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La importancia del descanso y el sueño

Unidades y hábitos que perjudican y benefician el sueño saludable

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La importancia del descanso y el sueño
Aitana Sánchez Hernández
Aitana Sánchez Hernández
Lectura estimada: 5 min.
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El descanso y el sueño son fundamentales para mantener una buena salud física y mental. Durante el sueño, nuestro cuerpo lleva a cabo una serie de procesos importantes, como la reparación y el crecimiento de tejidos, la consolidación de la memoria y el fortalecimiento del sistema impermeable.

El descanso adecuado también es importante para la salud mental. El sueño es esencial para la regulación del estado de ánimo, la capacidad de concentración y el rendimiento cognitivo. La falta de sueño puede tener efectos negativos en la salud mental, incluyendo la depresión y la ansiedad. Además, la falta de sueño puede tener efectos negativos en la salud física. La privación crónica del sueño se ha relacionado con una serie de problemas de salud, como obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedad cardíaca.

Por lo tanto, es importante asegurarse de dormir lo suficiente y obtener un descanso adecuado. Se recomienda que los adultos duerman entre siete y nueve horas por noche, mientras que los niños y adolescentes necesitan más horas de sueño. Además, es importante establecer una rutina de sueño regular y asegurarse de tener un ambiente cómodo y tranquilo para dormir.

La doctora Carmen Iznaola, miembro del Grupo de Trastornos del Movimiento y de la conducta durante el sueño e Hipersomnias de la Sociedad Española del Sueño (SES), ha querido recalcar el lema del sueño de este año: "El sueño es esencial para la salud". Para la experta, este es fundamental para la salud tanto física como mental, incluso en las relaciones sociales. "Dormir bien es importante para todo".

Unidades de sueño

Las unidades de sueño llevan mucho tiempo instituidas en España y, generalmente, están dirigidas por neurólogos o neurofisiólogos. La unidad de sueño tiene dos estructuras fundamentales:

1. La consulta de sueño, donde se vigila al paciente, y este le cuenta al profesional cuál es la patología que le ha llevado a esta unidad.

2. El laboratorio de sueño. Aquí no siempre llegan todos los pacientes, solamente lo hacen aquellos que los expertos consideran que necesitan un estudio de sueño.

Como explica la doctora Iznaola, una vez se han informado de cuál es la patología por la que se ha derivado a un paciente a la unidad de sueño, en la que han realizado una historia clínica, se pueden hacer diferentes pruebas, si es necesario. "El paciente rellena lo que llamamos una agenda de sueño, que puede dar una información exquisita sobre el sueño de ese paciente, porque ahí queda reflejado día a día, al menos durante quince días, cómo es el sueño del paciente (a qué hora se acuesta; a qué hora se levanta; cuántas veces se despierta; si ha tomado medicación o no; cómo se ha despertado por la mañana; si ha estado cansado o no durante el día; si ha echado siesta o no?). Ahí queda todo absolutamente reflejado", detalla la experta en sueño.

Otros estudios consisten en que el paciente acuda a dormir a la clínica. Si es necesario, se puede hacer una polisomnografía nocturna, donde es fundamental tener controladas tres variables: la actividad cerebral, la muscular y la ocular. Con esas tres variables, los profesionales del sueño son capaces de clasificar cada uno de los estados de sueño. En función de la patología que ha llevado al paciente al laboratorio de sueño, se añadirán más variables: el flujo nasobucal; la respiración torácica; la respiración abdominal; los niveles de oxígeno; sensores de movimiento en los brazos o en las piernas; niveles de CO2; etc. "Con todas estas variables, intentaremos definir y llegar al diagnóstico de la patología que tengamos como sospecha en la consulta de sueño", asegura Iznaola.

Buenos hábitos de sueño o "higiene del sueño"

Los hábitos de sueño son las rutinas y comportamientos que rodean el acto de dormir. Estos hábitos pueden tener un gran impacto en la calidad y cantidad de sueño que recibe una persona, y es lo que los expertos llaman "higiene del sueño". La experta detalla algunos buenos hábitos de sueño:

-Ejercicio físico. Es muy recomendable hacer ejercicio físico cada día, preferentemente que no sea a última hora de la tarde, porque podría interrumpir el sueño.

-Dieta mediterránea. Intentar mantener una dieta mediterránea, con cenas ligeras y suaves.

-Buenos hábitos. Evitar el alcohol, sobre todo a partir de las horas previas a la de irse a la cama. No abusar de bebidas excitantes, como café o té. Tampoco es recomendable comer chocolate a última hora.

-Horario. El horario de sueño debe ser regular. "Debemos intentar acostarnos y levantarnos siempre a la misma hora. La excepciones del fin de semana no deben variar más allá de una hora u hora y media respecto a la habitual".

-Técnicas de relajación y rutinas. Crear un ambiente de sueño cómodo y tranquilo, con una temperatura adecuada, poca luz y poco ruido. Practicar técnicas de relajación, como meditación o respiración profunda. Tener una rutina relajante antes de dormir, como darse un baño o leer un libro.

-Pantallas de luz azul. Algo "muy importante" es evitar las pantallas de luz azul potente (móviles, tabletas y ordenadores), que no deben ser utilizadas dos horas antes de acostarnos. Este tema preocupa en exceso a los expertos de sueño, sobre todo respecto a los niños. "Antes los padres contaban un cuento a sus hijos y ahora les dan un IPad para irse a la cama. Ese es un malísimo hábito de sueño, pues estamos criando niños que muy probablemente tengan insomnio cuando sean mayores. Esa luz azul potente a última hora, justo antes de meternos en la cama, es totalmente nefasta".

Insomnio

El insomnio es la patología de sueño más frecuente y puede venir provocado por muchas circunstancias, entre ellas, el estado de ánimo. "Venimos de un momento duro para todo el mundo, como fue la pandemia, que ha hecho que aumentaran los pacientes con insomnio de manera significativa, ya no solo como insomnio primario, sino también en relación con otras patologías del estado de ánimo o mentales, que al final también provocan alteraciones del sueño", relata la doctora.

Desde la Sociedad Española del Sueño, calculan que "un 10% de la población en España puede tener algún tipo de trastorno del sueño grave y crónico. Hasta un 30% de españoles (unas doce millones de personas) podrían tener un sueño no reparado".

Cuando se utilizan fármacos para el insomnio es porque se han agotado otras técnicas. En todas las sociedades científicas relacionadas con el sueño se recomiendan "las técnicas cognitivo conductuales", que se aplican desde la psicología y son "las que deberían utilizarse en primer lugar, sin necesidad de llegar a utilizar fármacos".

El sueño es esencial para la salud. Cuando una persona empiece a notar que tiene problemas para dormir, es necesario que no espere, que no pregunte a su alrededor, y que no tome ningún tipo de medicación sin prescripción. "Ese tipo de fármacos, generalmente, crea mucha dependencia y es muy difícil retirarlos. El objetivo de nuestras consultas es enseñar a dormir a través de las recomendaciones y que el paciente utilice el tratamiento farmacológico el menor tiempo posible", concluye Carmen Iznaola.

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