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Misión sostenible

Por María Teresa Pérez Martín

¡A la conquista del Oeste!


Más de 2 millones de hectáreas de extensas planicies, cadenas montañosas, ríos y lagos, áridas estepas y un rico bosque mediterráneo componen el gran ecosistema del Oeste Ibérico, la mayor extensión de conservación de la naturaleza de la Europa Occidental. Situada en la franja transfronteriza entre España y Portugal, esta gran superficie alberga una enorme biodiversidad que no entiende de propiedad, ni de fronteras: el buitre negro, el alimoche, el águila perdicera, el lince ibérico y la cigüeña negra, etc. A pesar de su inestimable valor ecológico, el territorio se encuentra amenazado por una intensa despoblación y, cómo no, por el cambio climático.

 

En el Oeste Ibérico, el abandono del campo es absoluto, desmoronándose ante el mundo digital y consumista. Este es el mayor desafío de las instituciones públicas de algunas de nuestras provincias. La despoblación es endémica, no afecta solo al campo, sino también a pueblos y pequeñas ciudades. Se necesita más que nunca que vengan neo rurales, con ideas y aires nuevos: gente valiente, capaz de dejar atrás el falso confort de la ciudad para convertirse en artesanos de la tierra sin apenas experiencia, pero con una mucha voluntad. Ingenieros, arquitectos o médicos que cambian las pantallas táctiles por la desbrozadora o el tractor, como punto de partida de una segunda oportunidad en su vida. Es en el campo donde se genera la vida, y esto se nos olvida con frecuencia. Su abandono tiene consecuencias en el paisaje, en el fin de algunos cultivos, en los riesgos de incendios y también en nuestra salud. Si no queremos que los tomates sean todos iguales o que se pierda el sonido de los rebaños, no deberíamos resignarnos a ver el campo desde la distancia, sino como fuente de vida: alimentos, bienestar, aire y agua limpios. El hombre necesita interactuar con la naturaleza y ésta a su vez con el hombre.

 

Pero el Oeste Ibérico es también el Far West (el oeste lejano) o el Nuevo Mundo: todo por explorar, transformar y regenerar, un territorio lleno de posibilidades…y por esta razón la Unión Europea ha financiado a través de los fondos LIFE un interesante proyecto de Conservación de la Biodiversidad liderado por la Fundación Naturaleza y Hombre para la conservación de los hábitats y especies del Oeste Ibérico, en 10 espacios de la Red Natura 2000, con acciones de mejora de hábitats a través de un Club de Propietarios de Fincas, comprometidos en la conservación de los valores naturales de los espacios que custodian y la mejora de la conectividad entre ellos. El principal mensaje es demostrar los beneficios en la conservación de la naturaleza y que los propietarios privados y públicos valoren sus tesoros ecológicos y no dejen languidecer las preciosas dehesas extremeñas amenazadas por el estrés hídrico de las largas sequias, la maldita ‘seca’ que mata encinas y la explotación ganadera financiada por la PAC.

 

Más allá de la simple conservación (¡qué no es poco!) hay iniciativas como Rewilding Europe que trabaja para que la naturaleza salvaje y la vida silvestre sea reconocida como parte fundamental del patrimonio de Europa y un elemento esencial de una sociedad moderna, próspera y saludable. En concreto, en la zona del Oeste Ibérico, Rewilding Europe apoya y financia iniciativas de turismo basado en la naturaleza, para dar a conocer una mezcla espectacular de gargantas ribereñas, bosques y arbustos de roble mediterráneo, brezales rocosos y antiguas tierras de cultivo de alto valor paisajístico.

 

Mientras esperamos que el lince ibérico regrese a esta extensa zona, y no será por falta de esfuerzos, sepamos valorar el trabajo de pastores de trashumancias, ganaderos, agricultores, campesinos en general y de todos aquellos voluntarios y ambientalistas que promueven estos grandes espacios a través de rutas ornitológicas, rastreo de huellas, senderismo consciente y repoblación forestales.

 

mision.sostenible@gmail.com