El tiempo desmerecía la situación. En una tarde de Copa en Guijuelo, además de la ilusión, el plus energético que supone la competición y la expectación generada, la lluvia no faltó a su cita acompañada de un viento que hacía peligrar el buen ambiente del público, plagado con camisetas rojas y blancas en la grada supletoria, junto a paraguas y chubasqueros.

Y centrándonos en lo que ocurría sobre el terreno juego, de inicio Mario apostó por cinco jugadores en la línea defensiva; en portería Ranabillo, sin cambios, mientras que Pica, Adiel, Alberto, Iago y Coque construían el muro difícilmente salvable para los visitantes, que se encargaban de tocar y dar movilidad al balón, a la altura del equipo de Segunda que son.

No lanzó el equipo asturiano entre los tres palos hasta el minuto 27 tras una falta muy protestada por Mario Sánchez, que se las tuvo con el colegiado, y que lanzó Jeraldino muy centrado, despejando Rabanillo de puños. Hasta el momento toque y toque en la zona de tres cuartos sin peligro ni profundidad, buscando hasta en dos ocasiones en posición reglamentaria la espalda de los centrales chacineros.

Los locales, por su parte, levantaban los aplausos de la grada por el empeño en luchar cada balón, por no dar ninguno por perdido y por los errores que se forzaban al rival. Había que aguantar. Como fuera. Arriba, desgaste de Garban y Toti que corrían todo lo que podían pudiendo, en función del devenir de juego, intervenir en la parte más ofensiva o Cristóbal Gil o Diego.

Acabó pidiendo la hora el equipo de Mario Sanchez, pero comenzó la segunda mitad con la misma energía con la que salió los primeros minutos. De hecho, la grada estuvo más activa, hasta que la defensa charra provocó el primer gol en propia a favor de los para los visitantes, en un centro desde la derecha que llegaba con todo a rematar Djuka.

A todo esto, Sanchez ya había movido el banquillo, entrando Penin por Garban en el 55. Inmediatamente después, jugada por banda derecha de Hassan, que envió ajustado buscando el segundo palo, envenenándose al punto de entrar por la escuadra marcando el segundo.

Diferencial, el recién incorporado fue espoleado por su afición, que olia el pase a la siguiente fase.

En consecuencia, cambio de fichas. Diego y Coque salieron del terreno de juego cediendo su sitio a Juan Antonio e Ibra, en un intento de reacción y sabia nueva, a falta de 20 minutos. Sí llegó la reacción. Tardo apenas dos minutos el dorsal número 19 verdiblanco en rematar de cabeza a un centro desde la banda derecha, que blocó el guardameta rojiblanco. Otro gallo hubiera cantado si? pero no, no cantó el gallo ni sonó la flauta.

Cada centro desde la banda derecha era una ocasión de peligro para los asturianos, sumándose a la fiesta desde la banda izquierda. Y otra fiesta se montó por su cuenta el cuarto árbitro, Álvaro Lopez Parra, quien con la mirada puesta de forma continua en el banquillo del Guijuelo, expulsó a Mario Sanchez tras dialogar con él. Así, tras un pequeño enfrentamiento, en el que llegó a intervenir Miguel Ángel Ramírez, llegó el tercero del Sporting de Gijón: Marcos Fernandez.