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Cuaderno de bitácora

Cuaderno de bitácora

Por Sonsoles Sánchez-Reyes Peñamaria

La noche en que Van Gogh se cortó la oreja


 

Pocos episodios relacionados con la historia del arte han sido más divulgados que el dramático hecho de que el gran pintor Vincent Van Gogh se mutilase a sí mismo cortándose la oreja, naciendo así su mito de artista maldito. Sin embargo, las circunstancias que rodearon aquel terrible momento de desesperación no son tan conocidas por el público en general.

El 20 de febrero de 1888, el holandés Vincent Willem Van Gogh, de 35 años, arribó a la ciudad francesa de Arles, en la Provenza, y permaneció allí hasta mayo de 1889. Era un artista desconocido, de alma atormentada, y esta fue una época enormemente productiva para él: realizó más de 300 obras, incluyendo algunas que se encuentran entre sus más célebres hoy, como 'Los girasoles', 'Terraza de café por la noche', 'La habitación' o 'La casa amarilla'. 

A su llegada a Arles, Van Gogh era sostenido económicamente por su hermano pequeño, Theo, marchante de arte, que intentaba vender sus cuadros con poco éxito. La explicación que suele darse para su mudanza a esta localidad del sur francés, poniendo fin a su residencia en París, es que comenzaba una nueva concepción pictórica en la que buscaba la inspiración de la luminosidad y colorido provenzales. Los primeros dibujos que efectuó en Arles en marzo de 1888 tenían el formato de las estampas japonesas que coleccionaba. "El país me parece tan hermoso como Japón por la claridad de la atmósfera y los efectos de colores alegres", confesó a su amigo Emile Bernard. Allí plasmó temas japoneses de árboles en flor y escenas de cosecha, con las formas elegantes, esbeltas y armoniosas de los grabados nipones, destacando la serie que llevó a cabo sobre el puente levadizo de Langlois. La estructura ha padecido avatares en el tiempo transcurrido, pero su reconstrucción permite disfrutar de él actualmente.

Su hermano Theo afirmó que la intención de Vincent era "ir primero a Arles, para orientarse, y luego continuar hasta Marsella". De ser este el objetivo final, nunca lo culminó. Su frágil salud mental se interpuso a cualquier otro plan. 

También se ha especulado que la elección de Arles por Van Gogh tuviera que ver con el deseo de seguir hasta allí a una amiga, la que aparecería después en el relato de aquella noche en que se infligió a sí mismo el castigo de privarse de una oreja.

En la parte norte de la ciudad, en mayo de 1888, Vincent alquiló cuatro habitaciones de una vivienda-estudio ubicada en una esquina de la Plaza Lamartine, y conocida popularmente como 'La casa amarilla', famosa hoy por haber sido pintada por Van Gogh bajo el título 'La calle', y que sufrió una importante destrucción en 1944 por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Escribió a su hermana: "puedo vivir y respirar, pensar y pintar. (...) Aquí me siento mucho mejor que en París". 

Diariamente emprendía caminatas por el campo, recogiendo en sus lienzos los motivos que le infundían ánimo, dotándolos de unos colores vivos y una luz mediterránea que nada tenían que ver con la oscuridad de su producción anterior. El color amarillo inundaba las pinturas de Vincent en Arles durante este período, con el sol iluminando los paisajes.

En septiembre de 1888 el autor alumbró uno de sus cuadros icónicos, 'Terraza de café por la noche', sobre el que dijo: "Busqué expresar con rojo y verde las terribles pasiones humanas". 

Vincent concibió la idea de convertir 'La casa amarilla' en 'El taller del sur', la sede de una hermandad de artistas que vivirían y trabajarían juntos en un movimiento que delinearía el futuro del arte moderno, según escribió a Theo. Y trató de materializar su sueño.

De los pintores invitados por Vincent a formar parte de él, solo acudió Paul Gauguin, con quien mantenía correspondencia y a quien admiraba mucho. A pesar de insistirle epistolarmente durante semanas, Vincent no había logrado convencerle de unirse al proyecto en calidad de director, y fue Theo el artífice de que aceptase, a pesar de las reticencias de Gauguin. Pero Theo era su galerista y no podía negarse a la petición, que además conllevaba pagarle los gastos del viaje hasta Arles. El 23 de octubre Paul Gauguin llegó allí. Ambos genios convivieron dos meses, un tiempo fértil creativamente pero de tensiones frecuentes entre ellos, por incompatibilidad de caracteres y visión divergente del mundo y el arte. Desde el principio, Gauguin escribía a sus amigos de París lo incómodo que se encontraba viviendo con el holandés. El tiempo compartido concluyó precisamente la noche en que Van Gogh perdió su pabellón auditivo.

Vincent había ejecutado 'Los girasoles' para el dormitorio de Gauguin y este lo retrató en plena elaboración del cuadro, aunque Van Gogh estuvo lejos de sentirse halagado, argumentando: "Ciertamente soy yo, pero que me he vuelto loco". Según Gauguin, tras mostrarle la obra, estando juntos en un bar, Van Gogh, enojado, le arrojó su copa de absenta, que Gauguin consiguió esquivar.

La situación se convirtió en insostenible al día siguiente, la noche del domingo 23 de diciembre de 1888, una jornada lluviosa. Van Gogh había pintado a Gauguin días antes. En 'La casa amarilla' tuvieron una fuerte discusión. Gauguin contaría que Vincent se encontraba muy alterado y había bebido. Habló del prendimiento de Cristo en el Huerto de los Olivos, destacando el momento en que San Pedro con su espada cortó la oreja del siervo de Caifás, Malco. Cuando Gauguin le comunicó su intención de marcharse, recordaría en su autobiografía Diario íntimo, Vincent le amenazó con una navaja de barbero. Gauguin se fue a un hotel. Completamente desesperado, Van Gogh, en un gesto de suma enajenación y desazón, se cortaría la oreja izquierda.

Parece que Van Gogh acababa de recibir la noticia del compromiso de su hermano con Johanna Bonger, lo que le causó gran impacto por temer que implicaría que se alejase de su vida. La marcha de Gauguin suponía que los perdería a ambos, personas insustituibles para él.

Tras el salvaje acto, Vincent se habría vendado la cabeza y acudido a un burdel en la Rue du Bout a entregar su oreja sanguinolenta, envuelta en papel, a una joven de 19 años llamada Rachel, que al abrirlo se habría desmayado por la impresión. La prensa local reseñaba el suceso en versiones no coincidentes: en alguna incluso describían a Van Gogh como polaco.

Pero Rachel era el apodo de una chica llamada en realidad Gabrielle o Gaby, que no se dedicaba a la prostitución, sino que limpiaba el burdel y algunos cafés que Van Gogh frecuentaba en la Plaza Lamartine. Existe la teoría de que Gaby hubiera sido la razón por la que Vincent eligiese Arles para instalarse. Pudo haberla conocido en París cuando ella estuvo en el Instituto Pasteur durante 18 días en enero de 1888 para ser tratada de la mordedura de un perro rabioso (se conserva una carta de Van Gogh que menciona niñas sin recursos atendidas por rabia en esa institución), regresando a continuación a su ciudad de origen. Vincent se instaló en ella al mes siguiente.

Aún no había amanecido cuando la policía halló a Van Gogh a las 7 de la mañana del 24 de diciembre en su casa, acurrucado en su cama, inconsciente y muy debilitado de la hemorragia. Cuando despertó, no recordaba lo sucedido. Gauguin había planeado marcharse en tren a París, pero al salir al exterior se encontró gentío en la plaza y se enteró de la tragedia. Subió a la casa acompañado de un agente. Ese mismo día dejaría Arles para no regresar jamás.

Vincent fue trasladado para recibir atención médica en el Hôtel-Dieu Saint-Esprit, un hospital fundado en Arles en el siglo XVI, de dos pisos y una galería de arcos abierta a un jardín con estanque, parterres y árboles. El maestro lo representará en un cuadro. Actualmente, es un centro cultural llamado Espacio Van Gogh.

Allí permaneció ingresado dos semanas y recibió la visita de su hermano Theo. También el pintor Paul Signac en una carta explicaría que lo vio con una venda sobre su cabeza y un sombrero de piel, afirmando que se había cortado el lóbulo de la oreja.

Apoyando esa misma versión, un boceto de Van Gogh en su lecho de muerte trazado por Paul Gachet, el médico que lo atendió un año y medio más tarde y que el creador inmortalizó en varios lienzos, lo muestra tendido, con los ojos cerrados y conservando la parte superior de la oreja izquierda.

Resulta chocante que esos dos testigos presenciales indicasen que solo le faltaba el lóbulo, mientras que todos los periódicos afirmaban que se cortó la oreja completa. En esto último coincide Félix Rey, el médico que trató la lesión de Van Gogh durante su hospitalización en Arles, y a quien este también pintó. Rey dejó un incontestable testimonio gráfico de que Van Gogh se había rebanado con una navaja la oreja entera, salvo la parte inferior del lóbulo.

Dado de alta, en enero de 1889 Van Gogh regresó a 'La casa amarilla', donde plasmó dos versiones de su 'Autorretrato con la oreja vendada'. En ellos, la oreja que aparece cubierta es la derecha, aunque la seccionada en realidad fuera la izquierda. Mientras Vincent estaba ingresado, una inundación dañó el emblemático cuadro que había pintado en octubre de 1888, que reflejaba su sobrio dormitorio en Arles. Haría al año siguiente dos versiones más de él.

Al sufrir una recaída en febrero de 1889, Vincent volvió a ser hospitalizado. Abandonó Arles para siempre cuando se internó voluntariamente en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence el 8 de mayo de 1889, poco después de la boda de Theo y Johanna, que tuvo lugar en abril. La pareja sería bendecida con el nacimiento de un hijo en enero de 1890, a quien en su honor llamarían igual que al maestro, Vincent Willem, prueba de cuánto le querían.

En mayo de 1890, Vincent marchó hacia Auvers-sur-Oise, un pueblo cercano a París donde residían varios artistas. Allí permaneció sus postreros meses de vida, pintando profusamente. A principios de julio, Theo le visitó para hablarle de sus dificultades financieras y su intención de dejar de ser marchante de arte para establecer un negocio, lo que preocupó mucho a Vincent. El 27 de julio de 1890, se disparó en el pecho mientras paseaba por un campo de trigo. Malherido, logró arrastrarse hasta su alojamiento en el hostal Ravoux. Theo se personó de inmediato allí tras recibir la noticia y estuvo presente cuando su hermano moría, el 29 de julio, con 37 años. Fue enterrado en Auvers el día después.

Vincent van Gogh fallecía apenas un año después de dejar Arles. Su hermano Theo, seis semanas tras su deceso, organizó una exposición monográfica del difunto. Muy afectado por la pérdida, Theo moría al año siguiente, apenas seis meses después que su hermano, y actualmente reposa a su lado en Auvers. Johanna, su viuda, fue quien sentó las bases de la fama de Van Gogh dando a conocer póstumamente el talento de quien hoy consideramos uno de los grandes genios de la pintura, con un legado de más de 850 cuadros y casi 1.300 obras sobre papel. Se suele decir que Vincent solo vendió un lienzo en vida, lo que no es exacto, al haber sido alguno más, pero nada que pudiera presagiar entonces los precios astronómicos que su producción alcanzaría posteriormente.

En abril de 2014, se creaba la Fundación Vincent Van Gogh en Arles. Aunque la ciudad no haya conservado ningún lienzo del autor, la suya es una presencia constante en cada rincón del precioso lugar, que es todo él un gran cuadro de Van Gogh. No en vano, es allí donde alcanzó su plenitud como artista y donde también se enfrentó a sus demonios más dañinos, en aquella oscura noche sin colores tras la que nunca volvería a ser el mismo, ni el arte universal tampoco.

Fotografías: Gabriela Torregrosa