Miguel Gila: el particular vínculo del humorista con la Universidad de Salamanca

Durante su estancia en Zamora, a finales de los años 40, realizó varias viñetas humorísticas para una revista de la USAL

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Miguel Gila: el particular vínculo del humorista con la Universidad de Salamanca
Viñetas de Gila en la USAL
El autor esIsabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 3 min.

"¿Es el enemigo?". Quizá todo el mundo sepa de quién hablamos tan solo con esas tres palabras. El humorista Miguel Gila hizo reir a varias generaciones con un teléfono y un casco militar. Sin embargo, quizá no todo el mundo conozca su faceta como dibujante, una cara que le vinculó para siempre con la Universidad de Salamanca.

Sería durante la década de los años 40 del pasado siglo XX cuando, durante su residencia en Zamora, empezaría su andadura en el mundo del humor gráfico en una revista universitaria salmantina. Y es que el genial humoristas llegó a Zamora tras la guerra civil, en la que sobrevivió a un pelotón de fusilamiento gracias a que los integrantes del piquete estaban borrachos y no acertaron con los disparos.

Una vez finalizada la guerra, cumplió un servicio militar de cuatro años destinado en el regimiento de infantería 'Toledo' en Zamora. Allí prestó servicio como chófer del coronel, era funcionario sindical y comenzó a colaborar en Radio Zamora y en el periódico Imperio, dentro de la Prensa del Movimiento.

Además, trabajaba en un taller de reparaciones de aparatos eléctricos, escribía, dibujaba viñetas, narraba partidos de fútbol del Atlético y recomponía radios y artilugios.

Una de las viñetas publicadas por Miguel Gila en 'Trabajos y días'

Fue entonces cuando comenzó a colaborar con algunas viñetas en una de las revistas de la Universidad de Salamanca. La publicación 'Trabajos y días' había comenzado a publicarse en 1946. Era un espacio de reflexión y diálogo que había surgido de las tertulias que se celebraban los sábados en el Café Castilla, según recoge el blog de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Ahí sería donde realizaría sus colaboraciones, que se publicaron en tres de los números de la revista, publicadas entre 1947 y 1949.

Las primeras de ellas se publicaron en el número 5 de la revista, en febrero de 1947. Se trata de dos viñetas, una de ellas ilustraba el artículo 'Carta a las hermanas Brönte', mientras que la segunda era una viñeta humorística sobre relojes. Ambas aparecen firmadas por el pseudónimo 'XIII'.

En el número siguiente, el 6, publicado en marzo y abril de ese mismo año publicó un dibujo en el artículo 'Los niños en el cine'. En este caso, también usó el pseudónimo XIII para rubricarla.

Finalmente, en el número 10 de la revista en enero de 1949, que se vendía a un precio de una peseta, publicó otra viñeta dentro de un artículo de Carlos Blanco, titulado 'Mi tía Julia'. En este caso, la viñeta ya aparece firmada como Gila, algo que recoge la portada del número.

Las revistas pueden consultarse en el repositorio Gredos de la Universidad de Salamanca.

Unas viñetas con las que Gila comenzó su carrera como humorista gráfico, que le llevaría a publicar en 'La Codorniz' y en 'Hermano Lobo'. Según su autobiografía, el éxito en los escenarios le llegó en 1951, cuando actuó en Madrid como espontáneo en el teatro de Fontalba, donde contó un improvisado monólogo sobre su experiencia como voluntario en una guerra.

Su humor con diálogos figurados a través de un teléfono conquistaron al público y llegó a convertirse en uno de los cómicos más queridos y reconocidos en España. Falleció el 13 de julio de 2001 en Barcelona, tras varios días ingresado a causa de una insuficiencia respiratoria debida a la enfermedad pulmonar crónica que padecía. Sin embargo, su recuerdo persiste en el subconsciente de todos los que alguna vez se rieron con sus monólogos.

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