Tras sus tres grandes temporadas en el Salamanca, Carmen Álvarez vuela alto y tan alto. Llega a uno de los equipos con mayor proyección, cantera y peso en el fútbol femenino, ese del que tan poco se habla, pero que empieza a ocupar secciones deportivas y en la ciudad charra vivió uno de sus mejores momentos con la celebración de la primera Supercopa de España, esa que consiguió que 10.000 personas se engancharán un poquito más.

Tener talento no significa llegar lejos y Sergio Mata, su entrenador hasta el momento, resalta y destaca la capacidad de trabajo y esfuerzo que tiene la delantera de Ciudad Rodrigo. Aunque en verdad, solo basta con verla jugar. El Atlético de Madrid B se lleva hambre, talento y competitividad.

"Estoy muy contenta e ilusionada con el proyecto",  comienza a hablar Carmen, "siempre ha sido mi sueño, poder jugar en el Atlético de Madrid, la verdad es que pensé que nunca lo conseguiría, pero se ha hecho realidad. Estoy deseando llegar y hacerlo lo mejor posible".

Hablando de sueños, ¿puede una niña pequeña de Ciudad Rodrigo plantearse en algún momento un objetivo tan grande? "Al principio no, porque juegas por hacer deporte y amigos, luego poco a poco me fui dando cuenta de que podía llegar a estar en un gran equipo y con la ayuda de todas las personas que se han cruzado en mi camino, desde compañeras hasta entrenadores, pude soñar a lo grande y hoy decir que he fichado por el Atlético de Madrid. Ahora se ven partidos de la Liga por televisión, antes no. Mis referentes eran chicos en un primer momento, pero ahora tengo la posibilidad de pensar que puedo ser como ellas".

"Ahora mismo las niñas empiezan a tener referentes femeninos desde muy pequeñas y pueden soñar con llegar al equipo en el que está su jugadora favorita. Necesitamos visibilización y con ello conseguiremos poco a poco seguir profesionalizando el fútbol femenino. ¿Cómo podíamos soñar con grandes equipos si no los veíamos? Me acuerdo que empecé a tener referentes femeninos cuando televisaron el mundial", reconoce Carmen.

¿Cómo valoras el proceso, el camino hasta llegar a este gran salto? "La verdad es que cuando estuve en Ciudad Rodrigo me ayudó muchísimo el jugar con chicos, sobre todo a la hora de coger más fuerza. Después, el paso que dí viniendo al Salamanca creo que fue muy grande e importante. No solo me he formado como jugadora, sino también como persona. Sergio y en general todo el club me enseñaron muchas cosas más allá del balón", cuenta.

¿Y deportivamente? "Al final el primer año fue increíble, es uno de los mejores recuerdos que tengo. Me acogieron muy bien desde el primer momento y siempre les estaré agradecida por ello. Si conseguí ser pichichi fue por mis compañeras, ellas me hicieron jugar bien. Creo que ese año lo recordaré por lo bien que me lo pasé y por lo que disfruté del fútbol", señala.

"Al final, de todos los equipos en los que he estado me llevo a las personas, a mis compañeras. Sé que me van a ayudar y a apoyar siempre y yo a ellas. Me llevo amigas gracias al fútbol y además para toda la vida", recalca.

Aunque ahora hablar de futuro conlleva incertidumbre, ¿qué se te pasa por la cabeza cuando te imaginas la próxima temporada? "Simplemente disfrutar del sueño que voy a vivir. Espero seguir aprendiendo, formándome como jugadora y como persona e intentar llegar a lo más alto con el Atlético de Madrid. Seguiré siendo igual, tratando de dar el máximo en cada entrenamiento. Considero que juegas como entrenas y seguiré trabajando de forma constante para llegar alto. Eso sí, siempre con respeto y humildad", señala.

Y para acabar, precisamente demostrando esa humildad, agracede a sus padres el poder soñar despierta: "Están muy contentos y orgullosos, pero el éxito también es suyo. Me han llevado todos los días desde Ciudad Rodrigo a Salamanca para poder entrenar y gracias a elos he podido conseguir cumplir este objetivo".

Qué bonito es ver como alguien tan joven cumple un sueño tan grande.