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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

El talento de la elegancia sin esfuerzo


¿Qué tienen en común las hermanas Olsen, la cantante Jane Birkin o nuestra Kate Moss? Todas ellas son iconos de la moda que tienen algo especial pero que no sabemos exactamente lo que es. Y eso les hace todavía más fascinantes.

Hablo de un tipo de chica que es guay sin esfuerzo alguno. Nacieron siendo cool. Mujeres que llevan un peinado que parece como si se acabasen de levantar de la cama y, de forma natural, les hubiese quedado el pelo divinamente.

Con un sentido de la estética muy fino que te permite usar las joyas de manera correcta, ya sea sin un solo adorno a lo largo de tu cuerpo o con una mano repleta de anillos. Sin que quede tosco, de forma bonita y elegante.

Esa mujer que sabe vestir las chanclas de forma chic, con unos vaqueros y una blusa entreabierta que completa un look muy effortless pero que, sin embargo, está súper pensado y funciona de forma increíble.

Es difícil ser de eso tipo de personas. De hecho no sé si realmente existen fuera de mis sueños. Se trata de gente que lleva la ropa tres tallas más grandes de la que les correspondería pero sin parecer un saco de patatas.

Mujeres que gracias a tener cuerpos delgados lucen de forma fascinante y llevan marcas muy buenas, de mucha calidad sin que nadie lo sepa. No usan logos o vestidos llamativos. Se nutren de la simplicidad.

De hecho, las propias hermanas Olsen tienen una marca que se llama ?The Row? con básicos del día a día que, seguramente, hayamos visto usar a cientos de famosos en muchas oportunidades pero que, por desgracia, no nos hemos dado cuenta que lo hacían.

Se trata de la expresión de un lujo silencioso que yo traduzco como buen gusto, saber estar y ser elegante de nacimiento. No son nuevos ricos, son ricos de cuna que enamorarían a cualquiera con un ligero movimiento de sus melenas.

Gente que no sigue todas las micro tendencias que el resto de los mortales sí hacemos. Afortunadas que supieron esquivar la moda coquette mientras el resto del mundo caía en ello, con torpeza y sin filtros.

Ir a la moda, a veces, te quita cierta credibilidad. Tener personalidad y estilo es saber ser fiel a uno mismo, luciendo atemporal. Saber utilizar los básicos de siempre, adaptándolos al día a día de los nuevos tiempos.

Solos ellas saben llevar un Birkin de la forma correcta: teniendo dentro tu casa entera y usarlo hasta que, literalmente, se caiga a pedazos. Que para eso has pagado la millonada que cuesta el dichoso bolso.

Yo me refiero a este don como el talento de la elegancia sin esfuerzo. Y es que no sé definirlo mejor, pero sé detectarlo y quedarme babeando mirando a esas chicas fascinantes.