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El Gobierno descarta recrecer la presa de Santa Teresa y considera su capacidad suficiente para el regadío de La Armuña

Rechaza la petición de diputados del PP, en línea con la Junta, de aumentar la capacidad de almacenamiento porque presas más grandes no garantizan má agua en pleno cambio climático. En 50 años el desarrollo del regadío en la comarca no pasa del 20% de la superficie prevista.

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El Gobierno descarta recrecer la presa de Santa Teresa y considera su capacidad suficiente para el regadío de La Armuña
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El desarrollo del regadío de La Armuña, con el obligado aumento del agua disponible, es el nuevo escenario en el que el Gobierno central, por un lado, y la Junta, las organizaciones agrarios y los parlamentarios salmantinos del PP, por otro, enfrentan sus diferentes planteamientos y soluciones sobre el futuro del regadío en la comarca, el cambio climático y la inversión en nuevas infraestructuras. De fondo, la petición por parte de diputados del PP para que el estado atienda las peticiones y proceda a recrecer la presa de Santa Teresa, una de las principales estructuras de regulación y suministro de agua para consumo y riegos.

 

A finales de diciembre de 2021, diputados salmantinos del PP presentaron una pregunta por escrito para que el Gobierno se pronunciara sobre las observaciones, propuestas y sugerencias al Borrador de Plan Hidrológico del Duero 2022-2027 que la Junta de Castilla y León, varias diputaciones y organizaciones agrarias de Castilla y León habían hecho y entre las que se solicitaba el recrecimiento de la presa salmantina para una mejora de las aguas subterráneas.

 

El embalse de Santa Teresa es clave para el suministro de agua. Permite el riego de unas 65.000 hectáreas, además de garantizar el abastecimiento de agua potable a numerosas localidades, entre las que se encuentra la ciudad de Salamanca. Es el segundo embalse más grande de los levantados por el Estado en la cuenca del Duero, con 496 millones de metros cúbicos (sólo le supera Riaño). La presa que lo forma fue terminada en el año 1960 y es de las llamadas de gravedad en planta recta con una altura de 60 metros sobre la cimentación y una longitud superior al medio kilómetro. 

 

Ahora, el Gobierno ha publicado la respuesta en la que descarta llevar a cabo una obra de estas características y argumenta los motivos. En primer lugar, recuerda que para el ciclo 2022-2027 tiene consignados 18 millones de euros para la finalización de las obras actualmente en ejecución del regadío (La Armuña Fase I) y 5 millones para el resto de fases aún sin definir. A los que se suman 6 millones de euros más en el mismo período para un nuevo canal.

 

En cuanto al recrecido de la presa, considera que "plantear una medida de recrecido de la presa de Santa Teresa para una zona regable sin definir y en la que en los últimos 50 años se ha desarrollado un 20% de la zona regable no parece una medida efectiva". No obstante, explica que sí se puede analizar la viabilidad estructural e hidrológica de regulaciones adicionales, para lo cual cuenta con 1,8 millones de euros.

 

El Gobierno explica que, al ritmo que se desarrolla el regadío de La Armuña, la actual configuración de la presa basta para el abastecimiento. "Los análisis realizados en el Plan Hidrológico señalan que la capacidad actual de Santa Teresa permitiría la trasformación de una superficie adicional en La Armuña similar a la que está actualmente en servicio y la que está a punto de finalizar, es decir, unas 10.000 ha. En consecuencia, al mismo ritmo de desarrollo serían necesarios 50 años más para alcanzar ese incremento", dice.

 

Por último, plantea condiciones para el desarrollo futuro del regadío en la comarca salmantina que tienen más que ver con la disponibilidad de agua en un contexto de cambio climático y reducción de las precipitaciones. "La viabilidad de nuevos sectores en esta zona deberá quedar ligada a la disponibilidad de agua y la adecuada garantía de suministro en el marco del cambio climático, algo que no se logra únicamente incrementando la capacidad de las infraestructuras de regulación", replica.

 

La Junta pide más capacidad

Por contra, la Junta de Castilla y León considera que hace falta aumentar la capacidad de regulación, es decir, de acumular agua a partir de embalses y presas, y lo ha expresado en un informe del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y la Asociación de Regantes Ferduero con un estudio de las posibilidades de aumento de recursos hídricos en Castilla y León.

 

La investigación pone de manifiesto que la cuenca del Duero es la que menor capacidad de regulación posee en España, respecto a las aportaciones, ya que el volumen de los embalses de regulación solamente es del 31% respecto a los recursos naturales existentes, exceptuando los embalses de los saltos del Duero ubicados aguas abajo de los posibles usos de la cuenca.

 

Entre las actuaciones indicadas toma protagonismo la necesidad de ejecutar de manera inmediata las regulaciones pendientes en cuencas como la del Órbigo. Respecto a los embalses, el estudio analiza 31 posibilidades de nuevas infraestructuras hidráulicas, junto a 16 posibilidades de recrecido de embalses existentes. Entre ellos, el de Santa Teresa. En conjunto, todas las actuaciones en conjunto supondrían un incremento de la capacidad de regulación entre 1.194 hectómetros cúbicos y 2.243 hectómetros cúbicos

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