El convento de San José de las Batuecas, una joya de la vida contemplativa con 400 años de historia, está cercado por las llamas del incendio iniciado en la localidad hurdana de Ladrillar y que se ha extendido con gran fuerza hacia territorio salmantino, amenanzando desde La Alberca a Monsagro. El fuego ha llegado a las puertas del inmueble que, por fortuna, todavía no ha sufrido daños oficialmente, pero en el que se ha tenido que desalojar a sus diez monjes.

Como se puede apreciar en las fotos facilitadas por la Junta, las llamas están a un paso de la tapia y desde arriba el recinto y su edificio principal están envueltos en un denso humo.

El Desierto de San José fue fundado en 1599 por el padre Tomás de Jesús, en aquel entonces Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla. La orden lo utilizaba para proporcionar un lugar de contemplación a sus monjes. 

En 1836 los religiosos fueron expulsados, y el monasterio fue vendido y destruido, tanto por la mano del hombre como por un inmenso incendio que lo dejó en ruinas. En 1937 fue recuperado y restaurado por Santa Maravillas de Jesús, Carmelita Descalza, quien lo cedió de nuevo a los Padres Carmelitas en 1950, restaurando así la vida de Desierto contemplativo.

En la actualidad, una pequeña comunidad vive en el inmueble, un remanso de paz en un lugar privilegiado, el Valle de las Batuecas, reconocido como sitio histórico. El fuego obligó a desalojarlos este jueves y ahora acecha el convento que, por segunda vez en su historia, puede ser pasto de las llamas.