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Feliz con poco

Por Félix Martín Santos

Tabaquismo: Problema de salud pública


Cuando se analizan los resultados de tal estrategia preventiva se observan óptimas relaciones coste-beneficio, pues, por ejemplo, el coste relativamente modesto de la educación sanitaria en la escuela y en las consultas médicas consigue grandes beneficios. Efectivamente, el ahorro o beneficio que se obtiene cuando se reduce la tasa de incidencia de tabaquismo (reducción de nuevos fumadores) así como la proporción de prevalencia de este hábito nocivo (fumadores que dejan de hacerlo) es de tal calibre e importancia, como el de las enfermedades que pueden evitarse: las principales causas de muerte en el mundo occidental. Los datos científicos actuales confirman que el tabaquismo se comporta como un factor de riesgo mayor de las dos primeras causas de muerte en el mundo: las enfermedades cardiovasculares y los tumores malignos (responsable de hasta el 40% del total de cánceres). Además, es la causa fundamental de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), cuarta causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Encuestas recientes de nuestro país revelan que el 24% de los españoles fuman y alrededor del 80% inició su hábito en la adolescencia. Aproximadamente cada año fallecen en España unas 50.000 personas por efecto directo del tabaquismo. Según datos de la Sociedad Española de Cardiología (octubre 2012), uno de cada dos fumadores en España muere a causa de su tabaquismo, siendo, además, responsable de una de cada siete muertes en España entre personas mayores de 35 años. Se sabe que el tabaquismo activo causa bastantes más muertes en España que las provocadas conjuntamente por accidentes de tráfico, el SIDA, el alcoholismo y el resto de drogas.

 

Según la OMS, el tabaquismo es responsable del 10% de las muertes de adultos en todo el mundo. Esta terrible epidemia mata anualmente a casi 6 millones de personas, de las que más de 600.000 son fumadores pasivos. Si no se interviene de forma global y efectiva contra esta plaga, el tabaquismo causará la muerte de unos 8 millones de personas para el año 2030. Además, se sabe que más del 80% de estas muertes absolutamente evitables sucederán en personas pertenecientes a países de bajos y medianos ingresos. Para la OMS no existe ninguna duda cuando afirma que “el tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en el mundo”.

 

COSTES DEL TABAQUISMO EN ESPAÑA

 

En junio de 2010 el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) informó que el 15% de los 100.000 millones de euros, que constituye el presupuesto sanitario anual de España, incluidos el  público y el privado, se gasta en pagar todos los métodos diagnósticos y terapéuticos de las enfermedades producidas por el tabaquismo.

 

Los expertos de este organismo han calculado que hay en torno a 29 problemas de salud asociados directamente con el tabaquismo activo. Aunque el mayor montante del gasto se dedica a cinco: la enfermedad coronaria, con un gasto de 3.600 millones; la EPOC, con 3.000 millones de coste; los trastornos cerebrovasculares, que ocasionan un gasto de 710 millones al año; el asma, con 267 millones; y el cáncer de pulmón, responsable de 163 millones del coste.

 

Si a este cuantioso importe le sumamos el causado por el resto de enfermedades asociadas al tabaquismo obtenemos un balance de 15.336 millones de euros de gasto en el año 2009. En este importe no se incluyen los 530 millones de coste que estimaron que causó el tabaquismo pasivo.

 

Estas estimaciones españolas fueron parecidas a las del conjunto de la Unión Europea, pues la oficina estadística comunitaria (Eurostat) calculó en ese año que el gasto sanitario y social del tabaquismo supone el 1,7% del Producto Interior Bruto (PIB). No obstante, los miembros del CNPT creen que el gasto es mayor, puesto que creen que tal porcentaje puede pasar del 2% si se cuentan todos los costes económicos asociados al nocivo hábito de fumar.

 

Los responsables del CNPT demostraron que el Estado ingresaba menos por  los impuestos especiales al tabaco que lo que gastaba por el tabaquismo, dado que los 7.718 millones de euros ingresados en 2009 por impuestos del tabaco representaron la mitad del gasto ocasionado por éste: por cada euro ingresado se gastaron dos en costes sanitarios y sociales.

 

La conclusión a la que llegan los expertos del citado CNPT es que las medidas de prevención y control del tabaco no sólo incrementan la salud, sino que también comportan un gran ahorro de costes para todos los contribuyentes españoles.

 

Meses más tarde se aprobaba la Ley 42/2010, de 30 de diciembre de 2010, que entró en vigor el 2 de enero de 2011, modificando la anterior ley antitabaco de 2006, pues se amplió la prohibición de fumar a cualquier tipo de espacio de uso colectivo, local abierto al público, que no esté al aire libre, con algunas excepciones, además de prohibirlo también en algunos lugares abiertos, como los de los centros educativos, salvo universitarios, recintos de centros sanitarios y las zonas acotadas en los parques infantiles.

 

A continuación me gustaría explicar una serie de conceptos básicos sobre el tabaco, imprescindibles para entender las estrategias preventivas y terapéuticas del tabaquismo. Se trata de mencionar lo que se sabe sobre la composición del humo del tabaco y explicar los conceptos de corriente principal y corriente secundaria. Para una segunda entrada sobre tabaquismo explicaré lo que se conoce sobre las causas del tabaquismo; las características de la dependencia tabáquica y las medidas preventivas a privilegiar.

 

 

COMPOSICIÓN DEL HUMO DE TRABAJO

 

Aunque se desconoce la composición exacta del humo del tabaco, se cree que hay en torno a 4.000 sustancias químicas, tanto originarias de la propia planta como las que se constituyen en el proceso de la combustión de las labores de tabaco.

 

En esencia, el humo de la combustión del tabaco se comporta como un aerosol formado por una fase gaseosa y una fase de partículas.

 

-          Fase gaseosa: los elementos más relevantes son el monóxido de carbono (CO), el óxido de nitrógeno, diversas nitrosaminas volátiles, el anhídrido carbónico, el amoniaco, aldehídos y cetonas.

 

-          Fase de partículas: los elementos más importantes son la nicotina, el agua y el alquitrán. Este último elemento contiene numerosos compuestos, algunos tan nocivos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (como el 3-4 benzopireno), diversos metales, fenoles, nitrosaminas volátiles y elementos radioactivos, como radio, torio, plomo- 210, carbono-14, potasio-40 y polonio-210.

 

Siendo un poco simplistas, podemos decir que los compuestos del alquitrán son responsables de la gran incidencia de tumores malignos asociados al tabaquismo, mientras que la nicotina y el CO son más responsables, entre otros muchos procesos, de la arteriosclerosis acelerada y, por lo tanto, de la patología cardiovascular.

 

CORRIENTE PRINCIPAL Y CORRIENTE SECUNDARIA

 

La corriente principal es la que introduce el fumador por aspiración directa. La corriente lateral o secundaria, en cambio, es la que se origina por la combustión espontánea del cigarrillo en la mano del fumador o en el cenicero. Esta última tiene una carga contaminante mayor que la primera, pues se han detectado niveles de monóxido de carbono, amoniaco, cadmio, benzopireno y fenoles y otros en concentraciones cinco veces superiores a los de la corriente principal. Además, es la máxima responsable de la contaminación ambiental, que usualmente inhalan los fumadores pasivos.

 

Los fumadores activos inhalan tanto la corriente principal como la lateral, por lo que son las víctimas voluntarias del tabaquismo, más de 50.000 al año en España. Sin embargo, los fumadores pasivos se comportan como víctimas involuntarias, dado que pueden sufrir, por inhalar la corriente secundaria, enfermedades tan graves como el cáncer de pulmón, cardiopatía isquémica (angina, infarto agudo miocardio…) y EPOC. Sin soslayar el drama del tabaquismo pasivo del niño, tanto durante la gestación de su madre como en los subsiguientes años al nacimiento, cuando nace en el seno de familias desaprensivas y descuidadas con la salud propia y de su prole.

 

Para no hacer muy prolijo este artículo y, por ende, no colmar la paciencia de los lectores del mismo, dejaré para una segunda parte (como dije antes) el análisis de las causas del tabaquismo y las medidas preventivas a desarrollar. En una tercera me centraría en el abordaje clínico-terapéutico de la dependencia tabáquica.

 

Dr. Félix Martín Santos

Neumólogo