circle

De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

¿Y lo mal que ha envejecido Escada?


Hoy es un buen día para parafrasear a mi padre e intentar autoconvencernos de que "todo tiempo pasado fue mejor", criticando a las nuevas generaciones y ensalzado lo bien que se hacían las cosas antes, cuando éramos más jóvenes.

A pesar de que todavía no he cumplido mis 25 años, me atrevo a echar la vista atrás y acordarme de los muertos de algunos altos cargos de la industria de la moda que echaron a perder ciertas cosas que en sus orígenes eran maravillosas.

Muchos amantes de la moda pueden reconocer de qué diseñador es una prenda solo con verla sobre una modelo en una editorial de moda. Sobre todo si se trata de una casa de moda tan característica como el caso de Escada.

Yo que soy un obseso de la década de los 90, me conozco a la perfección la identidad de la marca que fundó Margaretha Ley junto con su esposo, pensada para vestir a mujeres de clase media-alta y que se caracterizaba por sus estampados llamativos y los volúmenes de sus prendas.

Escada triunfó desde el primer momento que lanzó una sola prenda a la venta. En los ochenta su crecimiento fue grandísimo pero en los 90 arrasaron. No había nadie en este planeta al que no le gustase la moda y que no tuviese o quisiese tener una de sus camisas.

Era una marca que vendía sofisticación sin caer en lo clásico que se puede traducir en rancio. Todo el mundo soñaba con tener Escada en su armario. Lady Di y la reina Sofía eran dos grandes compradoras de la casa y lucían muy a menudo sus estilismos en sus audiencias reales. Pero no se quedaba solo en la elegancia de la casa real, las supermodelos más atrevidas y sexys de la época dorada de las pasarelas también escogían la marca en su día a día.

Pero las cosas no son eternas y todo tiene su final. ¿Qué pasó? La diseñadora Margaretha Ley falleció. Y ese fue el principio del fin. La marca lleva más de treinta años luchando por no desaparecer.

Os invito a que os metáis en la página web de la firma y reviséis la última colección. Nada que ver con la originalidad a la que nos tenía acostumbrados su fundadora. Parece que en vez de estar viendo una marca de lujo, has terminado por accidente en la sección más aburrida de Massimo Dutti.

Deberían haber matado al que se le ocurrió convertir aquella gloria de firma de moda en lo que nos presentan hoy en día. ¿Cómo no van a perder ventas si era más moderno lo que hacían en el año 1989 que lo que presentan este 2024?

Así que sí. Tengo que darle la razón a mi padre. Vamos a peor. Al menos en lo que respecta a originalidad y modernidad en la moda.