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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

¡Que nunca regrese el 'Heroin chic'!


Después de los excesos; con el turrón y los polvorones; todas esas comilonas; y tanto y tanto alcohol, nos toca volver a la rutina. Con la dieta en la cabeza para recuperar la figura y depurar todo el azúcar y las grasas, he comenzado a plantear los estándares de belleza que hace que, anualmente, comencemos cada mes de enero a golpe de báscula y disgustos.

Parece mentira pero es casi obligatorio eso de apuntarse al gimnasio nada más volver de las vacaciones, concienciándonos de que debemos adelgazar hasta, al menos, recuperar el peso que teníamos antes de los festivos.

Hace unos pocos años eran muchos los que agradecían unas curvas de más con eso de que el ideal de belleza estaba puesto en la familia Kardashian y tanto Kim como sus hermanas nos decían al mundo que estaban de moda los culos enormes y las mujeres voluptuosas. Pero me temo que esa tendencia está en declive y volvemos a abrazar el mood de los hambrientos ángeles de Victoria's Secret.

El regreso de las tendencias de hace veinte años parece que lleva consigo una tipología de silueta que parece un requisito indispensable para poder lucir tales looks.

No deberíamos quejarnos, creo. Hubo una época no hace tanto en el que lo de perseguir la delgadez se llevó al extremo y donde se podría haber llegado a considera a Adriana Lima o a Alessandra Ambrosio alejadas de la belleza del momento.

Popularmente llamado 'Heroin chic' fue un estilo de moda popularizado a principios de los años 1990 y caracterizado por piel pálida, ojeras, rasgos demacrados, delgadez y cabello débil. Todo ello asociado con el abuso de heroína y otras drogas.

Esta corriente de belleza fue, en parte, una reacción contra el aspecto sexy, llamativo y vibrante de las principales supermodelos de la época.

Hay que entender que su nacimiento fue fruto de muchas casualidades como que el precio de esta droga había bajado mucho; la gente comenzaba a consumirla inhalándola ya que tenía miedo a pincharse por si se contagian de sida; y se redujo mucho el estigma que existía con esa sustancia entre la gente poderosa y con dinero.

La modelo Kate Moss, la firma Calvin Klein y la música Grunge consiguieron que nos enamorásemos de esa estética que, a día de hoy, a mí, personalmente, sigue encantándome, a pesar de llevar consigo la terrible realidad de las drogas.

Aun gustándome, debo renunciar a ella por los peligros que podría ocasionar. Existen en el mundo millones de personas que sufren Trastornos en la Conducta de Alimentación y la industria de la moda muchas veces ha contribuido a perjudicar a esas personas y su salud mental.

Os ruego a todos que reneguéis de ello y que huyáis de una estética que no traer nada bueno. El trabajo hecho con el 'body positive' ha sido muy grande, no lo tiremos por la borda. Ponte a dieta, si quieres, pero hazlo de forma responsable y persiguiendo la salud, no un cuerpo bonito.