15/12/2024
En los últimos días se ha especulado con una abierta posibilidad de plantear un adelanto electoral en Castilla y León. El presidente Mañueco ya se situó en un inevitable primer foco político cuando rompió su pacto con Ciudadanos y decidió aventurarse a unas elecciones que, inicialmente, le daban un triunfo más holgado que el conseguido finalmente. Aquellas expectativas se fueron desvaneciendo básicamente porque el Partido Popular, a nivel nacional, ya vivía unos momentos de incertidumbre con el discutido liderazgo de Pablo Casado que, precisamente, no fue el mejor aliado ni el mejor reclamo del PP en la Comunidad.
Fernández Mañueco consiguió recuperar la victoria que le había arrebatado el PSOE de Luis Tudanca poco antes, pero necesitó aliarse con VOX en un inédito acuerdo que hoy ha saltado por los aires; esa ruptura no solo es patrimonio de Castilla y León. El matrimonio PP-VOX se ha roto en diferentes puntos de la geografía española y esa separación es la que está propagando la rumorología de un anticipo electoral tanto en Castilla y León como en Baleares.
La primera intención del presidente de la Junta es agotar la legislatura, que expira ya bien entrado el año 2026. Su posición ahora es cómoda. Gobierna en solitario una vez despachadas todas las consejerías que ocupaba VOX, y no le angustia la posibilidad de no sacar adelante los presupuestos de la Comunidad. Políticamente, su perspectiva de mejorar los anteriores resultados la recogen todos los sondeos externos e internos que se manejan, aunque sin llegar a la anhelada mayoría absoluta. Pero su victoria sería más contundente y le permitiría gobernar con un escenario más tranquilo. Además, el momento actual de su principal adversario, el PSOE, le pone en bandeja a un partido con el liderazgo discutido, en un proceso de recomposición interna tras la autoritaria decisión nacional que ha puesto en entredicho la continuidad de Luis Tudanca.
Mañueco ha mantenido en diferentes círculos su deseo de no tocar nada, pero el presidente de la Comunidad también es consciente de los intereses estratégicos del Partido Popular a nivel nacional. La sombra de una convocatoria anticipada sí planea en su círculo, dentro de un periodo de análisis sereno que contempla compartir protagonismo con un hipotético adelanto en Baleares. VOX y el PSOE ya han aludido a la retórica de que están preparados para afrontar nuevas elecciones, pero los dos partidos no son ahora el mejor ejemplo de organización interna. VOX por sus continuas contradicciones después de haber compartido un periplo de Gobierno con el PP. Y el PSOE porque no sabe quién asumirá un liderazgo que más bien se considera un sacrificio entendiendo que no es su momento electoral. Sin acuerdo para sacar adelante los presupuestos a la vista, a Mañueco le puede quedar la opción de prorrogarlos un año más y consumir ese tiempo para preparar un calendario que pueda manejar con la seguridad de tener las mejores bazas en sus manos. Por eso es más que cuestionable la posibilidad de irnos a unas elecciones en este próximo 2025.