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De la foto de las Azores a la de Ucrania, de Aznar a Sánchez: Dos intenciones similares con 20 años de diferencia

Analistas y profesores de Relaciones Internacionales coinciden en señalar la similitud entre dos fotos separadas por 20 años

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De la foto de las Azores a la de Ucrania, de Aznar a Sánchez: Dos intenciones similares con 20 años de diferencia
R.C.G.T
R.C.G.T
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Desde la 'foto de las Azores' del presidente José María Aznar con los mandatarios de Estados Unidos y Reino Unido, George Bush y Tony Blair, hasta la foto del presidente Pedro Sánchez con el norteamericano Joe Biden han pasado 20 años, pero la intención es la misma: acercarse a Estados Unidos para reposicionar a España en el centro del mundo, dicen los expertos.

En entrevistas con EFE, analistas y profesores de Relaciones Internacionales coinciden en señalar la similitud entre dos fotos separadas por 20 años, la de la cumbre de las Azores y la de la cumbre de la OTAN, que muestran la disposición de España a situarse junto a Estados Unidos para ganar protagonismo en la esfera internacional, con las guerras de Irak y Ucrania de fondo.

"Son dos guerras muy distintas y con distinta situación internacional, pero que han servido a España para salir en a foto", afirma el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas Pedro Rodríguez, para quien "cada vez que la Casa Blanca necesita respaldo internacional, España encuentra su oportunidad; la encontró Aznar y ahora la ha encontrado Sánchez".

Para Rodríguez, los vaivenes de la relación entre presidentes españoles y estadounidenses "no son en absoluto reflejo del estado de las relaciones entre ambos países, que tienen fundamentos increíblemente sólidos y que no han cambiado a pesar de los distintos gobiernos".

Así, la demostración de cercanía impulsada por Aznar, que se rompe visiblemente con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero, es solo "la punta visible del iceberg", pero por debajo se mantienen intactas las relaciones culturales, sociales, económicas y de defensa, argumenta.

En 2003, Aznar se dio cuenta de la soledad de Bush en su intento por construir un cerco a Irak "vio su oportunidad y aprovechó ese hueco" para lograr un perfil internacional que "no se corresponde a la realidad de la relación; no somos el segundo aliado de Estados Unidos".

Ahora ha sido Sánchez quien "ha conseguido asomar la cabeza y colocarse junto a Biden en la foto de la OTAN", aunque en esta ocasión, la opinión pública occidental y española les apoya.

Tesis similar mantiene el director del Real Instituto Elcano, Charles Powell, quien argumenta que, a Aznar, "Irak le da igual, es totalmente secundario", tan solo vio la oportunidad de reposicionarse en el escenario internacional y logró salir en la foto junto a Bush y Blair.

"Es un gran triunfo político que le acepten en esa reunión", por eso el expresidente reivindica la foto, porque "lejos de ser un momento humillante o equivocado es la prueba de que ha colocado a España en el mundo", plantea.

Así, Powell cree que la presencia de Aznar en la cumbre en la que se decide declarar la guerra a Irak no es el problema, "el problema es que la sociedad española no le acompaña, no le sigue y no lo entiende", como tampoco lo entienden Francia y Alemania, ni Iberoamérica, que rechazan la decisión del presidente español.

"Aznar logra golpear muy por encima de su peso internacional. Es un golpe genial, pero con una base muy débil, que le enfrenta a muchos", subraya.

También el profesor de Liderazgo Político de la Universidad Europea Moisés Ruíz apunta que la decisión de Aznar "sorprendió a la sociedad, buena parte de la cual sentía cierta animadversión por Estados Unidos".

"Pero 20 años después estamos en el mismo sitio y se repite la foto, de manera distinta pero también como demostración del refuerzo de la relación. La intención de Aznar fue poner a España en el centro del mundo y ahora Sánchez busca de nuevo la foto con Biden. Conceptualmente es lo mismo", dice.

Así, Ruíz subraya que si hace 20 años "la izquierda no se sentía cómoda con Estados Unidos" ahora es precisamente un presidente socialista, con un Gobierno de coalición de izquierdas quien ha renovado la Declaración Conjunta de amistad y cooperación entre ambos países que no se actualizaba desde hacía 21 años.

Las relaciones entre España y Estados Unidos "tienen momentos mejores y peores, como cualquier matrimonio que se pelea, pero la relación sigue sólida y las reconciliaciones son más intensas", concluye.