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Misión sostenible

Por María Teresa Pérez Martín

Seducción ambiental


25 años han pasado, se dice pronto, desde que se puso en marcha en Europa, la Red Natura 2000; la mejor acción de conservación de la biodiversidad en el mundo, me atrevería a decir. Gracias a esta iniciativa Europea y junto con otros instrumentos de conservación internacional, las áreas protegidas en España cubren más del 27% de la superficie terrestre y cerca del 8% de la marina, que se clasifican en 15 parques nacionales, 150 parques naturales, 273 reservas, 344 monumentos naturales y 56 paisajes protegidos. Esta Red de áreas protegidas representa un bonito legado para la sociedad de hoy y para generaciones futuras. Nos proporcionan agua y aire limpios, lugares privilegiados para la investigación, para el rescate del conocimiento ecológico local, oportunidades para el empleo asociado a prácticas turísticas y espacios para la salud física y espiritual. Las áreas protegidas juegan un papel no solo como herramienta clave para la conservación de la biodiversidad, sino también para el bienestar humano. Acompañada por los fondos LIFE, la Red Natura 2000 se ha ido construyendo poco a poco en nuestro país no sin algunas dificultades; una de ellas ha sido y sigue siendo: la comunicación.

 

Según los expertos, la comunicación sobre los beneficios a largo plazo de la protección de áreas por su riqueza ecológica ha fallado en muchos casos. El mundo rural ha demostrado tener un amplio desconocimiento y una percepción generalmente negativa de esta Red, considerándola como un freno al desarrollo y una amenaza al futuro económico. Esto se ha debido a la falta de comunicación entre la administración pública y la sociedad rural, la ausencia de foros de participación social y la aparición de falsos mitos sobre el impacto de esta Red sobre la agricultura y ganadería.

 

La experiencia de estos 25 años demuestra que es necesario que se valoren más los atractivos y las oportunidades que ofrece la Red Natura 2000 de forma que aumente la implicación de todos en la conservación de espacios naturales. La idea es seducir ambientalmente, a través de una información empática, cercana, práctica, de interés, continúa y oportunista. La clave del éxito seguiría la siguiente secuencia: informar- seducir- sensibilizar- valorar-participar.

 

Comunicar con transparencia y claridad sobre el valor de los ecosistemas de la Red Natura 2000 entre campesinos, ganaderos, pueblos y comarcas suscita un sentimiento de pertenencia a la tierra, convirtiendo los valores naturales en algo propio. Transmitir mensajes positivos que aporten soluciones fomenta la gobernanza territorial, generando, a la vez, una mayor complicidad entre el hombre y la biosfera.

 

Y es que la comunicación honesta es una herramienta fundamental para el fomento de la sostenibilidad en todos los ámbitos de la sociedad. A nivel empresarial, por ejemplo, el tono de la conversación que las empresas adoptan para informar sobre su historial medioambiental suele ser clínico y casi académico. Por regla general, los informes sobre la sostenibilidad son solo números que cuantifican el progreso. Si bien esto es importante, no debería detenerse ahí. El elemento que a menudo queda fuera es la dimensión humana. Las empresas evitan a toda costa comunicar sus fallos con respecto a la sostenibilidad; cuando, en realidad, hablar abiertamente sobre sus debilidades y dificultades, explicando dónde se han equivocado y qué medidas correctivas han tomado, haría el menaje más humano y atractivo. De esta manera se evitaría uno de los mayores errores de las comunicaciones corporativas: los informes maquillados y aburridos.

 

¿Por qué la comunicación sobre la sostenibilidad tiene que ser algo aburrido y no puede ser algo más atractivo, más seductor, que incite a las personas a interesarse de verdad? ¿Cuál es el secreto para hacer que la sostenibilidad sea, por fin, algo apasionante para todos? La comunicación es un ejercicio de intercambio y como tal tendría que ser transparente, claro y preciso, pero además se agradecería que fuese también un bonito juego de seducción.