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Cuaderno de bitácora

Por Sonsoles Sánchez-Reyes Peñamaria

Arsène Lupin, caballero ladrón


En los últimos años, la serie 'Lupin', de la plataforma de televisión Netflix, ha obtenido un enorme éxito, hasta el punto de alcanzar tres temporadas con gran acogida de público y crítica, liderando el ranking mundial. Lo más llamativo de ese óptimo resultado es que la historia de la pequeña pantalla utilizaba como base unos relatos escritos hace algo más de cien años, y era capaz de adaptarlos perfectamente a la época actual, demostrando que los clásicos jamás pierden su relevancia y nunca mueren.

Arsène Lupin, Arsenio Lupin en su versión española, es un personaje de ficción creado a principios del siglo XX por el escritor Maurice Leblanc, que logró levantar auténticas pasiones en la cultura popular del momento. Sin embargo, su génesis fue casual y el autor terminó cansado de un protagonista que acabó por eclipsarle.

Maurice Leblanc nació en 1864 en Rouen, la capital normanda, patria chica de Flaubert y Corneille. Era el segundo de los tres hijos del matrimonio formado por un próspero armador y comerciante de madera y carbón y la hija de los propietarios de una tintorería. La primogénita de la pareja, Jehanne, era un año mayor que Maurice, y la pequeña, Georgette, cinco años menor. Esta tuvo un destino paralelo al de su famoso hermano, compartiendo la vocación artística y muriendo solo once días antes que él.

La familia se instaló en el número 2 de la rue Fontenelle, en los muelles. Maurice, que recibió una educación rigurosa, ingresó en 1875 en el liceo Corneille, donde destacó. Al terminar los estudios secundarios, comenzó a trabajar en una fábrica de máquinas para desenredar lana, aunque su ilusión era convertirse en escritor, y aprovechaba cada rato libre para componer cuentos al modo de los de su admirado Maupassant. El golpe para la familia fue el fallecimiento de la madre en 1885. Finalmente, Maurice convencería a su padre de que le permitiera mudarse a París con la excusa de cursar Derecho; no obstante, su verdadera motivación era introducirse en los ambientes literarios parisinos.

Así, en 1888, con 24 años, dejaba su ciudad natal para trasladarse a la capital gala, donde colaboró en prensa para varias cabeceras. También redactó novelas y relatos, frecuentando el mundo literario de la capital, donde fue bien considerado por grandes como Renard, Daudet o Mallarmé, pero sin conseguir conquistar al gran público. Casado con Marie-Ernestine Lalanne en 1889, tuvieron una hija, Louise Amélie Marie, antes de divorciarse en 1895.

Casi dos décadas después de establecerse en París, el destino de Maurice Leblanc cambiaría de pronto cuando el editor Pierre Lafitte, que acababa de lanzar al mercado la revista mensual Je sais tout, le encargó una historia detectivesca al estilo de las de Sherlock Holmes, enormemente popular en la época.  Ambos, Lafitte y Leblanc, compartían afición por un deporte aún naciente, el ciclismo, lo que les unió. Así surgió la figura de Arsène Lupin, que apareció por vez primera en el número 6 de la revista, el 15 de julio de 1905, protagonizando el relato 'El arresto de Arsenio Lupin'. El éxito fue inmediato. Laffite quedó impresionado por el atractivo personaje y encomendó a Leblanc seguir escribiendo sobre él. Así se fueron sucediendo otros ocho relatos en la revista.

Muchos dijeron que Lupin era la versión francesa de Sherlock Holmes, y compitió en ventas y popularidad con él. En ese contexto, en 1906, año en que contrajo segundas nupcias con Marguerite Wormser, madre de su hijo Claude, Leblanc publicó 'Sherlock Holmes llega demasiado tarde', en el que materializaba la eterna rivalidad británico-francesa enfrentando a los dos héroes de ficción detectivesca y haciendo que Lupin prevaleciera sobre Holmes. El autor de este, Sir Arthur Conan Doyle, se sintió molesto ante el uso negativo que Leblanc hacía de su creación y, ante las advertencias de demandas legales, Leblanc cambió el nombre del investigador inglés a Herlock Sholmes o Hemlock Shears, en función de las versiones, en su obra de 1908 'Arsène Lupin contra Herlock Sholmes'. Asimismo, trocaba el nombre del acompañante del protagonista a Dr. Wilson, en lugar de Watson.

El 10 de junio de 1907, Lafitte publicó en forma de libro la colección Arsène Lupin, caballero ladrón, recopilatoria de nueve cuentos que habían visto la luz en Je sais tout desde julio de 1905 hasta mayo de 1907. Apenas un mes después de su salida de imprenta, se habían vendido ya 11.000 copias, un elevado número para el momento.

La obra de teatro sobre Lupin estrenada el 28 de octubre de 1908 en el Ateneo de París superó las 200 representaciones, iniciando después una tournée por toda Francia. Ese año, Maurice Leblanc recibió la Legión de Honor.

Pero Leblanc terminó por sentir hastío de su criatura y de la presión editorial y popular para que no dejara de escribir sus aventuras. Aunque desde 1910 sopesó la idea de que Lupin muriera en la ficción, los intereses para su permanencia eran tan poderosos que nunca llegó a consumarlo. Acababa de ser contratado por Le Journal, uno de los diarios más importantes de la época, y durante dos meses publicó en él por entregas La doble vida de Arsenio Lupin, en la que este parece suicidarse lanzándose desde un acantilado. Sin embargo, en el siguiente capítulo sobrevive a la caída. Así ocurrió en todos los relatos cada vez que parecía que el héroe terminaba sus días; siempre revivía. Paradójicamente, los autores de Holmes y Lupin vivieron una experiencia similar: sus respectivos personajes alcanzaron tal celebridad, que les aventajaron con creces en ese aspecto y marcaron de forma definitiva sus carreras literarias. Ambos trataron en vano de deshacerse de ellos, frenándoles sus propios lectores.

Inicialmente el nombre del protagonista era Arsène Lopin, pero un concejal de un pequeño pueblo llamado igual protestó, de ahí el cambio de grafía. Leblanc confesó que para elegirlo le habían influido las novelas de Edgar Allan Poe protagonizadas por el detective Auguste Dupin, cuyo nombre se asemeja.

En 1905, durante la génesis del personaje, la prensa reflejaba profusamente el juicio del anarquista Marius Jacob, un hombre de ingenio y sentido del humor que defendía robar a los poderosos, y que concitó muestras de apoyo por toda Francia, que contribuyeron a evitar su condena a muerte.

Quizá Leblanc se inspirase en este caso para crear a Arsène Raoul Lupin, el ladrón de guante blanco más célebre de la literatura policiaca, un elegante seductor que roba a los ricos. A pesar de que en nuestro imaginario nos lo representamos con sus característicos sombrero de copa, capa negra, monóculo y bastón, es un maestro del disfraz con dotes de prestidigitador, que cambia constantemente de apariencia y nombre. Triunfa incluso cuando todo parece perdido. Ningún enigma escapa a su privilegiado intelecto, y va siempre por delante de su perseguidor, el detective Ganimard. Es muy culto: además de tener formación en Derecho y Medicina (especializado en Dermatología), conoce los clásicos, latín y griego, y es diestro en artes marciales. Su madre, Henriette, trabajaba en el servicio doméstico de unos primos ricos, los Dreux-Soubis, sufriendo humillaciones. Para vengarla, Arsène roba el collar de la reina María Antonieta que poseían los Dreux-Soubise.

Sus aventuras, nacidas en la Tercera República, comenzaron siendo un reflejo de la Francia de la Belle Époque, un período de tensiones políticas y sociales. Pero con el transcurso de los años, la figura se fue adaptando al devenir de los acontecimientos. Tras estallar la Primera Guerra Mundial, Lupin se hizo más patriota y menos antiburgués, profundizando más en su faceta de detective y difuminando la de ladrón.

En 1916, la editorial de Lafitte fue absorbida por la poderosa Hachette, que reeditó y tradujo a otros idiomas las primeras aventuras de Lupin, cosechando éxito en muchos países.

Leblanc escribió la mayoría de sus obras en la localidad costera normanda de Étretat, donde en 1915 alquiló al editor Eugène Fasquelle una casa de entramado de madera, con dos plantas y tejados inclinados, al estilo de la zona, rodeada de jardín. Construida hacia 1850 y denominada 'Le Sphinx', estaba en un lugar céntrico de la población, el número 15 de la rue Guy de Maupassant. El narrador se sintió tan a gusto allí, que la compró en 1918 y la renombró 'Le Clos Lupin', pues en ella pasó los veranos durante casi veinte años e imaginó muchas de las aventuras de Arsène Lupin.

Leblanc continuó con Lupin tres décadas hasta completar 19 novelas, 39 cuentos y 5 obras de teatro sobre él. Obtuvo considerable notoriedad y riqueza, pero no el prestigio literario que anhelaba. Su aspiración frustrada era ser reconocido como un gran autor, no ser popular. Llegó a declarar al Journal de Rouen: "este demonio de Arsène Lupin tomó mi pluma... este bandido se ha apoderado de mi vida. A veces me arrepiento".

En 1939, tras el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, Leblanc huyó de la Francia ocupada por los nazis y se refugió con su familia en Perpiñán, donde murió de neumonía dos años después, en 1941. Fue enterrado allí en un primer momento, y acabada la guerra, trasladado en 1947 al cementerio de Montparnasse, en París.

Poco después de su partida a la localidad del sur, su villa 'Clos Lupin' fue requisada por las tropas alemanas, que al abandonar el país la dejaron en malas condiciones. Después de que su hijo Claude se viera obligado a venderla en 1952, la residencia cambió varias veces de propietario hasta que su nieta Florence Boespflug la adquirió en 1998 para convertirla en museo, que se abrió al público en junio de 1999. En 2011, la propiedad pasó a manos públicas, al ser adquirida por un consorcio formado por tres administraciones: la región de Alta Normandía, el departamento de Sena Marítimo y el municipio de Étretat.

Étretat es un lugar de peregrinación para los fans de Lupin. En la tercera novela de la serie, La Aguja hueca, la impresionante formación de acantilados que se conoce por ese nombre resulta esconder el tesoro más fabuloso jamás imaginado, compuesto de perlas, rubíes, zafiros y diamantes que formaban la fortuna de los reyes de Francia, accesible por un pasaje secreto.

La casa museo exhibe fotografías, escritos y objetos personales de Maurice Leblanc, así como ropa y accesorios supuestamente pertenecientes a Arsène Lupin. La audioguía, con las voces de ambos, jalona el recorrido en siete etapas y plantea al visitante el objetivo de resolver el misterio de La aguja hueca.

Su ciudad natal de Rouen está en deuda de homenajear a Leblanc, más allá de dedicarle una pequeña calle en 1988 y organizar un tour monográfico de Lupin. Otros lugares de su biografía han sido más justos. Étretat en 1951, diez años después de su muerte, bautizó con su nombre a la escollera. En Gueures, donde Leblanc escribió las primeras historias de Lupin en el castillo alquilado por su hermana Jeanne, la biblioteca municipal se llama en su honor. Y en Jumièges hay una placa en la casa de sus tíos maternos, donde Maurice pasaba sus vacaciones de niño, hoy oficina de correos y de turismo, frente a la abadía, escenario de su novela del ciclo Lupin La condesa de Cagliostro (1924).

La última entrega de la saga, póstuma e inconclusa, era Los millones de Arséne Lupin, hasta que su nieta Florence Boespflug encontró un manuscrito inédito de 1936 que fue publicado en 2012, con el título El último amor de Arsène Lupin.

El interés por este icono sigue muy vivo hoy. Fundada en 1985 por François George, la Asociación de Amigos de Arsène Lupin cuenta con miembros de todo el mundo y dispone de un fondo documental digitalizado sobre Maurice Leblanc.

Existen innumerables adaptaciones de Lupin a la pantalla, el teatro, el cómic, el manga y los videojuegos. En la actualidad, gracias a la serie de televisión Lupin se han reeditado sus libros y reactivado la 'lupinología'. De nuevo, el personaje ha engullido a su creador de carne y hueso, cuyo sino eterno parece ser quedar oscurecido por el brillo de la fama del ficticio caballero ladrón.

Fotografías: Gabriela Torregrosa