logo

'Inocentes', el libro de un guardia civil de Ciudad Rodrigo que da voz a otras víctimas de ETA

Juan José Mateos plasma sobre el papel la historia de víctimas de ETA: "Gente que sufrió aquella mafia de diferentes maneras"

imagen
'Inocentes', el libro de un guardia civil de Ciudad Rodrigo que da voz a otras víctimas de ETA
El guardia civil y escritor Juan José Mateos (Foto: Ical)
Alba Familiar
Lectura estimada: 3 min.

El salmantino Juan José Mateos, un guardia civil de 23 años, natural de Ciudad Rodrigo, a sus 20 días de servicio se vio azotado por uno de los 3.500 atentados que la banda terrorista ETA cometió entre 1968 y 2010. Fue un 20 de julio de 1996 cuando un artefacto explosivo colocado por la banda en el aeropuerto de Reus acabó con la vida de una empleada de la limpieza y dejó más de una treintena de heridos.

Las secuelas físicas fueron importantes, y Mateos tuvo que pasar por quirófano tres ocasiones, recomponiéndole los oídos y siendo intervenido en la cabeza. Tras su recuperación, el camino fue claro: el agente desechó la opción de abandonar y apostó por formar parte del antiguo Grupo Antiterrorista Rural (GAR) en el País Vasco. Ahora, continúa luchando contra el olvido, a través de homenajes y de la escritura.

"La lucha contra el ETA ha sido siempre de manera personal y de manera profesional, desde el grupo del GAR, como desde hace unos años escribiendo, para recordar lo que el grupo terrorista hizo en la sociedad, no solo vasca, sino de toda España", señala Mateos a Ical con motivo de la publicación de su último libro, 'Inocentes'.

Mateos comenzó a escribir al no encontrar un libro que le enganchase de manera policial, un libro de ensayo "real". Tras dos autopublicaciones, llegó 'Pikoletos', tomo que ya alcanza su octava edición, y que aborda el trabajo de los GAR durante más de 30 años. Ahora, con 'Inocentes', busca dar voz a aquellas víctimas que no reflejan los recuentos, a las viudas, los hijos y las familias de personas anónimas asesinadas por la banda terrorista.

Su vinculación con víctimas del terrorismo ha hecho posible la recopilación de estos testimonios a través de los cuales el autor busca mostrar la realidad, más allá de la repercusión mediática que dejaban los coches bomba o los asesinatos de personas con renombre. En este caso, las historias tratan de obreros, trabajadores anónimos, abordando cuestiones que no se conocen y que son necesarias para poder seguir avanzando.

"Estamos hablando también de que cuando alguien fallece, y más en estas situaciones, la persona se va, peros sus familias, sus viudas, sus hijos se quedan, y continúa ese duelo, ese dolor que en muchas ocasiones queda invisibilizado", explica el autor. .

El libro recoge así cartas inéditas, testimonios de familias que fueron extorsionadas, a quienes negaron el saludo y a las que el miedo obligó al silencio. "Los muertos, los mutilados o los heridos sí se pueden calcular, pero luego hay una cantidad de personas que fueron extorsionadas, amenazadas, gente que sufrió aquella mafia de diferentes maneras, que es incalculable", recalca Mateos, con el convencimiento de que las cuestiones políticas han "edulcorado" la situación y de que "las heridas, lejos de cerrarse, están mal curadas. Yo creo que hay que atenderlas de otra manera para que se pueda, de alguna forma, pasar página, sin una necesidad imperiosa de imponer un perdón o un olvido", demanda.

REHENES DE UNA BANDA TERRORISTA

Con la vista puesta en Euskadi y desde su experiencia, Mateos traslada que "toda la sociedad ha sido rehén de una banda terrorista que ha permanecido en el tiempo durante más de 50 años". Además, añade que hoy en día el silencio permanece "porque es mucho más fácil". Un silencio que se termina cuando todavía hay quienes enaltecen a los terroristas y, aunque ya no asesinen, siguen predicando sus ideales.

"Ellos mismos pecaron en su día de tener un escaso nivel cultural, de dejarse manipular por lo que era la corriente de los años 70 y 80, y cuando quisieron darse cuenta estaban metidos en una envolvente que no tenía salida", continúa el autor. Por ello, atribuye a la falta de cultura” en lugares más "cerrados" que algunos jóvenes "sigan cargados de odio" y apoyen estas ideas.

Lo que explica este libro es que a la sociedad vasca "no solo la obligaron a curar las heridas cuando todavía no estaban cerradas, es que han intentado blanquear a los terroristas de muchas maneras, ofreciéndoles por cuestiones políticas beneficios que no les corresponden, porque a otro tipo de criminales o presos comunes no se les dan". Por ello, anima a acercarse a estas líneas "para que dentro de unos años la gente pueda entender que se causó mucho dolor, que las víctimas del terrorismo no padecemos odio y que queremos pasar página". Para que los lectores consideren "todo lo ocurrido como lo que es, no como una lucha antifranquista o revolucionaria. No, esto ha sido terrorismo, terrorismo puro y duro", sentencia.

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App