Hoy estoy triste. No os preocupéis, sobreviviré. La cuestión es que no hay que tener miedo a decirlo. Frente a unas redes sociales en las que siempre compartimos estados de ánimo positivos y sonrisas -por qué no decirlo, un mundo irreal-, hoy me apetece mostraros que no tengo mi mejor día.

 

Y no está mal, hay que naturalizarlo. Es algo que nos hace humanos. El problema es que también nos hace vulnerables, claro. "¿Qué te pasa?", viene siempre después. Momento de explicaciones, contar preocupaciones, y de abrirse. Es más sencillo 'ser feliz' y que todos piensen que estás en la corriente, que no rompes ese mundo perfecto.

 

Es importante ser consciente de que por un lado está la alegría, un momento tan alcanzable en el día a día como fugaz, y por otro está la felicidad, un estado más prolongado en el tiempo pero más difícil de alcanzar -el 'hoy estoy alegre' frente al 'en este momento de mi vida soy feliz'-.

 

Y repito, debemos naturalizar estar tristes. Si no lo estuviéramos nunca seríamos máquinas, artificiales e ilógicas. Lo importante es saber rodearse de quienes sean capaces de apoyarte y hacerte voltear ese estado lo más rápido posible y, por supuesto, pedir ayuda cuando la necesitemos. Cuantas más personas así encontremos, más efímeros serán nuestros momentos de tristeza. Y esa es la verdadera clave de los estados de ánimo. Mañana será otro día.

 

*Este texto lo escribí hace unos días pero hoy, que estoy alegre, me apetecía compartirlo.

P.D. Una canción que viene muy al caso, uno de los nuevos temas de Miss Caffeina, 'Autoayuda'.