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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández

La tendencia de la chica portuguesa no es para todo el mundo


Cuando ya nos hemos cansado de imitar a las divertidas 'mili-pilis' argentinas o a las elegantes chicas francesas, podríamos centrarnos en cualquier estilo interesante del norte de Europa, con eso de que cada vez bajan más las temperaturas y estamos inmersos prácticamente en el invierno. Pero no. Nos sigue llamando la atención el verano.

Se ha puesto muy de moda el concepto de 'chica portugesa'. Un estilo que consiste en mezclar colores, estampados llamativos y formas de un modo que antes nunca hubieses imaginado. Nuestras vecinas de península son la última tendencia en TikTok con sus coloridos outfits y su estilo innovador.

Adiós al lujo silencioso. Llegan los colores. Zapatillas grandes con vestidos, ugly sandals con medias o colores opuestos. Se trata de arriesgar y combinar, sin perder la calidad y el diseño. No vale juntar cualquier cosa, todos los elementos del conjunto de una chica portuguesa son un must de esa temporada.

Este estilo se llama así porque quienes iniciaron esta tendencia son originales de Portugal, aunque no representa mucho la identidad nacional. Es más una moda que las fashionistas del país de los poetas han adoptado y han querido dar a conocer al resto del mundo.

Pero, a mi entender, no es para todo el mundo. Las chicas que se han viralizado en las redes son monísimas, rubísimas y con tonos de piel perfectos. Pero ya me veo yo a mi vecina intentándolo y convirtiéndose en un cuadro.

No vale cualquier mezcla arriesgada. No se trata de vestiros a oscuras. A las portuguesas de Tiktok todo les queda bien porque son fabulosas, debemos entender dónde están nuestras limitaciones. No es una tendencia para cualquiera.

Si tenéis a alguien más en casa, espero que cambia de espejos, que le suba los batios a las bombillas o que, simplemente, os pare los pies. No estáis siguiendo la moda, parece que trabajáis en un circo.

La moda muchas veces es solo para esa gente guapísima que puede ponerse cualquier cosa, arriesgar lo más grande y desafiar cualquier norma de estilo porque sabe que todo lo queda bien. Históricamente, se demostró con todos esos tíos que replicaban los cortes de pelo de David Beckham y que algunos todavía están pagando con el castigo de su virginidad perpetua.

Hay quien tiene el estilo y la personalidad para saber llevar algo. Y a quien solo es un imitador disfrazado de ese algo.