Pocos países han contribuido como España a la Integración Europea, que en la etapa actual llamamos UE. Los valores que defiende la UE y que son su propia esencia. ya los defendieron hace varios siglos nuestros frailes-juristas de la Escuela de Salamanca, aunque éstos no hayan tenido aún el reconocimiento oficial por parte de las Instituciones de la UE, pues ni el nombre de Francisco de Vitoria ni el de Ortega y Gasset, que en su libro 'La Rebelón de la masas' diseñó unos Estados Unidos de Europa 27 años antes de la 'Declaración Schuman', aparecen por ninguno de los múltiples edificios que tiene la UE repartidos por la geografía europea, reconocimiento que sí le ha otorgado Naciones Unidas al dedicar a Francisco de Vitoria el Salón del Consejo del Palacio de Ginebra.

Sin embargo, la España actual es la Anti-Europa. Y no me estoy refiriendo sólo ni principalmente al partido de Abascal, sino también a los dos grandes partidos políticos que vienen gobernando a España desde la transición. Ya podremos decir que la transición de la dictadura de Franco a la democracia fue en España un modelo de reconciliación y de perdón, pero en realidad la reconciliación sólo se ha dado entre los ciudadanos, no en los partidos políticos. El chantaje a que nos vienen sometiendo desde el principio a todos los ciudadanos los partidos nacionalistas vasco, catalán y gallego, chantaje que han tolerado e incluso fomentado durante décadas el Partido Popular y el Partido Socialista, con tal de mantenerse en el gobierno, ha llegado en el momento actual a límites insospechados.

"De aquellos polvos nacieron estos lodos". Aquella actitud antidemocrática de entonces, que premiaba a unas regiones frente a las otras, ha evolucionado hacia dos grandes partidos que representan lo más negro de las dos Españas irreconciliables. ¿Por qué en España no es posible una colaboración entre los dos grandes partidos y sí los es en Alemania, cuando la mayoría de los españoles lo estamos pidiendo?

Son muchos y muy graves los problemas que tenemos en España por causa de esta falta de entendimiento entre los Socialistas y el Partido Popular, de lo que son responsables ambos en igual medida, pero yo voy a fijarme en uno solo. Vengo escribiendo desde hace unos diez años únicamente sobre aquellos temas españoles que tienen relación con la UE, y lo hago porque estoy convencido de que solamente una unión política de Europa nos puede solucionar los problemas. Y a las pruebas me remito: la crisis económica, el coronavirus, la inmigración. Y actualmente estamos ante al gravísimo: la desaparición de la división de poderes. Atónitos estamos viendo cómo ministros del gobierno pasan a ocupar los más altos cargos de la judicatura, y no se trata de un solo caso. Nuestro tribunal Supremo resulta que no es supremo, porque el Tribunal Constitucional, que está repleto de excargos políticos, puede anular las sentencias del Supremo.

Si llegara ese día, y ese día está a punto de llegar, en que los condenados por el Tribunal Supremo sean absueltos por el Constitucional, uno de los dos tribunales está obrando mal y uno de los dos sobra. Si llegara ese día, la Comisión Europea debe tomar inmediatamente cartas en el asunto. Si llegara ese día, es que España ha dejado de ser una democracia y, por tanto, no es digna de estar dentro de la Unión Europea.