La sensibilidad dental afecta a un 30% de la población y puede tener importantes repercusiones. Es importante conocer las causas que la provocan y las claves para su tratamiento con el fin de prevenir y combatir este molesto trastorno dental.    

Es más prevalente en individuos con enfermedad periodontal y en fumadores y provoca dolor agudo en uno o más dientes tras el contacto con estímulos externos aparentemente inofensivos, como el calor o el frío, dulces o ácidos, o por tacto, y no asociado con alguna patología bucal definida. Los pacientes con sensibilidad dental suelen presentar: Dolor exagerado ante un estímulo sensitivo leve, duración del dolor limitada al tiempo que dura el estímulo, perfecta localización del diente afectado y de la zona de dolor en el diente.

CAUSAS POSIBLES

Posibles causas de sensibilidad dental, teniendo en cuenta que la mayor parte de los casos están asociados a recesiones gingivales (68%), aunque hay múltiples posibles causas: Caries que perforan el esmalte dental, desgaste dental por uso de un cepillo dental duro o por cepillado agresivo, erosión del esmalte dental por consumo frecuente de alimentos o de bebidas ácidas, rechinar los dientes o bruxismo, la recesión de las encías la cual deja la raíz del diente expuesta, Trabajos antiguos filtrados por deterioro del uso (empastes-coronas que precisen ser cambiadas), el uso de productos blanqueadores muy intensivamente, erosión del esmalte dental por reflujo o bulimia, sensibilidad temporal después de un trabajo dental, tal como puentes y coronas.

SOLUCIONES

El tratamiento variará en función de la causa, siendo lo habitual en el tratamiento de la sensibilidad dental una correcta higiene bucal con productos específicos (cepillos, pastas, colutorios), además de los trabajos dentales específicos en el dentista. 

Se debe acudir al dentista en todos los casos de sensibilidad dental persistente de varios días porque puede haber un problema enmascarado que podría tener repercusiones importantes de no ser tratado: bruxismo y sus consecuencias de desgaste o de pérdida dental; caries y sus consecuencias de infecciones y de pérdida dental; patologías digestivas y generales.

Se recomienda que cuando se consuman bebidas o alimentos o bebidas ácidas se debe dejar pasar un tiempo (5 minutos) antes de cepillar los dientes para que la saliva pueda neutralizar el pH ácido y el esmalte no esté erosionable en el momento del cepillado, reduciendo así su desgaste.

Existen pastas dentífricas poco abrasivas y cepillos específicos para la sensibilidad dental, con filamentos de extremos redondeados y texturizados para no dañar los dientes y las encías, y usarlos sin presionar demasiado durante el cepillado.