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Repunta el número de primeras comuniones en Salamanca, que aguantan ante la secularización de la sociedad

Este año se celebrarán unas 1.300 ceremonias, según las estimaciones de la Diócesis, en consonancia con las cifras prepandemia.

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Repunta el número de primeras comuniones en Salamanca, que aguantan ante la secularización de la sociedad
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Las primeras comuniones recuperan el pulso en Salamanca tras el parón obligado por la pandemia. Cuando llegó el covid y encerró a todo el país en casa se acabaron los actos multitudinarios y cientos de bodas, comuniones, graduaciones y similares se pospusieron o se anularon, tal y como reflejan los datos que maneja la diócesis de Salamanca.

 

Frente a las 1.444 comuniones de 2018 o las 1.118 de 2019, en 2020 se quedaron en sólo 870. Un año después, en 2021, remontaron hasta las 1.129 y este año, según las estimaciones del delegado diocesano de catequesis, José Ángel Ávila, "seguramente habrá muchos más que comulguen" por primera vez. Calcula que serán "unos 1.300", aproximadamente. En 2020 se retrasaron muchas "porque la gente mayor, como los abuelos, querían que estuvieron en las celebraciones y la fiesta posterior en torno a la comunión, que participaron y tuvieran más seguridad sanitarias. Esas bajas de 2020 se ven cómo van comulgando".

 

José Ángel Ávila no oculta que el proceso de secularización que parece atravesar la sociedad actual se nota también en las primeras comuniones. Hasta 2018 lo habitual era celebrar unas 1.400 comuniones anuales, pero en 2019 y 2021, sin pandemia o saliendo de ella, cayeron por debajo de las 1.200. "Creo que un poco de bajón sí que ha habido, mucho no, pero un poco sí. Se puede ver la crisis en la sociedad de dios, que de alguna manera gente piensa que se puede vivir sin dios y no hay tanta necesidad de pedir sacramentos". La primera comunión se mantiene (también es cierto que es una ceremonia con una honda tradición familiar y social) y "no ha descendido de manera tan brusca como la confirmación o el matrimonio. Quizá también se deba a la natalidad. También se ha notado en el número de escolarizados y eso se advierte en las catequesis. No es que se note un descenso muy brusco, pero si una tendencia", resume.

 

Muchos son los llamados

 

La secularización social ha tenido un efecto paradójico en las catequesis: los alumnos muestran "una mayor motivación. Vemos que hay más convencimiento, motivación religiosa y muchas familias extraordinarias que a lo largo de camino catequético se implican. Vemos familias más interesadas por educar en la fe. Hay una tendencia a la baja, pero los que vienen están más convencidos", explica José Ángel Ávila. "Los padres se van implicando y saben que la catequesis no es una tarea sólo con los niños, sino que ellos son los responsables primeros y últimos de la educación", añade. De hecho "quizá ellos también se reciclan en la fe y vuelven a la iglesia, descubren la fe que quizá perdieron. Hay una cierta vuelta e interés hacia lo espiritual y religioso".

 

José Ángel Ávila ahonda en este punto y explica que ese renacimiento espiritual también se aprecia en los catequistas, que muestran "más deseos de formarse". La iglesia está aprendiendo a usar "un nuevo lenguaje y métodos" para que su mensaje llegue a los destinatarios, en este caso los chavales que quieren tomar la primera comunión. Durante la pandemia, por ejemplo, descubrieron las "catequesis online" para llegar a casa de sus alumnos e implicar también al resto de la familia.

 

En conclusión, el número absoluto de primeras comuniones puede haber bajado y quizá nunca vuelvan las casi 1.600 ceremonias de hace sólo siete años, pero "el trasfondo no es tan negativo como puede parecer", concluye José Ángel Ávila.

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