circle
Reels

Feliz con poco

Por Félix Martín Santos

Cáncer de colon: tumor maligno prevenible


Sólo el 20% de estos procesos reconocen una causa genética, no adquirida, por lo tanto, con una fuerte carga familiar o hereditaria. El 80% restante tiene un origen medioambiental, pues está relacionado con ciertos estilos de vida, que le hacen a uno ser más proclive a desarrollarlo. Si lográramos identificar estos factores de riesgo podríamos sentar las bases para prevenir la mayoría de estos procesos.

 

En el Portal de Salud de la Junta de Castilla y León, al alcance de cualquier interesado, se plasman en la guía del cáncer de colon un resumen de los marcadores y factores de riesgo más importantes de este prevalente tumor. Son los que la Comunidad Científica Internacional ha logrado establecer a medida que avanza el conocimiento sobre esta neoplasia:

 

La edad: Este tumor maligno es más probable que aparezca durante la edad adulta, pues más del 90% de los diagnósticos se efectúan en personas cuya edad es mayor de 50 años. Este es un marcador de riesgo, pues no lo podemos modificar epidemiológicamente, esto es, no podemos rejuvenecer a la gente. ¡Ojalá pudiéramos!

 

La dieta: Diversos estudios han revelado que la dieta rica en grasas, sobre todo, animales, y pobres en frutas, verdura, fibra y calcio pueden incrementar el riesgo de este cáncer. La ingesta frecuente de carnes rojas, cocinadas en contacto directo con el fuego, se asocia a un riesgo mayor de este proceso. Estos hábitos dietéticos podemos modificarlos, por consiguiente, son factores de riesgo. La educación para la salud de la población puede conseguir mejorar la dieta de la población y, en consecuencia, suprimir este factor de riesgo. ¡Ventaja notable!

 

 El consumo de alcohol y tabaco: sabemos que un aumento del consumo de estos dos grandes factores de riesgo puede incrementar sustancialmente el riesgo de este tumor. Sólo el tabaquismo activo es responsable de un 40% de los tumores malignos de Occidente, según datos de la prestigiosa Asociación Americana contra el Cáncer.

 

Presencia de pólipos: el desarrollo de cáncer de colon se inicia habitualmente con la aparición de un pólipo en la mucosa del intestino grueso. Existen datos fehacientes que muestran que según va creciendo el adenoma (pólipo), sobre todo si es de aspecto velloso, aumenta la probabilidad de producirse cambios premalignos, que acaban por desarrollar un carcinoma de colon. La probabilidad de encontrar un tumor maligno en el seno de un adenoma puede llegar hasta el 50% cuando éste alcanza un tamaño mayor de 2 cm.

 

Aunque nadie está libre de tener pólipos, hay una serie de personas que tienen más riesgo: las que tienen más de 50 años, las que han tenido pólipos previamente, las que tienen un familiar de primer grado (padres, hermanos e hijos) y las que han sufrido antes un cáncer de colon.

 

Como los pólipos podemos identificarlos en el curso de una colonoscopia preventiva, dentro de un programa de cribaje, también podemos extirparlos en el mismo acto endoscópico. En consecuencia, podemos evitar el desarrollo ulterior de cáncer de colon. Este hecho hace que se comporten como un factor de riesgo: son causas de la enfermedad que podemos modificar o eliminar por acciones médicas.

 

Los antecedentes familiares de cáncer de colon y recto: El riesgo se incrementa con el grado de parentesco y con el número de familiares afectados. Si lo ha padecido antes un familiar de primer grado, como padres, hermanos e hijos, el riesgo será mayor que si los afectados fueran de segundo grado.

 

La predisposición genética: además de los citados antecedentes familiares, es preciso puntualizar que existen alteraciones en los genes, poco frecuentes, que aumentan el riesgo de desarrollar este tumor maligno. Así sucede con el cáncer colorrectal hereditario no polipósico, que es responsable del 2% de estos tumores malignos. Más raro es la poliposis adenomatosa familiar, pues supone menos del 1% del total de casos de cáncer colorrectal.

 

La Junta de Castilla y León tiene habilitado un centro de referencia para los familiares de pacientes que sufren cáncer colon hereditario no polipósico o poliposis adenomatosa familiar, a fin de que puedan efectuarse las pertinentes pruebas genéticas.

 

La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn: las personas que sufren estas enfermedades inflamatorias crónicas del colon tienen más riesgo de desarrollar este proceso maligno. No obstante, muchos de estos pacientes no acabarán sufriendo la citada transformación maligna.

 

                                       Prevención del cáncer de colon

 

Voy a intentar explicar las medidas de prevención tanto primaria como secundaria para combatir este grave proceso.

 

Se entienden por medidas de prevención primaria aquellas que tienden a reducir la tasa de incidencia de enfermedades, esto es de casos nuevos en relación a la población expuesta. Con respecto al cáncer de colon la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) aconseja adoptar estilos de vida saludables.

 

En realidad, son medidas que intentan evitar y contrarrestar los citados factores de riesgo medioambientales o adquiridos de este tumor, mencionados anteriormente. En consecuencia se trata de realizar una dieta pobre en grasas y rica en fruta, verduras, folato, calcio y vitamina D. Evitar el sobrepeso y la obesidad, no fumar, hacer ejercicio físico aeróbico y moderar el consumo de alcohol y la ingesta de carne roja, carne procesada y carne cocinada muy hecha o en contacto directo con el fuego.

 

La población de Castilla y León ingiere con demasiada frecuencia carne roja a la brasa, pues son bastantes los que la consumen diariamente. Sólo hace falta fijarse en el gran número de restaurantes especializados en carnes a la brasa existentes en nuestra  Comunidad. No obstante, quiero aclarar en estas líneas que no sugiero suprimir tal ingesta sino moderarla, espaciando sensiblemente su consumo, pues cuando es muy repetido aumenta significativamente el riesgo de cáncer de colon. Es obvio que la gente puede seguir comiendo deliciosas chuletas de vaca Morucha de las dehesas salmantinas o de la raza Avileña-Negra-Ibérica, así como de la exquisita ternera autóctona de Aliste; pero con más moderación.

 

En fin, quisiera referir las conclusiones de un estudio dirigido por miembros del Instituto Nacional del cáncer de EEUU, publicado en agosto del 2012 en la prestigiosa revista American Journal Clinical Nutrition, con el título “Caffeinated and decaffeinated coffe and tea intakes and risk of colorectal cáncer in a large prospective study”. Estos autores, tras seguir a una  muestra de 489.706 hombres y mujeres durante 10 años,  observan que la ingesta de café con o sin cafeína reduce sensiblemente el riesgo de cáncer de colon, especialmente de los cánceres proximales (ciego, colon ascendente). A mayor consumo menos riesgo. Así, los que consumían 6 ó más tazas veían reducido globalmente el riesgo de cáncer colon un 26%, elevándose al 38% de reducción, cuando se trataba de cánceres proximales. Es muy probable que tengamos que incluir el consumo de café como una medida de prevención primaria de este cáncer como de tantos otros procesos que iremos viendo en sucesivas entradas de este blog. 

 

                                                                     

 

Las medidas de prevención secundaria pretenden reducir la proporción de prevalencia, esto es, el número de casos o enfermos existentes en un momento dado con respecto a la población total. Se consigue aplicando métodos de diagnóstico precoz para que, posteriormente, el tratamiento sea más efectivo y exitoso. Son las famosas técnicas de cribado. Tanto la AECC como la SEPD han hecho propios los criterios plasmados en las guías de las sociedades americana y europea, a saber:

 

1)     Las personas que carecen de antecedentes personales y familiares de cáncer o pólipos (riesgo medio),  el cribado debe iniciarse a los 50 años. Consistirá en sangre oculta en heces anual o bienal, o sigmoidoscopia (sólo se exploran los últimos 60 cm del intestino grueso) cada 5 años, o colonoscopia cada 10 años. Antes de los 50 años, no está indicado este cribado si no hay antecedentes familiares.

 

2)     En personas menores de 50 años con antecedentes familiares de pólipos o de cáncer colorrectal, el cribado se efectuará de la siguiente manera:

·       Si el paciente tiene dos o más familiares de primer grado (padres, hermano, hijo) con cáncer o pólipos o bien uno solo, pero que lo padeció antes de los 60 años, se efectuará una colonoscopia cada 5 años desde los 40 años de edad o desde una edad 10 años menor que la del familiar con cáncer cuando éste se diagnosticó.     

·       Si el sujeto tiene dos o más familiares de  segundo grado (abuelos, tíos y sobrinos) con cáncer o pólipos o uno solo de primer grado pero que lo padeció después de los 60 años, se efectuará el cribado como en las personas de riesgo medio (sin antecedentes familiares), pero empezando a los 40 años.

 

                  Justificación de estas técnicas de cribado en nuestro país

 

Responsables de la AECC recuerdan que este tipo de cáncer se puede curar en un 90% de los casos si se detecta precozmente. Su presidenta, doña Isabel Oriol, insistía a finales del 2012 que las técnicas de cribado se incluyeran en la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud, pues la detección precoz disminuye la mortalidad a corto plazo entre un 30% y un 35%, lo que “en España equivale a salvar hoy 3.600 vidas”.

 

También insistieron en la efectividad del test de la sangre oculta en heces, una prueba barata (cuesta menos de dos euros), sencilla y capaz de identificar lesiones precancerosas ocho años antes de que éstas se transformen en un tumor maligno. Su uso, según la presidenta de la AECC, "no sólo salvaría vidas, sino que supondría un ahorro evidente a las arcas del Estado".

 

"El coste medio del tratamiento de un cáncer colorrectal en España supera los 27.000 euros, que aumenta mucho más si contabilizamos las nuevas terapias biológicas y los tratamientos neoadyuvantes y quirúrgicos para la enfermedad metastásica. Más aún si contamos los años de vida perdidos y el sufrimiento de pacientes y familiares".

 

En julio de 2013 el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó incluir el cribado de cáncer de colon en la cartera básica de servicios. En consecuencia, todas las autonomías deberán incluirlo, cumpliéndose así la reiterada petición de Organismos como la AECC, que ahora, por fin, abandera el Ministerio de Sanidad y Consumo español.

 

                                           Actuaciones en Castilla y León

 

Sanidad de Castilla y León (Sacyl) inició en noviembre de 2013 el programa de detección precoz del cáncer de colon para la población de 65 a 69 años, para extenderse de manera progresiva a personas de 50 años. De esta manera 606.520 ciudadanos de la Comunidad entre 50 y 69 años tendrán acceso a este cribado universal en la cartera de prestaciones de la sanidad pública.

 

El consejero de Sanidad, Antonio Sáez, ya refería en septiembre de 2013, que se efectuará cada dos años una prueba de sangre oculta en heces, cuyo coste es de 3,96 euros. En caso de ser positiva se efectuaría una colonoscopia, para confirmar el proceso mediante visión directa del supuesto tumor y posterior estudio histológico de la biopsia obtenida. Esta técnica encarecía el coste hasta los 402 euros. También señalaba que el porcentaje de positividad estimado es del 7% en el intervalo de edad de 65 a 69 años, reduciéndose en edades inferiores. Según mi criterio, con esta argumentación el consejero intentaba justificar el retraso en la implantación del cribado a las personas de 50 años.  

                    

La Alianza para la Prevención del Cáncer de Colon señaló el día 31 de marzo de 2014, que la concienciación social es fundamental para la implantación y eficacia de los cribados de este tumor. El test de sangre oculto en heces se ha efectuado a dos millones y medio de personas de entre los doce que son susceptibles de beneficiarse de esta prueba.

 

También se ha constatado que la proporción media de participación es del 50%, que aumenta cuando los médicos de familia y enfermeras de los centros de salud sensibilizan a la población y cuando se repite la invitación a los que aún no han contestado.

 

Espero que en los próximos años se consoliden estas medidas de prevención, tanto primaria como secundaria, de este tumor maligno.