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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

La maldición de Vera Wang que persigue a las novias


Una vez pasada la Semana Santa podemos permitirnos volver a ser un poco esotéricos y disfrutar de los temas relacionados con el más allá, el horóscopo, las vibraciones y las suertes. Está feo eso de hacer tratos con el diablo, pero seguro que a muchos cofrades les hubiese gustado saber que iba a llover tanto antes de pasar de Satanás y sus atractivas ofertas.

Uno de mis temas de conversación favoritos son las maldiciones. Hay cientos de historias truculentas y atractivas que dan para tardes y tardes de tertulia. Y el sector de la moda está más que familiarizado con estos temas.

A grandes talentos, grandes muertes. Y si no que se lo digan a Alexander McQueen, Gianni Versace, Christian Dior o el heredero de la casa Gucci. Pero es mucho más divertido entrar en teorías cospiranóicas que van más allá del asesinato y que se sustentan en bases tan sólidas como la mala suerte.

Mi favorita es la de las novias de Vera Wang. Durante décadas las mujeres conocidas que han decidido pasar por el altar con un vestido de la afamada diseñadora, han lamentado su decisión. No la del vestido, si no la de casarse.

Jennifer López, Kim Kardashian, Mariah Carey o Ariana Grande. Todas ellas están divorciadas y el día de su compromiso se vistieron de Vera Wang. ¿Casualidad? ¿Destino? A mí me gusta pensar que se trata de una maldición.

La aclamada modista estadounidense no solo es famosa por tener una genética envidiable y aparentar 40 años cuando va camino de ser octogenaria. También es famosa por sus estupendos vestidos y porque todas sus clientas acaban corriendo la misma suerte.

Una de las diseñadoras nupciales más importantes de todo el mundo que saltó a la fama por ser la predecesora de Anne Wintour como redactora jefe de Vogue pero que decidió arriesgar y fundar su propia marca tras su boda en los años 90.

Diseñó su propio vestido y desde ese mismo momento todas las celebrities quisieron que fuese ella quien se encargase de sus trajes. Wang tuvo visión de negocio y se convirtió en leyenda pero su divorcio no tardó en llegar y, tras él, los del resto de las clientas. 

Novias guapísimas que con el tiempo se convirtieron en exmujeres tristísimas. No falla la teoría. Cualquier amante de la moda sueña con casarse con un Vera Wang o un Vivienne Westwood, pero si le tienes mucho aprecio a tu prometido yo te aconsejo que te decantes por la segunda opción. Mejor prevenir que curar.

La ficción ha confirmado la teoría que muchas famosas han vivido en sus propias vidas. En 'Sexo en Nueva York', Charlotte York vistió un Vera Wang en su primera boda, Blair Waldorf de 'Gossip Girl' usó la misma marca en la boda de cuyo matrimonio duró solo un día y en la película 'Guerra de Novias' el personaje de Anne Hathaway también lo escoge con terrible resultado.

Y dicho esto, si te casas este año, piénsatelo bien para escoger el vestido. Aunque yo entendería que pasases del maleficio y te vistieses de Vera Wang en tu boda. Total, siempre puedes volver a casarte y las fotos de la boda siempre quedarán ahí. Mejor sola y fabulosa que feliz y vestida de Novias María Luisa.