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La Asociación Plaza Mayor de Salamanca libera un nudo más en la lucha contra la violencia de género

La Asociación ha presentado una guía cuyo foco se centra en la relación entre madres e hijos que han sufrido violencia de género: "Los niños son el dardo del hombre y la mujer es la diana". 

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La Asociación Plaza Mayor de Salamanca libera un nudo más en la lucha contra la violencia de género
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La Directora General de la Mujer, Ruth Pindado González, y el Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, Eloy Ruiz Mateos, acompañaban a Jésica Joaquín Rodríguez, representante y psicóloga de la Asociación Plaza Mayor, en la presentación de la 'Guía de Buenas prácticas de recuperación del vínculo materno-filial en mujeres víctimas de violencia de género'. La citada guía supone el resultado a un proyecto piloto llevado a cabo por la Asociación, contando con el apoyo de la Junta de Castilla y León en el que han participado un total de 20 mujeres y 57 niños y niñas. 

 

Esta iniciativa comienza a desarrollarse en febrero del presente año y sigue vigente en la actualidad a través de diferentes actividades. Así, aparece como un proyecto experimental con el fin de dar respuesta a la necesidad expuesta y demandada por aquellas mujeres que llegan a la Asociación en búsqueda de ayuda derivada de una situación de violencia de género. En este caso y como señala Jésica Joaquín, las mujeres "se sienten indefensas en el manejo de su rol como mujeres, pero también como madres"Además, en una muestra te autocrítica desde la Asociación cuentan que comprendieron que no estaban atendiendo debidamente a esta necesidad y de ahí el objetivo de facilitar un conjunto de herramientas para mejorar el vínculo entre madres e hijos/as. 

 

Los más pequeños de la casa son también víctimas directas de la violencia de género y la psicóloga de la Asociación Plaza Mayor determina que "tienen los mismos síntomas que las madres, pero expresados de diferentes formas y maneras". Para entender estas reacciones y encontrarse dentro del rol de madre, la guía ha llevado a cabo un trabajo de educación emocional, de seguridad y confianza en las mujeres con el fin de aprender a poner normas y límites, ya que sienten tanta inseguridad que piensan que han perdido toda autoridad; también se han llevado a cabo ejercicios de educación en igualdad, en autoestima y valoracion personal, así como de autoconocimiento y actividades de vínculo entre ambas partes con el fin de recuperar la conexión

 

En definitiva, la guía supone una herramienta de consulta a través de la cual las mujeres puedan sentirse escuchadas y comprendidas en relación a las dificultades de su vida y realidad. Los puntos en los que se distribuye esta guía son; 'Hablemos de la violencia de género', 'Mujer, madre y violencia de género', '¿Te has parado a pensar qué sienten tus hijos?', 'Mamá, ¿y si nos ayudamos entre los dos?' y 'Vamos a ser fuertes'. Por último, se adjuntan una serie de anexos formados por cuentos coeducativos, una carta de una hija a una madre, diferentes juegos y actividades. 

 

¿Qué tienen en común estas mujeres? "Hay que tener en cuenta que cada mujer presenta una realidad diferente y en función de esta realidad, son distintas las dificultades y los recursos a su alcance. Ahora bien, todas tienen en común que los niños son el instrumento perfecto para seguir ejerciendo violencia de género por parte del hombre hacia la mujer. Siempre lo digo, la diana son las madres y los dardos son sus hijos o hijas. Ellas se ven en el deber de restaurar ese daño producido, además de restaurar su propio daño. Esta es la realidad común". 

 

Por su parte, la Directora General ha agradecido la labor de la Asociación Plaza Mayor de Salamanca, alegando que "siempre están dispuestas a ir un paso más allá", siendo este paso necesario para alcanzar los objetivos más ambiciosos que se pretenden conseguir con la modificación de la actual ley de violencia de género: "Hay que seguir rompiendo nudos para alcanzar los mismos derechos". 

 

Por último, se destacaron algunas modificaciones llevadas a cabo en relación a la protección del menor en este tipo de casos. Por un lado, gracias al Pacto de Estado se eliminó la necesidad de autorizar por parte del padre la asistencia a terapia, ya que en muchas ocasiones se negaban al saberse perjudicados y, por otro lado, se restringió la obligatoriedad en cuanto al número de visitas a la cárcel. 

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