Sincero y rotundo. Escrito desde la máxima humildad y respeto.
El pasado lunes en mi blog publiqué un artículo titulado 'La OSCYL busca director' y sé que ha causado malestar y rechazo a componentes de la orquesta y a su propio director.
Así, que reconozco que debo de pedir disculpas y ya está.
Estamos viviendo una etapa en la que es difícil corregir y enmendar el error que hace daño a los demás, pero éste en ningún caso será mi problema.
Pensé que al final del escrito todo el lector se daría cuenta de que mi crítica se relacionaría con la situación que vive el Real Valladolid, pero a veces la ironía que quiere transmitir uno no tiene nada que ver con lo que realmente siente el afectado.
Al decir que el GPS me había equivocado el destino de mi ubicación cien metros esperaba que por todo el argumento anterior los lectores pensarían que hablaba del equipo deportivo.
Así que lo siento. A veces nuestra ironía o el giro que pretendemos dar al relato es equívoco y no logra el fin deseado.
Yo no uso redes, ninguna de ellas, así que solo recibo beneplácitos o críticas de mis amigos o de algún compañero que de vez en cuando me felicita o crítica por mi colaboración en TRIBUNA.
En los años que llevo colaborando con este medio nunca he utilizado un insulto o descalificación como menosprecio.
Llevo tatuado en la piel la palabra RESPETO y espero siga siendo mi premisa para artículos o reflexiones futuras.
Así que ya no podré escribir este lunes lo que pienso de Morante y su no aparición en las fiestas de Palencia y Valladolid, pero me quedo muy tranquilo escribiendo desde la gratitud y comprensión que espero de los integrantes y director de la orquesta y pido PERDÓN A LA OSCYL.