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Paté de Pato, el grupo salmantino que soñó despierto: "Hemos llegado al final con la sensación de haberlo conseguido"

Javi Bass, Javi Revancha, Ester Domínguez y Diego Belmonte, han luchado frente a todo para vivir un sueño. Nueve años después dicen adiós para recordar en positivo todo lo vivido

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Paté de Pato, el grupo salmantino que soñó despierto: "Hemos llegado al final con la sensación de haberlo conseguido"
Paté de Pato. Foto: Víctor Iglesias
María  Pedrosa García
María Pedrosa García
Lectura estimada: 4 min.
Última actualización: 

Fotos Víctor Iglesias

Es complicado decir adiós. Sobre todo, cuando has luchado tanto que has conseguido soñar con los ojos abiertos. Cuando todo lo que te imaginabas en tu cabeza con un 'y si...' por delante se ha hecho realidad. Es complicado echarse a un lado, pero también igual de valiente. Salamanca los recordará, entre otros logros, por su himno a San Justo

Paté de Pato, grupo salmantino de ska-punk, nació en 2014 y nueve años después se ha despedido sobre el escenario del 'Pontenkin' con una sala que lloró por dentro, igual que ellos, su último concierto, al menos hasta el momento. 

Apenas tenían 20 años, algunos ni eso, cuando emprendieron su particular viaje, dividiendo su tiempo entre el estudio, el trabajo y la música. "Sabíamos que implicaba sacrificio, pero cuando eres joven te apetece hacer todo. De primeras dices a todo que sí. También es cierto que desde el principio quisimos dedicarnos a ello de la manera más profesional posible, lo que implicaba mucho trabajo. Eso conforme pasaban los años se iba acrecentando. Hemos sido músicos, fotógrafos, diseñadores, managers... es lo que tiene la autogestión y si no te organizas bien, no hay manera de sacarlo adelante", comienza a relatar Javi Bass, bajo y voz de la banda. 

"Detrás de un concierto hay muchas horas, muchos ensayos. Diseño de merchandising, de carteles, cierre de fechas, de giras... Tienes que ser polifacético. Esto te condiciona en la parte de creatividad. No es lo mismo que puedas componer canciones de forma exclusiva, a que dividas tu tiempo entre otras muchas cosas más", añade. 

Ese esfuerzo vio resultados más pronto que tarde. Paté de Pato presentó su primer disco en 2016, 'Ni Punk ni Mierda', comenzando una gira nacional en 2017 con 22 fechas por las que recorrieron salas y festivales de gran parte de la península. "Realmente no teníamos metas. Queríamos ir paso a paso. No queríamos correr antes que andar. Había que hacer mucha carretera, muchas salas y tocar frente a pocas personas, invertir dinero y tiempo, sacrificar ocio... nunca hicimos algo por tocar en un sitio. Disfrutábamos tocando. Nunca haces las cosas pensando en conseguir lo siguiente, simplemente vas poco a poco labrándote un nombre a base de buen hacer y buenas prácticas", señala Javi. 

¿En algún momento pensasteis que podríais dedicaros a este sueño por entero? "La idea siempre está ahí. Me encantaría que mi día a día se basara en levantarme por la mañana, irme a ensayar, componer, estar con mi banda... pero por desgracia siempre fuimos realistas. Siempre había un trabajo detrás. Siempre hemos sido realistas. ¿Nos hubiera gustado? Sí. Pero tienes que mantenerte tú, lo logrado con la banda sirve para que la banda se pueda mantener. También es cierto que el género que hacemos no es mayoritario. Y a las claras, no nos metimos en esto para hacer dinero. Nuestro objetivo siempre fue pasarlo bien haciéndolo de manera coherente", advierte. 

Que también puede ser un sueño... "Efectivamente. Es otra manera de verlo. Hubiera molado vivir de ello, pero estamos orgullosos de cómo lo hemos hecho hasta el último día". 

¿Cómo ha sido la competencia, sana o no, dentro del mundo del punk rock y el ska? "De por sí, son géneros minoritarios, por lo que nunca hemos visto a otros grupos como una competencia insana. Más bien, como colegas, compañeras de escenarios. Sabíamos que había grupos con muchísima más calidad que nosotros y tratábamos de compensar la falta de técnica y de calidad, siendo pesados (risas). Intentábamos estar en todos los sitios, conocer a la máxima gente posible, organizaciones, compañeros de escenario... y del boca a boca y tú a tú, hacer una pequeña red", explica.  

LA SEPARACIÓN, ¿UN ADIÓS DEFINITIVO? 

"Paté siempre ha sido un grupo que ha estado descentralizado. Durante los primeros años estuvimos todos en Salamanca, pero por temas laborales siempre hemos estado repartidos. Esto arrastrado durante muchos años, la logística se vuelve complicada y si el grupo crece, reclama más tiempo y sacrificio. Al final, llega un momento en el que no disfrutes. Y antes de dejarlo morir, preferimos matarlo. Queremos pensar que no es definitivo y que nos hacía falta coger aire. Queríamos poder mirar atrás en positivo, decir qué bien lo hemos pasado, cuántas cosas hemos hecho y qué bien hemos acabado. Antes que ser miembros de un grupo, somos amigos. Siempre hemos sido una familia", justifica. 

El último concierto. "Ver a toda esa gente cantando tus canciones... ¿Cuándo ha pasado esto? En la última canción... intenté presentarla y no pude. A Revancha se le caían las lágrimas... y cuando bajamos del escenario lloramos como magdalenas. Fue un colofón a todos estos años". 

SALAMANCA, CIUDAD DE CULTURA SOBRE EL PAPEL 

Desde dentro, ¿cuál es la perspectiva de la cultura musical en la ciudad? "En Salamanca hay bandas brutales. Hay muchas bandas muy buenas, con muy buena proyección, pero el Ayuntamiento no apuesta por la música de Salamanca. A nosotros no nos han ayudado prácticamente nada en ningún momento. En los últimos años si eso, unas pequeñas ayudas para el alquiler de locales de ensayo, pero han llegado tardísimo. Además, en las fiestas prácticamente no hay cabida para los grupos salmantinos, no se dan becas, no se apoya... Hay que poner a Salamanca en el mapa musical. Las bandas lo están consiguiendo, pero a base de trabajo y autogestión, no porque las instituciones le echen una mano", critica. 

¿Es complicado comunicarse con las instituciones en la capital? "Es complicado porque solo tienen oídos para ciertas propuestas. Si hay algo alternativo, si hay algo que se sale de 'lo que se lleva', no tiene cabida. En los nueve años que he estado con la banda nunca he esperado algo del Ayuntamiento".  

¿Qué opinas de las infraestructuras? "Creo que Salamanca está falta de infraestructura para conciertos. Hay lugares muy buenos para grupos pequeños, como puede ser La Chica de Ayer, pero para bandas más grandes... Potenkin, es un bar de fiesta que te sirve como parche, pero no te vale, no está acondicionada, y la Sala B del CAEM tienes que pasar el filtro de la Fundación. Y el siguiente paso es Multiusos... Salamanca no está preparado para giras medianas. 

 

"Ha sido un buen viaje. Echas la vista atrás y piensas en lo conseguido. Éramos un grupo de chavalillos de Salamanca que siempre hicimos todo nosotros y ahora la gente canta nuestras canciones, es algo increíble. Nunca piensas la transcendencia que puedes tener. Conseguir estos mínimos pasitos ha sido muy guay. Hemos llegado al final con la sensación de que lo hemos conseguido", finaliza. 

 

 

 

 

1 comentario

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usuario anonimo 3/11/2023 - 10:36:37 AM
Falta por mencionar crespo que tiro del grupo durante muchos años y siempre estuvo en la ciudad peleando, grandisimo grupo pate de pato
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