Ver la Tierra desde el espacio tiene que ser una sensación única. Por muchas imágenes que hayamos visto, por más veces que nos hayan contado sus sensaciones quienes lo han conseguido y por más imaginación que le echemos hay que estar ahí para saber lo que es de verdad. Jesús Calleja ha sido el tercer español en superar la frontera entre la atmósfera y el espacio, en gravitar, aunque brevemente, en un artilugio espacial. Como él mismo ha comentado, una serie de carambolas han hecho posible que el leonés cumpliera su sueño infantil. El que tantos niños hemos tenido en alguna ocasión. Sus lágrimas, la emoción que trasmitió al salir de la nave, las palabras que logró hilar en inglés, "beautiful, small dream, fantastic..." o su cara de felicidad lo expresaron todo.

Gracias a un acuerdo de Mediaset con Amazón Prime (Jeff Bezos), Calleja voló en la nave New Shepard, en compañía de otros cinco turistas espaciales, durante poco más de diez minutos para superar los cien kilómetros de altura, viajar a tres veces la velocidad del sonido y disfrutar de cerca de cuatro minutos de lo que se denomina microgravedad. Con un pequeño retraso sobre el horario previsto y de la mano de la empresa Blue Origin, el desierto de Texas ha sido testigo de la audaz experiencia. Jesús Calleja es un aventurero, un comunicador nato, un seductor, un tipo listo.

Uno de los mejores embajadores de su querido León. Ha escalado tres ochomiles, se ha adentrado en profundas cuevas, jugándose la vida (literalmente), tiene el talento de entrevistar a un famoso o a un paisano corriente con la misma espontaneidad, navega por heladas aguas marinas o por ríos ecuatoriales sin inmutarse y hasta ha sido capaz de poner ante las cámaras y los micrófonos, en uno de esos parajes naturales al alcance de unos pocos, a la mismísima Ana Botín.

Lo que hace este hombre no está al alcance de cualquiera, ahí está su mérito. Michael Alegría y Pedro Duque, los dos primeros astronautas españoles de la historia, serán sucedidos en sus andanzas espaciales dentro de un par de años por Pablo Álvarez, curiosamente otro leonés. En medio, Calleja ha logrado convertirse en el primer turista espacial de nuestro país. Con total seguridad, todos ellos figurarán en las hemerotecas virtuales del futuro y sus nombres sonarán en las aulas de los centros escolares venideros.

Aquel joven que ejerció, entre otros oficios, de peluquero, nacido en Fresno de la Vega, localidad conocida por sus pimientos, padre de tres hijos, abuelo, empresario audiovisual cuyas empresas facturan millones de euros, director y presentador de éxito de programas de televisión es una persona feliz. Ha añadido una muesca en su mochila viajera. De todas sus andanzas, el breve viaje al espacio es su máximo logro. Hasta la fecha. ¿Y ahora qué?