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550 aniversario de la imprenta de Gutenberg: tesoros incunables que guarda la Biblioteca Histórica de la USAL

La Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca conserva entre sus fondos un total de 487 incunables, una de las colecciones más importantes de España.

Libros incunables en la Universidad de Salamanca (Fotos: Arai Santana)
Isabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
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En 1440 el alemán Johannes Gutenberg inventaba la imprenta en Maguncia. Un invento que revolucionaría la cultura y cambiaría la historia de la humanidad. El salto para la cultura, el estudio y el saber fue enorme. Sin embargo, no sería hasta 1472 cuando este invento llegara a España y se extendiera rápidamente por todo el país. "La imprenta es el comienzo de que la palabra escrita llegue a la gente que podía leer, es el comienzo de toda la cultura", afirma Margarita Becedas, directora de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca.

Ahora, la Biblioteca Nacional celebra el 550 aniversario de la llegada de la imprenta a España con una exposición de incunables y desde TRIBUNA hacemos un repaso a los primeros libros impresos que se conservan en la Universidad de Salamanca.

Cuando hablamos de incunables, "los que están en la cuna", hablamos de los primeros productos de la imprenta de tipos móviles y abarcan desde que Gutenberg inventa la imprenta hasta finales de 1500. "Los primeros impresos se producen en Segovia, que era una ciudad pujante con parte de la Corte y es una ciudad humanista con un cierto nivel cultural. El obispo Arias Dávila decide pasar a molde unas actas de un sínodo, que es el primer impreso hecho en España, el Sinodal de Aguilafuente en 1472", cuenta Margarita Becedas.

Desde Segovia, la imprenta se extendió rápidamente por España y llegó a Salamanca, una ciudad ya universitaria, apenas 10 años después de su llegada al país. "La imprenta tuvo un éxito inmediato y en España a finales del siglo XV ya había 26 ciudades con imprenta. A Salamanca llega en torno a 1481 y tiene mucho éxito con una Universidad pujante. Se calcula que se hacen unos 150 títulos en Salamanca desde 1481 hasta 1500 y es, junto con Sevilla, la ciudad con imprenta incunable más fuerte de España". Y es que en la capital del Tormes la imprenta nace irremediablemente asociada a la figura de Nebrija: "Nebrija era un hombre culto y con muchas ganas de difundir, por lo que intenta pasar a molde sus obras. La primera imprenta salmantina imprime todo lo que escribe Nebrija, que hasta hace poco se ha llamado Imprenta Anónima Salmantina, pero ahora se sabe que era la familia Porras. Juan de Porras era el gerente de las imprentas que imprimían las obras de Nebrija, aunque también había en esa época otros impresores". 

Otro de los impresores destacados de la ciudad es el que imprime el libro de ajedrez, una obra considerada el inicio del ajedrez moderno y que conserva la USAL. "A Salamanca llegó un impresor alemán que decide poner una imprenta hacia 1495 y asociarse con un español, López Sanz. Entre los dos hacen bastantes libros y el más interesante es el libro de ajedrez porque son dos obras y las dos están en español. Eso es muy interesante porque es el momento en el que los libros traspasan la universidad, se necesitan libros para la gente y la gente lo que habla es español, estudia en latín pero habla en español".

La Biblioteca Histórica de la Universidad conserva entre sus fondos un total de 487 incunables, una de las colecciones más importantes de España. "Cuando decimos esta cifra, frente a los más de 3.000 manuscritos y frente a los 60.000 libros impresos antiguos, parece una cosa pobre pero si tenemos en cuenta que estamos hablando de 40 años de imprenta y de una tirada media de entre 150 y 200 ejemplares no es una mala cifra y estamos muy por encima de otras bibliotecas históricas de España. Tenemos algunos ejemplares muy importantes porque algunos son ejemplares únicos y otros que son muy importantes para la historia de Salamanca", explica su directora.

 Incunable de la USAL

El incunable más antiguo que custodia la USAL es de 1468. Se trata del 'Speculum Vitae Humanae', un libro de historia y grandes personajes publicado en Roma pero de Rodrigo Sánchez Arévalo y escrito en Latín. "Me gusta la idea que el incunable más antiguo que tenemos sea de un español aunque esté publicado en Roma y de tipo histórico, no teológico, jurídico o filosófico, que es lo que más abunda porque es lo que se estudiaba en las universidades. Pero este libro es muy atractivo porque tiene un papel espectacular, una letra romana muy bonita y tiene una característica muy especial que suelen tener en común todos los incunables. Y es que cuando la imprenta nace lo hace con un cierto complejo de inferioridad porque el único modelo para hacer un libro era un manuscrito y había algunos ejemplares únicos muy bonitos y estos no dejaban de ser libros hechos en serie. Lo que hacen los impresores es imprimir el texto y dejar huecos donde tiene que haber iniciales capitulares, luego aprenden a hacer grabados e iniciales con silografías, pero al principio dejaban huecos para que la persona que compraba el libro pudiera personalizarlo y este incunable es así. Tiene las iniciales hechas a mano con algo de oro y entre medias del texto tiene subrayados. Es un incunable con ilustración manuscrita".

Otro de los ejemplares que se guardan entre sus paredes es uno que "tienen bastantes bibliotecas pero es magnífico". Se trata de un incunable de finales del siglo XV hecho en Alemania y que está lleno de grabados. Es el 'Liber Cronicarum' y es una historia del mundo. "Cuenta el nacimiento de Adán y Eva y tiene ilustraciones de distintas ciudadaes europeas. Está hecho en 1492 por lo que no llega al descubrimiento de América", cuenta.

Sin embargo, la biblioteca histórica de la USAL también es el lugar donde se conservan algunos de los primeros libros impresos en Salamanca. "De esos 150 títulos aproximadamente que se pudieron hacer en Salamanca nosotros no tenemos demasiados, tenemos entre 12 y 14 y eso es porque esto era una biblioteca universitaria, donde solo se utilizaban determinados tipos de libros y no se estudiaba nada en español, que era una lengua vulgar y en donaciones no nos han llegado. Nuestra espina clavada es que no tenemos ejemplar ni del primer libro que pasa por ser el primer incunable salmantino, que son las Introducciones Latinas de Nebrija, de 1481, tenemos ejemplares posteriores, pero no de la primera edición, y tampoco tenemos ejemplar de la edición de 1492 de la Gramática Castellana". 

No obstante, sí conserva algunos ejemplares relevantes y únicos. Uno de ellos son las Constituciones de la Universidad. "Desde el principio la universidad se rige por legislación real y a partir de 1411 y 1422 se hacen las constituciones universitarias, que van a estar vigentes hasta el siglo XVIII, pero que se van a ir actualizando durante los siglos XVI y XVII a través de los estatutos, que ya suelen ser en castellano. De esas constituciones de 1422 tenemos tres ejemplares manuscritos, pero alguien a finales del siglo, probablemente alguien muy moderno y amante de las nuevas tecnologías, decidió que se deben pasar a molde las Constituciones y es el más antiguo de los incunables salmantinos que tenemos y es un ejemplar único en el mundo". 

También relevantes son los incunables de Nebrija. Uno de ellos es un volumen con dos obras impresas en Salamanca simultaneamente y que se juntan en la misma encuadernación. "Una es la obra cartográfica de Pomponio Mela y la otra es el comentario que Nebrija hace a esa obra. Están muy anotadas es una de las riquezas que tiene esta biblioteca", apunta Becedas.

Y es que para la Universidad de Salamanca la llegada de la imprenta supuso un cambio para los estudiantes y los profesores, ya que puso a su disposición todos los libros que podían necesitar para su formación. "Cuando la universidad nace, una de las cosas que hace Alfonso X es instituir la figura del estacionario y una de las cosas que hace es hacer manualmente copias manuscritas de lo que tenían que estudiar los alumnos. Los profesores lo que hacen es comprar libros manuscritos para la universidad y con la imprenta se pueden comprar y los estudiantes o profesores pueden tener esos ejemplares. Supone la diversificación de la palabra escrita".

 

Sin embargo, desde muy pronto, la imprenta se vincula con el control legal y bibliográfico. Según cuenta la directora de la biblioteca, "antes había solo manuscritos y nadie se preocupa de si el libro está permitido o no. Pero con la imprenta te puedes llevar 100 catecismos y si se ha metido una idea herética se ha metido 200 veces esa idea, por lo que ya con los Reyes Católicos en 1502 hay legislación sobre los libros".

Hoy en día esos libros, esos pequeños tesoros con siglos de historia y testigos de uno de los inventos que cambió la historia de la humanidad, se conservan con mimo en una sala aneja a la Antigua Librería. Se trata de una pequeña sala con mucha seguridad gracias a dos puertas blindadas que se encuentra en el hueco de la fachada plateresca de las Escuelas Mayores y donde se guardan los manuscritos y los incunables. "Hemos podido aclimatarla porque los libros están bien conservados, pero en verano hace calor y en invierno hace frío y ahora está con temperatura y humedad constante".

Todos los libros incunables están digitalizados por completo y están libres en internet para su consulta. Sin embargo, los originales están reservados exclusivamente para los investigadores que reúnan una serie de requisitos. "Primero pedimos que trabajen con la copia digital y en caso de que necesiten se le saca el original", concluye.