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El julio más caluroso de la historia en Salamanca dispara la estadística de mortalidad a niveles de la ola Covid de enero
Las altas temperaturas estarían detrás de 55 muertes, casi la mitad del exceso de mortalidad medido por el Instituto Carlos III en la provincia
El recién terminado mes de julio ha batido todos los récords de temperatura y también de mortalidad por calor. Este componente de la estadística de causas de muerte no había tenido un protagonismo tan elevado en el último año y se ha disparado durante el pasado mes al tiempo que los termómetros se elevaban ampliamente por encima de los 40 grados. El resultado, un exceso de mortalidad atribuíble al calor por encima de lo conocido, que confirma que en Salamanca el calor mata más que el frío y que ha disparado el pico de exceso de mortalidad a los niveles de la última ola de Covid, la del pasado mes de enero tras las Navidades.
Según los datos del Instituto de Salud Carlos III, referente del estudio de la mortalidad por la pandemia del Covid, se han producido 2.176 muertes atribuibles a las altas temperaturas durante el mes de julio en el que el exceso de mortalidad también ha sido importante, con casi 10.000 defunciones estimadas más de lo habitual. Se trata, insiste el instituto, de una mortalidad atribuíble, estimaciones estadísticas de excesos de mortalidad para un día determinado comparando series históricas, no números exactos de defunciones que habrá que esperar a conocer.
En el caso de Salamanca, se totalizan 405 defunciones observadas (398 notificadas) para una base de 300 en un mes de julio, de las cuáles 55 son atribuíbles a las altas temperaturas en un mes que no ha estado falto de ellas: se batió la máxima absoluta en la capital (40,8 grados el 14 de julio), se superaron los 42 grados en varios puntos de la provincia y las mínimas fueron atísimas, con una media del mes muy elevada. Es decir, casi la mitad del extra de mortalidad (105 personas estimadas) se atribuye a las altas temperaturas. Es mucho más que en el global estatal o de Castilla y León.
Esa estimación de muertes por calor, 55 en un mes, es el más alto por temperaturas del último año, lo que permite sacar una primera conclusión: el calor ha matado más que el frío este año en Salamanca. En enero, las muertes atribuíbles a defecto de temperaturas fueron 36, con otras 13 en febrero. Este verano ya suman las 55 de julio y otras 19 en junio.
Como se puede observar en la gráfica superior, la estadística de mortalidad atribuíbles a las altas temperaturas tiene sendos picos en junio y julio durante los episodios de calor extremo. Los peores días, entre el 16 y el 19 de julio con hasta seis muertes diarias estimadas por calor.
Además, se observa que el impacto del calor eleva los picos de mortalidad estimada, alcanzando en esas fechas de julio y, en menor media, también en junio, los niveles de la última ola mortal de Covid, la que golpeó la provincia en enero. Con todo, el primer mes del año tuvo un exceso de 175 muertes al que no se había regresado hasta este julio: entonces, se presumía el Covid como causa predominante sobre el frío, pero esta vez el calor ha superado al coronavirus, aunque los técnicos piden esperar para conocer bien las causas.
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