La Hermandad del Silencio ha hecho pública, con gran pesar, la lamentable noticia de que durante los preparativos para la estación de penitencia del Sábado Santo, se ha detectado la desaparición de las faldillas del Paso de la Palabra. Según la información proporcionada por la Junta de Gobierno de la hermandad, varios hermanos y miembros de la directiva descubrieron el robo en el transcurso de los trabajos previos a la Semana Santa.

Las faldillas robadas, además de su valor material, poseen un profundo valor sentimental y patrimonial para la Hermandad del Silencio, siendo un elemento clave de la tradición y devoción que caracteriza a esta cofradía salmantina.

La Junta de Gobierno de la hermandad ha comunicado que, tras las primeras comprobaciones, todo apunta a que se trata de un robo. El incidente ha causado una profunda consternación entre los hermanos, quienes no solo lamentan la pérdida de estas piezas tan emblemáticas, sino también la alteración del ambiente de recogimiento y fe que acompaña a las procesiones de la ciudad.

Ante esta situación, la Hermandad ha iniciado las acciones pertinentes para esclarecer los hechos, y ya ha puesto el caso en conocimiento de las autoridades competentes. Se espera que las investigaciones avancen para dar con los responsables de este desafortunado acto.

La Hermandad del Silencio hace un llamado a la colaboración ciudadana, solicitando cualquier información que pueda ayudar a recuperar las faldillas y esclarecer el robo. "Unidos en la oración, confiamos en que se haga justicia y podamos recuperar lo que con tanto esfuerzo y devoción hemos conservado a lo largo del tiempo", expresaron desde la hermandad.

Este hecho ha empañado la solemnidad de los días previos a la Semana Santa en Salamanca, una de las celebraciones religiosas más importantes de la ciudad, en la que miles de salmantinos y visitantes se agrupan cada año para vivir la Pasión de Cristo. La Hermandad del Silencio, sin embargo, mantiene su esperanza en la justicia y en la pronta recuperación de sus valiosas piezas, que siguen siendo un símbolo de fe para la comunidad.