparo de Nespral con pierna derecha desde el borde del área. 

Ad astra per aspera más que nunca, porque con uno menos se avecinaban curvas. Centro desde la banda derecha, que remató Chendri para el paradón de Salva de la Cruz, quien también quería protagonismo. Aún así, las ocasiones no cesaron por parte de los locales. Chapela, recién incorporado al terreno de juego, la tuvo desde banda izquierda, forzando una vez más la parada de Royo. A todo, esto minuto 80 y a falta de goles buenas eran las ocasiones.

De hecho y viendo el devenir del encuentro, no se quiero conformar Casañ con el reparto de minutos y a falta de cinco minutos para cumplir el tiempo reglamentrario apostó por Tropi y Obeng. Estuvo la intención, pero faltaron efectivos y con un Mario Gómez cojeando lo mejor era que el partido se acabara cuanto antes para poder puntuar. Se frenó la racha negativa, no con vicotira, pero sin con un meritorio empate. Pues eso, Ad astra per aspera.