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Recetas para educar

Por Juan Carlos López

Y con este hijo, ¿qué hago?


El tener un hijo nos convierte en padres de manera biológica, pero hemos de ganarnos ese título de manera efectiva.

Siempre nos han dicho, que los niños vienen al mundo sin un manual de instrucciones.  Con la cantidad de estudios, evidencia científicas y experiencia que tenemos sobre el tema, ¿Por qué nadie tiene el buen gusto de hacer uno? Voy a intentar aportar mi granito.

No hay una herramienta que funcione para todos, por ello debemos aprender muchas herramientas para saber que usar en cada momento. 

Nos debemos de dar cuenta que esto de ser padre es una profesión para toda la vida, irá cambiando las tareas y responsabilidades, pero es para siempre. Un padre no se jubila nunca.

También debemos saber que tener un hijo, puede ser el mayor regalo de por vida si lo hacemos bien, o una condena de por vida si no lo hacemos bien. Cuando un niño está mal educado hay una doble penalización: lo pagan los padres y el niño también. En cambio, un hijo bien educado tendrá un buen tanque de autoestima y toda la familia se beneficiará de la convivencia adecuada y saludable.

Los niños son las consecuencias de sus padres, no los responsables de ellos. No eligen a sus padres, sino que son los padres los que optan por tenerlos. Los niños no son setas que nacen con problemas de repente y ¡pop! Sino que se van labrando desde el nacimiento.

Debemos conocer que hay acciones educativas que funcionan, y están comprobado científicamente que lo hacen. Pues en educación también se investiga. Por otro lado, hay muchas prácticas, con las que nos educaron que no funcionan y no funcionaron, solo necesitamos mirar alrededor, y ver los que se educaron con esas prácticas como están en su adultez.

Comencemos con lo que no debemos hacer

Nunca se pega a un niño, puede parecer que al hacerlo deja de "portarse mal", pero la lección que aprende es cuando estés enfadado pega, y cuando tenga más edad, pegará a su hermano, e incluso a sus padres. Hace unos días salía unas estadísticas de que un gran porcentaje de jóvenes pegaban a sus padres cuando les ponían límites con los teléfonos móviles al indagar en la encuesta, se preguntó a los jóvenes y declaraban que de pequeños sus padres les habían pegado a ellos en alguna ocasión.

Lo dicho, no se pega nunca y en ninguna parte, no vale "pero si le pego en el culo".  

-  No se educa con miedo, "si no lo haces viene el hombre del saco", "si no te lavas los dientes se te van a caer", "si dices palabrotas se te caerá la lengua".  Los miedos que metamos nosotros, se los tendrá que sacar el psicólogo.  Con miedo no se aprende.

- No hacer delante de ellos algo que no quiero que haga él o ella, si no quieres que fume de mayor, no fumes delante de él, si no quieres que beba, no lo hagas delante de él. Si no quieres que diga palabrotas no las digas. ¡Cuántas veces al decir palabrotas en el cole, preguntamos a los niños, pero donde las aprendes y nos dicen las dice mi padre o mi madre! Los niños no solo aprenden, sino que nos aprenden.

- No hipnotizarles con los móviles y tablets para que no moleste, pues si se enganchan de pequeño, será muy difícil desengancharse de mayor. 

- No avergonzar ni humillar a su hijo, hace poco hemos visto un mal ejemplo con Samanta Vallejo Nájera, como castigaba a su hijo y le humillaba mostrándolo en las redes sociales. Así, ¡no!. Ni en broma, la educación es algo muy serio. 

- Cuando un niño se está ahogando no es el momento de enseñarlo a nadar. Es decir, cuando un niño lo pasa mal, o ha hecho algo mal, es momento de poner las medidas correctivas, no de soltar sermones que no escucharán. Ya lo haremos en momentos de más tranquilidad.

Qué hacer con el hijo

Hace unos días con unos padres que tenían unos hijos adolescentes que eran una maravilla, le decía un padre a su amigo. José ¿qué hemos hecho bien? para tener estos hijos, y él otro le respondía, ¡Qué bien lo hemos hecho! Y seguían hablando, y uno de ellos concluyó, los hemos acompañado, los hemos esperado en casa y no en el bar. Los hemos ido a buscar, los hemos escuchado y nos han escuchado. Hemos viajado y seguimos viajando con ellos, antes elegíamos nosotros, ahora elegimos juntos. Les hemos dicho "no" cuando era necesario, y hemos llorado juntos en casa cuando las cosas no nos salían bien, sin decir "eso es una bobada, hija". Parece fácil verdad. Simplemente necesitamos tiempo compartido en cantidad y calidad.

- Quererle bien, no es lo mismo que quererle mucho. Quererle bien, ser algo más que cocinero y lavandero. Hay que cubrir sus necesidades, pero hay necesidades de sueño, (deberemos tener un horario adaptado a ellos). Necesidades de alimentación. Necesidades de jugar, deben jugar todos los días, solos, con otros niños, y con nosotros también. El juego es la actividad más importante para los niños. Hablarles con cariño, pero no solo cuando son bebés, los abrazos, las palabras cariñosas son necesarias siempre, y alguien se las tiene que decir, es la gasolina que hará que vayan con una actitud positiva por la vida. Les puede ir todo mal, pero saben que en casa hay unos incondicionales que no les fallarán. "Los alumnos que son amados en casa viene al cole a aprender, los que no lo son viene al cole a ser amados". Eso sí, los niños que necesitan más amor lo pedirán de las maneras menos amorosa posibles. Nadie les enseñó ni como se pide el amor, ni que son merecedores de ello. 

- Hablar, mucho y de todo, en función de la edad, se habla de lo bueno, de las alegrías, y se comparten los malos momentos y las desgracias. Siempre adaptado a su edad.

- Hablarles bien, en primera persona, con conversaciones colaborativas. Es decir, "¿qué te parece si recogemos?", "¿en cinco minutos lo hacemos juntos?". El tono de voz es importante. En vez de ordenar, pregunta. Preguntas oportunas y que vengan del corazón. Ej. "en vez de decir coge el abrigo, pregunta ¿qué llevarás para no tener frio?" Parece lo mismo, pero no lo es. 

- Escucharlos con escucha empática. Tiene una vida que contarte.

- Ponerles límites, hay que saber que hay cosas que no se admiten en esta casa y en la vida. Tendremos límites personales de cada familia. Pero hay otros que no se pueden saltar nunca: pegar, faltar el respeto, insultar, robar, mentir, romper cosas a propósito. 

- Compartir la vida: en casa debe habar momentos "cozzy" (acogedores), es decir momentos de familia, en la comida rica, un rato leyendo juntos, escuchando música juntos, jugando, viendo algo en la tele juntos. 

- Debemos ser coherentes, entre lo que decimos y lo que hacemos, y  coherentes entre los dos cónyuges. Hace unos días, un alumno de 5 años me sacó los colores. "Yo les había dicho el que no esté para atrás no le doy los Dicky birds" (unas marionetas de dedo) pero luego se lo di a todos, y un alumno me dijo, "oye porque me lo has dado si yo no estaba para atrás". Pues es verdad, cuidado con lo que decimos hay que ser coherente, o perdemos credibilidad educativa. 

- Ser un buen modelo, los niños nos van a admirar, dicen que la admiración es el amor congelado. Ahora bien, ojito nos pueden admirar por lo bueno o por lo malo. 

- Conexión antes que corrección, hace unos días un niño se estaba metiendo con otro, cuando hablé con él, le recordé cuando era pequeño, y él tenía miedo, como actúe yo, le ponía a mi lado, le dejaba apoyarse en mí, le daba cariño. Me debía una, y me la pagó. Mejorando su comportamiento.

- Los padres deben mostrar autocontrol, no podemos esperar que tengan autocontrol si los padres no lo hacen. Una niña me decía, pero si mi padre se pega hasta con las de la tienda cuando se cuelan.

- Enseñar respeto, disculparse cuando te equivocas, a perdonar...

Herramientas

- Actuar sin palabras: decir a los niños lo que vamos a hacer, asegurarnos que nos han entendido. Y de manera amable y firme (van de la mano, no vale una sin la otra) hacerlo. Ej: si no dejáis de discutir en el coche, paro en un aparcamiento y me pongo a leer, y hacerlo.

- No responder a respuesta insolentes: esto crea lucha de poder o ciclo de venganza. ¿Qué puedo hacer? Decir me doy cuenta de que estás enfadado, siento si te hablé mal, y esperar un tiempo hasta que los dos podamos comunicarnos.

- Distraer y redirigir: en lugar de decir esto no, decir esto sí

- Contacto visual (importantísimo) cuantas veces gritamos a los hijos desde la otra punta del salón y no funciona. Deja lo que estés haciendo, acércate, mira a tus hijos a los ojos, y notarás que hablas más despacio cuando miras a los ojos.

- Deja actuar a las consecuencias naturales: si sales sin capucha y llueve te mojas. 

- No olvides que no debemos ser padres perfectos, los errores son excelentes oportunidades para aprender todos: Niños y padres.

- No olvides que veinte minutos de reunión familiar a la semana puede crear un ambiente de armonía en las familias.

- Tened preparado, el saco de paciencia, de amor, de humor, las gafas de busca necesidades, pues a veces no se ven a la primera. 

Se puede aprender a ser padres, lo podemos hacer con buenas conversaciones, y leyendo libros directos, sin relleno, fáciles. Hoy os propongo uno, que sin duda os ayudará: "Y con este hijo, ¿qué hago?".